— ¡Por favor! — Gritó sin más, queriendo ser notado por aquél hombre que estaba destrozando su corazoncito. El ex de river giró todo su cuerpo ante el grito, notando como el cacheton estaba lagrimeando sin pena alguna.
No podía dejarlo así, aunque estaba enojado y sentía un rechazo doloroso, el amor que lograba salir por todos sus poros era aún más fuerte que cualquier otra cosa. Inconscientemente se acercó a él, dando pasos lentos y pausados, todavía debatiendo si volver a él era correcto.
Montiel estiró sus brazos hacia el morocho de ojos almendrados, queríendo ser contenido una vez más por el amor de su vida. Lucas negó, manteniendo la distancia.
— No puedo, Gonza. Solo acepta que esto llegó a su fin, ya dejá de hacernos sufrir al pedo. — Pidió sin querer sonar tan frío, pero al fin de cuentas sin querer demostrar flaqueza. Gonzalo debía comprender que no siempre iba a poder manipularlo con lágrimas y berrinches.
— ¡No podes dejarme, Lucas! ¿Yo que hago sin vos? Si sos el amor de mi vida, sos con quien quiero pasar toda mi vida, no podes dejarme así.
— No te estoy dejando solo porque sí, no estoy acabado con años de relación porque me desperté con ganas de terminar con un compromiso de años. — Fastidiado, sin paciencia y ya queríendo seguir su camino. — Vos no pensaste en que yo era el amor de tu vida cuando te empezaste a hablar con ese sucio, tampoco cuando le mandabas fotos en pelotas, ni muchos menos pensaste en los hijos que tenemos juntos cuando arreglaste una que otra salidita con ese forro de mierda.
— Fueron mensajes, amor. Nada más. — Se excusó, acercándose él hacia el ex jugador del millonario. Sus brazos se aferraron con fuerza a la cintura del castaño, queríendo mantenerse así. Un error no podía acabar con toda su relación. — Perdón.
.
¿Les parece conocido este dramita? okey, vamos a ponerles en contexto de toda esa lloradera.
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Una semana antes.
Lucas se encontraba recostado sobre el sofá, con Bauti sentado sobre su abdomen. Él niño vestía totalmente de river, mientras tarareaba los cánticos de los borrachos en voz bajita. Parecía que el amor que tenía por river era lo más grande de este universo.
Mia, por lo contrario, tenía un gorrito del City sobre su cabecita y nomas se encargaba de jugar con Alba, la menor de los tres hermanos.
— ¿Y ahora jugas con Messi y no con Armani? — Preguntó Bauti, frunciendo su ceño. — Antes jugabas con Nico, papi. Me gustaba Nico.
— Si, amor. — Dijo sin prestarle mucha atención, pues los tiktoks estaban más divertidos. Escuchó de fondo la risa de Alba y las pisadas de Gonzalo uniéndose a ellos.
— ¿Por qué te gustaba Nico? Yo juego mejor que él. — Se metió, sentandose en frende de ambos, queríendo hacerse notar como siempre. Lucas se burló de eso, pues los celos del ex de river siempre le causaban risa.
— Porque Nico me hacía reír mucho. — Facilitó el niño.
Cache se quedó en silencio, pero aún con ceño fruncido y mala cara. Quarta carcajeó ante un video de un nene cayéndose con una canción graciosa de fondo, pero su carcajeo se vió interrumpido cuando una notificación llegó.
Eso inevitablemente causó una alerta en el otro hombre, que levantó la vista de su celular y miró fijamente a su novio, queríendo una explicación inmediata. — Es Enzo. — Dijo el marplatense.
— ¿qué quiere?
— Pregunta por Bauti nomas.
La conversación quedó allí. Lucas no mentía, jamás lo hacía, menos sabiendo lo dramático que podía llegar a ser su pareja.
Más tarde, cuando todo en su hogar se apagó y por fin el silencio reinó, Montiel decidió que era la hora perfecta para buscar cosas dónde no había.
— Estás raro últimamente. — Comentó, apoyando la cabeza sobre el pecho de su novio, cerrando los ojos por momentos. — ¿Estarás ocultandome algo?
— ¿Qué decís? — Bufó, separándose un poco para mirarlo. Gonzalo asintió, como afirmando lo antes dicho. — Si yo vivo mirando vídeos de mierda, el que anda con mensajitos todo el día sos vos.
Se quejó el castaño, ya harto de los planteos absurdos de su chico.
— bue, ¿por qué saltas tan mal si no tenes nada?
— ¿querés revisar? — Preguntó una vez sentado sobre la cama. Agarró su celular, que estaba cargando en la mesita de luz y se lo tiró encima, claramente molesto.
El cuatro de la selección recibió el celular con rapidez, dirigiéndose principalmente a las conversaciones de instagram.
Pero Lucas no iba a quedarse atrás.
En un movimiento rápido agarró el celular de su pareja y también decidió revisar.
tremendas cosas las que se encontró.
Gonzalo Ariel Montiel era todo, menos un santo.
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ñañañañaña. Lamento si hay errores, primero escribí el cap y después me decidí por la pareja.
¿a quienes les gustaría en el próximo cap?
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one shots
RandomHistorias cortas sobre futbolistas. Vení a hundirte en miles de emociones con nuestros protagonistas.