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Habían pasado un par de días, justamente estaba por caer lunes, el inicio de semana, el día más odiado para los estudiantes y para algunos trabajadores.

En esos dos días Hoseok no había vuelto a ver a aquel demonio, no es porque lo extrañara o algo parecido, solo que se le hacía extraño que no se le apareciera en su cuarto

Solo que Hoseok no sabía, que ese demonio lo observaba cada noche, escondido en los rincones de su cuarto mientras el dormía.

Las siete de la mañana fueron marcados en su despertador y mientras un Hoseok malhumorado intentaba callar al aparato que perturbaba su sueño, cuando por fin pudo apagarlo soltó un gruñido de disgusto, recordando el aburrido inicio de semana, recordando que hoy tenía que volver al templo para su "estudio bíblico juvenil" en la tarde.

- porque esto solo me pasa a mi? - dijo fingiendo un lloriqueo y se levantó de su cama con pereza para irse al baño y asearse-

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Al finalizar salió del baño ya vestido y se dedicó a buscar su ropa, unos jeans negros ajustados le vendría bien, junto con una camiseta blanca algo escotada, dejando a la vista sus lindas clavículas, zapatos negros y una chaqueta color vino, algo grande, se colocó algunos de sus aretes preferidos y salió de su habitación, sin esperar que iba a toparse con su padre, quien al verle apuntó a sus orejas.

P: quítate eso de una vez -demandó su padre con molestia-

- porqué? Son míos, no me los voy a quitar

P: sabes que no me gusta que tengas esas cosas puestas, un hombre no se debería de poner aretes, quítatelos ahora mismo

Hoseok solo le quedó obedecer, no quería que su mañana se arruinara más con una severa cachetada de su padre, cuando quitó todas las guardó en su bolsillo

- feliz? -miró a su padre, cuando esté asintió y se fue, suspiró para bajar las escaleras y pasar de largo mientras tomaba su mochila - ya me voy, se pueden comer mi parte del desayuno

Cerró la puerta de su hogar para comenzar el camino a su escuela, no tenía ganas de tomar el bus, así que solo se volvió a poner sus aretes, ató sus zapatos y comenzó a caminar tranquilamente.

Hoseok se encontraba metiendo sus libros y libretas que no usaría en este día, como lo era física, artes, economía, química, por dios, como odiaba química y física, eran tan inútiles para él, aprendiendo cosas que jamás usaría en su vida

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Hoseok se encontraba metiendo sus libros y libretas que no usaría en este día, como lo era física, artes, economía, química, por dios, como odiaba química y física, eran tan inútiles para él, aprendiendo cosas que jamás usaría en su vida.

- piensa rápido rarito! -el grito sacó a Hoseok de su mente, aunque fue demasiado tarde, porque un libro había dado justo en su rostro, haciendo que cayera al suelo mientras se quejaba de un inmenso dolor- aww que pena, te dije que lo cacharas o no?

Miró con enojo a ese idiota que lo miraba con una sonrisa molesta, capitán del club de basquetbol, de teatro y de artes marciales, hijo del director, como lo detestaba.

- acaso no me escuchas o el golpe te dejó más idiota? -el chico levantó a Hoseok por la camiseta y lo estrelló hacia uno de los casilleros soltando una risa leve- sabes, se me antoja un refresco, ve a traermelo quieres?

- me viste cara de esclavo o porqué carajos tengo que hacerte caso? - Jung musitó molesto y escupió los zapatos del chico, provocando que éste lo tire al piso para darle unas cuantas patadas, si, así iniciaba su semana-

Podría evitarlo si solo aceptase el ser esclavo de ese idiota, pero su orgullo, su maldito orgullo hacia que esa rutina ahora fuera como el pan de cada día.

cuando el chico por fin terminó con él solo sonrió para alejarse, un maestro pasó a su lado para recalcar el mal estado en el que estaba su ropa para después irse, todos los estudiantes se dedicaban a lo suyo y Jung aún seguía en el piso.

Inventando en su cabeza un millón de escenarios, en los cuales el tortura a cada uno de los que lo molestan, a él viéndose poderoso, inalcanzable, todos pidiéndole perdón.

Posiblemente saciando esa sed extraña que ha estado sintiendo.

Pudo salir de su mente cuando reconoció cierto tipo de zapatos pararse enfrente suyo, así que de inmediato se paró del suelo, aunque fallando en el intento, así que ese chico lo ayudó a pararse para por fin hablar.

- hasta cuándo piensa dejarte en paz el idiota de Lee? - dijo con un tono molesto y frunciendo el ceño, Hoseok lo miro casi rojo ya que éste se le hacía muy atractivo estando molesto-

- t-tranquilo Namjoon...no es nada, ya, estoy acostumbrado - suspiró mirándolo, por alguna razón su cara se le hacía conocida, pero era extraño, él conocía a Kim desde que lo vió entrar a la facultad hace unos cuantos meses atrás-

- seguro? Que tanto miras ho, Uh, no te pegó la cabeza cierto?!

- no,no, no! Nada, no es nada, yo, ya tengo que irme bien? - lo miró completamente rojo y dispuesto a irse, aunque Namjoon lo detuvo tomándolo de su muñeca y casi obligándolo a qué lo siga- Namjoon, a dónde vamos? Tenemos que ir a clases...

Este no respondió hasta poder llegar al salón de asesorías, la mayor parte del tiempo estaba solitario ese lugar

- quiero hablar contigo humano...

~TU SANGRE ME PERTENECE~  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora