El pecho lampiño del angel subía y bajaba por la adrenalina, nunca antes había estado frente a un demonio, mucho menos enfrentándose a uno de ellos, aún con esto, no se iba a echar para atrás, sentía lo que los humanos llamarían adrenalina, recorrer su cuerpo divino, ya estaba ahí, no había manera de retractarse.
Por el otro lado, el demonio soltaba gruñidos de dolor puesto que la flecha dió a su hombro, provocando que su forma cambiara un par de veces, cada una más grotesca que la anterior, el ángel con pasos lentos se acercó al endemoniado tomando otra flecha para ponerla en su arco y apuntar al ser maligno.
Namjoon al notar la sombra frente a él alzó la mirada, topandose con la punta afilada y con fuego ardiente del arma, luego miró al ángel soltando una ronca risa.
- me tomaste por sorpresa, eso te dió ventaja, sino, ya te hubiera despedazado por completo y tu dios tendría que haber buscado a alguien más para cometer su capricho...
- s-silencio ser abominable... - escupió Jin algo indignado por la forma de hablar del demonio hacia su padre- vete, no dejaré que extraigas su alma...
- eres nuevo no?...oh no me digas,eres un mensajero cierto -rió el demonio para reincorporarse y sacar de una sola la flecha del hombro, dejando caer algunas gotas negras, lo que vendría siendo su "sangre"- por eso esa "compasión" por mi...piensa bien lo que haces, tus acciones podrían afectar tu misión y yo...solo por esta vez te dejaré con vida...
Dicho esto, el demonio retrocedió en dirección a la cama hasta desparecer en la sobra que había debajo de esta.
Un suspiro largo salió de los labios esponjosos del ángel y dejó caer su cuerpo al suelo de la habitación, su cuerpo volvió a su forma humana y el arma desapareció, hizo mal, pero no podía ponerse a pelear con el demonio en la habitación, mucho menos con el humano ahí.
- si cierto, Hoseok... - un pequeño click hizo en su cabeza, Hoseok seguía atontado, o posiblemente herido, con movimientos rápidos se acercó al castaño, notando los moretones en su cuerpo, su precioso pechito cubierto de esas manchas feas, su rostro rasguñado y el pequeño agujero que había en el centro de su torso, no salía sangre, por lo menos Seokjin agradecía que el demonio fuera limpio en ese aspecto, no tendría que limpiar la sangre.
Sus manos se colocaron sobre el cuerpo del chico y cerró sus ojos, buscando un poco de concentración puesto que diría unas palabras "mágicas".
- padre, sé que éste chico no ha sido muy bueno, pero te pido que me des lo necesario para curarlo... - y como si fuera magia, los moretones y rasguños comenzaron a desparecer, volviendo a su color y forma original, Jin seguía dando esa pequeña "oración" puesto que el pequeño agujero era más difícil de quitar al ser echo por un demonio-Hoseok abrió lentamente sus ojos, poco a poco, recobrando la consciencia que se le fue arrebatada hace unos momentos, dándose cuenta del chico rubio que estaba su lado, sus mejillas se tornaron de un color carmín por recordar que se encontraba con el pecho descubierto y con vergüenza se levantó cubriendo su torso desnudo provocando que el rubio lo mirara confundido
- como te sientes, ya estás mejor? - preguntó Jin tratando de acercarse a Hoseok pero éste volvió a retroceder-
- q-que acaba de pasar...yo estaba...y luego yo...porque estoy en el piso? - estaba confundido pero Hoseok no se atrevería a mencionar que estaba con el demonio, muy en el fondo no quería parecer un lunático frente al rubio bonito-
- yo... n-no lo sé, solo te encontré en el piso luego de salir del baño - mencionó Jin nervioso y se levantó del suelo ayudando a Hoseok a levantarse igualmente-
Hoseok cubrió su pecho con un pequeño suspiro, seguramente tendría un regaño de parte de sus padres puesto que se ha tardado bastante para una simple orden que era levantar a su "adorado invitado" para que pueda desayunar.
- por cierto, hobi...puedo llamarte así? -preguntó el rubio con una pequeña sonrisa a lo que Hoseok solo desvío su mirada, nunca nadie le había puesto un apodo cariñoso, mayormente eran apodos creativos pero los cariñosos no entraban ahí- eso me suena a un si...hobi, porqué tenías esos moretones en todo tu pecho?
La pregunta sorprendió al castaño, no podía decirle, más que nada porque temía que el rubio se burlara por dejar que una mujer lo golpeara, que tal si el chico era esa clase de persona, que tal si se burla por no saber defenderse o por algo más.
Hoseok se maldecía internamente por pensar aquello, realmente no le importaba lo que el rubio le diga ¿O si?, Para él, era muy poco el tiempo que ha estado conviviendo con Jin pero, algo lo ponía inquieto, le sucedía igual cuando estaba con el demonio pero eran cosas diferentes al mismo tiempo, con el demonio llegaba sentir deseo, no sabía con certeza que clase de deseo, pero lo sentía, y con el rubio, sólo sentía una cierta vergüenza de algo o hacia alguien.
Jin se preocupó al ver que Hoseok se quedó estático en su lugar, como si pensara mucho lo que iba a decir o como si no pensara en nada, se colocó enfrente de él para tomar sus hombros y sacudirlos un poco, logrando la atención de Hoseok.
- hey, está bien si no me quieres contar, después de todo aún no tengo tu confianza -susurró para regalarle una pequeña sonrisa -
Por su lado, Hoseok sintió su corazón acelerarse, ¿acaso Seokjin no conocía lo que es el espacio personal? Ni siquiera recordaba en que momento Seokjin se puso delante de él, tan cerca, con sus manos en sus hombros y con su rostro a centímetros del suyo.
Hoseok sintió su cuerpo erizarse ante las palabras de Seokjin, no por lo que dijo, sino por frase susurrante, estando a esa mínima distancia, pudo apreciar mejor la piel del rubio, juraría verla brillar, tan pálida y tan suave, y no hay que olvidarse de sus labios, rojizos y esponjosos, carnosos, pomposos, todos los adjetivos posibles para describirlos.
Hoseok se sentía atraído por aquellos labios, sentía una especie de deseo apoderarse de él, como si lo estuviera obligando, sus labios comenzaron a estar ansiosos por besar la boca ajena, si su cuerpo lo pedía entonces iba a hacer caso a su petición.
Sus manos subieron con algo de duda hacia los hombros del rubio para después colocarse en su nuca obligando al más alto cortar la mínima distancia, Hoseok preparó sus labios dispuesto a comerse la boca del bonito chico, por el otro lado, Seokjin, entendió las intenciones de Hoseok, pero no podía permitirlo, comprendió que en realidad era algo que su alma quería, su pobre alma que comenzaba a ser corrompida, y el siendo un ángel, no podía ceder a ese tipo de acciones... solamente a las acciones de almas normales.
Ciertamente sentía lastima por el castaño, el tener que envolverlo en todo este tipo de cosas.
- Hoseok no...no sabes bien lo que haces - dijo en un susurro para tomar las manos del castaño y alejarlas de él-
No quería, pero tenía que hacerlo, el ceder a esas acciones podrían condenarlo a ser desterrado, y el imaginar a su padre enojado o triste por lo que hizo le dolía, no quería ser un ángel caído.
Hoseok torció la boca en forma de molestia por el rechazo y estaba dispuesto a abalanzarse sobre él si no fuera porque escuchó algunos toques en la puerta seguido del sonido chirriante de esta siendo abierta.
El castaño recobró el sentido y con miedo se apartó de Jin, conectando su mirada con la de su hermano menor.
- idiota, te vienen hablando desde hace rato...que estás sordo? - preguntó con molestia su hermano a lo que Hoseok suelta un bufido de molestia- como sea, lleva al pelos de elote a la mesa que los andan esperando...
Sin más su hermano se marchó dejando a Hoseok con su ritmo cardíaco acelerado
- yo...olvida lo que iba a hacer de acuerdo? No sé qué me pasó y por favor no le digas a mis padres
-está bien hobi, no te preocupes, mi boca está sellada
Hoseok en un suspiro sale de la habitación, confundido por lo que iba a hacer, él no iba a besarlo o si? De todas maneras, se sentía avergonzado por ser rechazado.
Aunque no sabía el porqué del repentino deseo, no importaba, no tenía tiempo de pensar en eso, se debía de dirigir a la escuela.
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~TU SANGRE ME PERTENECE~
FantasíaHoseok, ya cansado de los malos tratos de sus compañeros y maestros por su gusto por el ocultismo decide invocar a un demonio a cambio de su sangre y... ¿Alma? Sin imaginar que traería consigo un enorme problema que involucraría a angeles y demonios.