Capítulo 9

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PETER

No podía cree que Lali no recordara nada, algo que me pareció curioso fue que finalmente me reveló que sí nos vimos una vez, que ella sintió lo que yo sentí por ella, la misma conexión.
Lo primero que hice cuando se despertó fue ir a una joyería, compré dos anillos, aproveché cuando estaba dormida y le puse uno, yo me puse otro, no quería que me llene de preguntas de golpe, estuvo mal hacer eso, pero una parte de mi se quedó deseando que eso algún día llegara a ser real.
Ella abrió sus ojos, cuando me vio me sonrió.
-¿Qué otra cosa recordas?
-Nos casamos por iglesia, no hace mucho, ¿no?
No supe que responderle.
-Yo llevaba un vestido blanco..
-Estas hermosa..- no pude ocultárselo- esta vez llevabas el pelo ondulado.. Y bueno..
-¿Tuve ahí el accidente?
Solté un suspiro, terminé asintiendo con la cabeza.
El médico que le había hecho un seguimiento a Lali se acercó y le dio el alta médico, había alquilado una silla de ruedas y unas muletas, salimos del hospital y ella estaba relajada.
-Creo que extrañé el aire libre..-cerró sus ojos, me pareció algo adorable, la hice recorrer conmigo, después volvimos a mi departamento, tuve que alquilar uno más grande, porque ahora íbamos a estar los dos juntos, por mucho tiempo, ella seguro iba a intentar caminar con las muletas, se las di y dudó mucho, terminó agarrándolas, insegura dio unos pasos.
-Vas a poder.. No te presiones..-dejé un besito sobre su frente.
Nos quedamos en el sillón, ella abrazándome, estaba viviendo un sueño, ella me quería, me demostraba que me quería, yo también la quería, por ese mismo motivo decidí no casarme, nunca había sentido por alguien lo que había sentido por ella, era sincero, apasionado, al mismo tiempo dulce, magnético, estaba rendido a sus pies, lo supe, ella era la mujer correcta, y ahora tengo la oportunidad de cuidarla, ¿vivir esta vida perfecta o finalmente decirle la verdad? Todavía faltaba mucho para eso, mejor me enfoco en hacerla feliz en el día a día.

LALI

Sentía un fuerte dolor de cabeza, pero mis días eran más llevaderos con Peter a mi lado, él hacía home office desde nuestro departamento.
-¿Nosotros vimos acá?-no podía evitar tener mil dudas, quería recuperar mi memoria por completo, seguro tenía miles de recuerdos con mi marido que no estaba pudiendo recordar.
Él se quedó en silencio y después me respondió.
-Nosotros vinimos a.. Nos casamos acá, y bueno, vivimos en Buenos Aires, en el barrio de Belgrano R
-¡Uy! Me casé con un cheto-lo molesté, él soltó una sonrisa, en este tiempo él estaba algo serio, pero seguro era porque estaba preocupado por mi.
-¿Necesitas algo? Voy a salir al balcón, tengo que hacer una llamada..-me miró, negué con la cabeza.
Él se fue y agarré mi teléfono celular, llamé por videollamada a mis amigas, ellas me atendieron inmediatamente.
-¡Lali! ¡¿Estas bien?!-Candela se preocupó- Peter nos contó que despertaste, no te llamamos antes para que no sea mucha información junta, estuviste dormida por mucho tiempo..
-Yo.. Estoy bien, solo me duele la cabeza, el cuerpo, tengo la cara con cortaduras pero va a sanar-solté un suspiro- las llamé para otra cosa, ¿ustedes tienen foto de mi casamiento?
Se quedaron mirándome raro.
-¿Tu casamiento? ¿O el casamiento al que fuiste?-Eugenia elevó sus cejas.
-¡Fui a un casamiento! ¡El mío!-le respondí con obviedad- no recuerdo que hayan venido..
-Tal vez fue una aventura de personas impulsivas y no le avisaron a nadie..-Candela me miró como si me estuviese evaluando, ¿qué estaba esperando?
-No suena a una cosa que haría yo, pero puede ser... Peter es el hombre de mi vida-no pude evitar suspirar, se me formó una sonrisa sobre mis labios-¿no les mandé fotos de nuestro casamiento?
Ellas se quedaron pensativas, estaban actuando muy raro.
-Formateé mi teléfono y se me borraron todas las aplicaciones, las fotos.. Hasta perdí los contactos, eso por suerte lo recuperé-Eugenia sonó segura.
-Yo.. Me pediste que las elimine, no tenías fotos de la iglesia, sí de la famosa noche de bodas, y estabas haciéndote la sexy semi en bolas-Candela soltó un suspiro, la noté algo nerviosa.
-Cómo si nunca me hubieran visto en bolas..-me reí.
Peter se apareció y se colocó atrás mío, ellas lo fulminaron con la mirada.
-Te olvidaste de contarnos una parte muy importante de Lali-Eugenia ni pestañeó después de decirle eso.
-¿Qué?-lo miré, él se puso algo nervioso.
-Qué vas a tener que quedarte por un tiempo largo en Londres hasta que puedas caminar-soltó un suspiro y me agarró de la mano, entonces vi un detalle, no había reparado en eso.
-¿Vieron?-les mostré mi mano a mis amigas emocionándome- sí que estoy casada eh
Mis amigas otra vez se lo quedaron mirando a Peter, eso me resultó raro, las despedimos.
-¿Ellas saben algo que yo no se?-elevé mis cejas mirándolo firmemente.
Él se quedó pensando que responderme.
-Qué... Estaba planeando llevarte a nuestra luna de miel a un lado cuando pasó todo lo del accidente, y eso tiene que esperar.. Cuando estes bien vamos a hacer ese viaje-asintió con la cabeza.
Suspiré aliviada, él se recostó a mi lado y le sonreí tonta, no podía creer que él era mi hombre, mío.
Le hice caricias en la cara sin poder dejar de mirarlo.
-¿Qué te enamoró de mi?-me agarró curiosidad.
Él se puso a pensar, después me sonrió.
-Sos buena... Dulce... Un ejemplo de superación, inteligente, divertida, en muy poco tiempo te volviste en una persona muy especial para mi
Elevé mis cejas y me señalé, él se rió y asintió con la cabeza.
-¿Quién dijo el primer te amo?
Se hizo un silencio, quería saber porqué.
-¿Quién fue?
Él también se puso a hacerme caricias en la cara, soltó un suspiro.
-Tengo una idea, podemos crear un clima lindo, tener una cita o varias, cuando uno de los dos esté listo va a decirlo, entonces ahí vas a saber quién lo dijo primero-esbozó una pequeña sonrisa y me besó, rápidamente lo rodeé con mis brazos, me dolían, Peter se dio cuenta- ey, tomate las cosas con cama, no pienso desaparecer de un día a otro
Eso hizo que me sintiera mejor, no sé porque tenía miedo de eso, de que se canse de mi, que se aleje, sentía inseguridad, pero.. ¿Porqué?
Lo vi a Peter de espaldas sin remera o camisa, estaba cocinando para los dos, me quedé contemplándolo como si nunca lo hubiese visto hacer eso, cuando trajo la comida a la mesa lo sonreí, lo agarré de las manos sintiéndome feliz, muy feliz, afortunada y agradecida.
Brindé con un dedo de vino, no podía tomar todavía, estaban dándome antibióticos y otras pastillas más.
Él limpió la mesa y lavó todo, terminamos metidos en la cama, me agarró frío y me abrazó.
-¿Posta esto siempre va a ser así? O sos así conmigo porque llevamos poco tiempo casados..-elevé mis cejas.
Él soltó un suspiro y me acarició la cara con cuidado.
-Siempre voy a ser así... Siempre-asintió con la cabeza, dejó un besito en mi frente y mi universo se volvió mejor, más cálido, dulce, alegre.
Fui cerrando mis ojos lentamente, no tenía nada de lo cual quejarme.

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