La hora de la verdad

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La cara de Atsumu era de pura felicidad. La misma que cuando le dan un regalo a un niño y como si lo que se escondiese en el papel de regalo fuera lo que más ansiaba obtener.

- ¿Qué? - Dije sonriendo. - ¿Por qué me miras tanto?

- Como dejar de mirarte si me había olvidado de tí. Ahora me estoy grabando todas y cada una de tus facciones, para así no olvidarte jamás.

Le golpeé el hombro para quitármelo de encima y me puse en pie.

- ¡Eh! ¿A dónde vas? - Dijo frunciendo el ceño.

- A secarme el pelo. A menos, claro, que quieras que me resfríe. - Le respondí y seguí el camino al baño.

- ¿Puedo secarte el pelo yo? - Dijo con espíritu infantil.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Venga ___.¿Por favor?

- Está bien. - Suspiré.- Pero no le des demasiado calor al pelo, que si no se me quema.

Tomé el secador del baño y lo enchufe en la mesa de noche junto a la cama. Él se sentó en ella, y yo en el suelo.

Pasaron varios minutos y Atsumu no decía nada. No sé si está concentrado o si su cuerpo está presente pero su mente no.

- Atsumu. - Lo llamó sin obtener respuesta. - ¡Atsumu!

- ¡Ahh! ¿Qué? - Respondió sobre saltado.

- ¿Qué te pasa? Estás raro.

No recibo ninguna respuesta por su parte. Así que me pongo en pie y me siento junto a él.

- Oye. ¿Te preocupa algo? Si quieres me lo puedes decir. A fin de cuentas soy tu novia. Estoy aquí para ayudarte. - Le sonrío, pero él ni me mira.

- ¿Sabes? - Comenzó a hablar. - Creo que te recordaba desde hace un par de días. - Le escucho en silencio para que siga hablando. - Es extraño. Cuando empecé a tener pequeño recuerdos contigo me sentía muy alegre, pero a la vez tenía miedo. Miedo de que no fuera real y todo lo estuviese creando mi imaginación. Pero entonces te vi, y descubrí que mis recuerdo eran reales. Aun así seguía teniendo miedo, pero no sabía de qué. - Me miró apenado. - Creo que a lo que le tengo miedo es a lo vulnerable que me haces. No quiero que me rompas el corazón. - Dijo en susurro.

Una oleada de emociones llegaron a mi. Alegría porque se abrió conmigo, amor por el aprecio que me tiene y tristeza porque piensa que le voy a abandonar.

Él me está mirando en busca de una respuesta, pero no sé muy bien que decirle al respecto. Creo que la mejor opción es ser yo misma y abrirme también.

- Atsumu. - Suavizo mi tono. - No te voy a romper el corazón tontito. ¿De verdad me ves capaz de hacerlo? Si me hubiera querido alejar de tí ya lo hubiera hecho. - Río para relajar un poco el ambiente.

- ¿Ves? Esa es otra de las cosas que me da miedo. - Dice con sonrojo.

- ¿El qué?

- Lo vulnerable que me haces sentir con solo unas cuantas palabras. - Toma mi mano y la coloca en su pecho. Justo encima del corazón. - ¿Lo notas? - Su pulso está muy acelerado. - Tu eres la razón de que esté así, y no puedo remediarlo. Supongo que ya no tengo todo el control sobre mi mismo. - Se rió él ahora.

- No, supongo que no. - Dije mientras me sentaba sobre sus piernas para besarle.

Gustosamente me devolvió el beso Y sonrió segundos después.

- ¿Y esto?- Dijo sobre mis labios.

- Un poco de ánimos. - Le digo y le vuelvo a besar.

- Que atrevida te noto hoy. - Dijo burlándose de mi.

Te odio Miya Atsumu (Miya Atsumu x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora