Te odio Miya Atsumu (Miya Atsumu x Lectora)

Cuídame

Narra ___

- ¿Seguro que puedes llegar a la cama tú solo? - pregunté sin fiarme un pelo.

- Claro enana, creo que soy lo suficientemente mayor como para necesitar ayuda. - argumentó él.

- Ahhhh, bien, pues sube y métete en la cama. Yo voy a dejar unas cosas en la cocina y ahora subo.

- Mi habitación es la segunda puerta a la derecha.

-Vale.

Le obligué a que se metiera en la cama en lo que yo me dedicaba a dejar las cosas necesarias para hacer una sopa. Cuando por fin divisé todo lo necesario para preparar el almuerzo subí a su habitación con el termómetro en mano. Su casa era amplia, bonita y muy acogedora, me hacía sentir bien, no quería irme la verdad. Subí y entré a su habitación encontrándomelo recostado sobre las sábanas, hiperventilando y sudando.

-Hey, ¿cómo te encuentras?

-Podría estar mejor.

-Estás sudando mucho, deberías darte una ducha a ver si se te regula la temperatura. Cuando termines me llamas y te mido la fiebre. Estaré fuera.

-No tienes por qué irte. Mi habitación tiene un baño incluido. Tú espera aquí en lo que me ducho.

Acto seguido se levantó dando varios quejidos y pasó a una habitación contigua que me imagino que sería el baño. Pasaron unos pocos minutos y oí la voz de Atsumu llamarme desde el baño.

- ___.

-¿Qué pasa? - dije acercándome a la puerta.

- Esto..., se me olvidó coger la ropa.

- ¡Ay! No te la puedo creer.

- ¿Te importaría traerme aunque sea un pantalón y... ya sabes... algo de r-ropa interior?

- Claro, un pantalón y ropa interior... Espera ¡R-ropa i-interior!

- Obvio a menos que prefieras que no la lleve. - dijo de forma pícara.

- Voy a pensar que lo que has dicho es por la fiebre.

Me acerqué a su armario y busqué en los cajones. Cogí un pantalón de deporte gris y me dispuse a entrar en la salvaje aventura de cogerle ropa interior. Cuando encontré el cajón mi cara estalló en un sonrojo, osea ¿cuántas chicas matarían por estar haciendo lo que yo? Total que metí la mano en el cajón y le saqué unos boxers negros con una tira blanca. Por lo menos eran bonitos jaja, ¡No!¿ ___ qué estás pensando?

- Ya tengo la ropa.

- Vale, pasa.

- ¿Q-q-qué p-pase dices?

- Si, si no como me vas a dar la ropa.

- ¿P-por lo m-menos tendrás p-puesta una toalla?

- Sí. No vas a verme así tan fácilmente.

- ¡Yo no quiero verte así! - dije poniéndome roja.

Abrí la puerta y no veía nada, la cantidad de humo que había era increíble.

- ¿Qué te bañaste, con agua hirviendo?

- Me gusta el agua caliente.

-Vale, pero no te veo.

Di unos cuantos pasos hacia atrás y me choqué con algo. Al girarme me encontré con el bien formado torso de Atsumu y a este mirándome confundido.

- ¡Madre mía pero qué dios griego!

- Ajajaja, ya sabía yo que caerías a mis pies.

- ¿Dije eso en voz alta? D-da igual, aquí tienes t-tú ropa. - dije mientras intentaba irme.