Pov Eda:
Si tuviera que describir a Serkan Bolat, lo describiría como el hombre de las mil facetas y es que es impresionante como muestra una faceta diferente con cada persona y en cada situación diferente y a pesar de eso se que no lo hace una persona falsa e hipócrita, se por Engin que siempre ha sido un hombre muy solitario y frío, pero al parecer toda esa frialdad y soledad desaparece cuando tiene a mi hija a su lado.
Su forma de protegerla, de consentirla y de amarla es maravilloso, se que la ama, no lo ha dicho con palabras, pero veo como sus ojos brillan por su ángel, un brillo que nunca había visto en nadie. Es el robot más detestable del mundo realmente no lo soporto, pero joder mi cuerpo reclama por volver a sentir la inmensidad de placer que me hace sentir cada vez que lo tengo cerca, muerdo mi labio inferior cerrando mis ojos al recordar sus manos y sus labios sobre mi cuerpo, abro mis ojos de inmediato y sacudo mi cabeza sacando esos perversos pensamientos. Son casi las dos de la madrugada y soy la unica despierta, ya que me encuentro estudiando. ¿Recuerdan la maqueta, que el maestro nos pidio hacer?. Bueno debido a todos los trabajos que tenemos con las empresas nos dio una semana mas de plazo, así que ahora estoy haciendo el plano del jardín.
-¿Mami? - La voz de Kiraz me saca de mis pensamientos, volteo a verla y me preocupo al ver que se retuerce en la cama. Me acerco a ella y noto su cuerpo todo sudado, pongo mis labios en su frente y noto que tiene mucha fiebre - Mami tengo mucho frio
Kiraz intenta buscar algo de calor en mi, la siento en la cama y mi corazón se rompe al verla llorar, corro por el termómetro y paños de agua fría, no es la primera vez que paso esto con ella, recuerdo que la primera vez estaba cerca de cumplir un año, estaba aterrada, no sabia que hacer me desmaye debido al miedo y el estrés, por suerte mi tía estuvo conmigo y me ayudó, pongo el termómetro entre su axila antes de ponerle el paño en su frente, al sacar el termómetro noto que tiene 38 grados de fiebre, pongo rápidamente el paño húmedo sobre su frente, mientras ella sigue buscando algo de calor. Decido que es mejor llevarla a un hospital, tiene mucha fiebre y parece no estar bajando, voy a mi escritorio y guardo en mi mochila, mi móvil, mi billetera y el dni de Kiraz junto con el mio, por supuesto también guardo al sr Panda y a Lulu, me visto rápidamente con la misma ropa que estaba usando. Son las dos de la madrugada y tomar un taxi sera dificil, mas bien imposible, intento pedir uno a traves del movil, pero no hay ninguno disponible. Juro que llevaré la camioneta al taller lo antes posible, volteo a ver a Kiraz y mi preocupación aumenta al verla vomitar. Así que corro y tomo su cabello, para que no se ensucie, cuando acabo de vomitar la tomo en mis brazos sin importar que me ensucie, para llevarla al baño para limpiarla, la dejo sentada la encimera del lavamanos y corro por un pijama y un cambio de ropa para mi.
-Mami quiero a Serkan - ella me dice esas palabras entre sollozos
-Mi amor, Serkan ahora debe de estar durmiendo, te llevare al hospital y mañana temprano hablas con el ¿de acuerdo? - Le quito la camiseta y la tiro al cesto de la ropa sucia, le pongo su pijama, calcetas y sus pantuflas, para cambiarme rápidamente.
Tomo las cosas y salgo de la casa con Kiraz en mis brazos, el hospital esta a cuarenta minutos de distancia y tengo que hacerme la idea de irme caminando, despertar a Ceren o a Fifi para que vengan por mi no es una opción, ellas tienen que trabajar mañana, como puedo le envió un mensaje a mi tía, para explicarle la situación, probablemente lo vea cuando se despierte.
-Mami llama a Serkan por favor, quiero estar con el - Kiraz se apoya en mi pecho, sus lágrimas caen por su rostro y sus sollozos se hacen presente, la fiebre aun no se van.
-Mi amor intenta descansar ¿si? - Estoy tentada a llamarlo, por ella...por mi, siento que por primera vez en mucho tiempo no puedo con esto yo sola y por alguna extraña razón lo necesito a el - Todo estará bien cariño, lo prometo.
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Entre el cielo y el infierno #1
FanfictionUn baile de mascaras, una noche de copas y el deseo entre dos personas, hacen de Antalya la ciudad de la pasión y el deseo, para estas dos personas. Solo habían dos reglas: No quitarse las mascaras, no decir sus nombres