❝Esa Kim, ese Jungkook❞

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Como aquella noche, la noche se veía preciosa y Kim mucho más

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Como aquella noche, la noche se veía preciosa y Kim mucho más.

—Fue aquí donde tuvimos una primera conversación más... espontánea.

Jungkook asintió, riéndose.

—Fue en ese momento en el que comencé a creer que eras muy bonita y ocurrente— siguió riéndose— Kim Kardashian.

Kim le miró mal, pero con la risilla también amenazando con escaparse de su boca.

—Te encanta recordarme que existió una Kim así de-

—Así de dulce, eh, no digas nada malo sobre tu personalidad torpe de aquél entonces— suspiró, recordando— ahora eres más segura de ti misma y lo amo como no tienes una idea, pero conservas tu esencia, sigues siendo la misma Kim, solo un poco evolucionada, creo que esas serían las palabras correctas.

Kim abrazó su cintura, Jungkook tenía una manera de expresarse que ella disfrutaba presenciar.

—Lo son.

—Ahora corres en tacones, juegas al voleybol como una profesional, ya no hablas en susurros, te haces escuchar, eres exigente, demandante, algunos estudiantes ya te tienen miedo y tienes dos quejas porque creen que eres muy exigente.

—¿Y eso es algo bueno?

—Lo es, ellos solo están siendo flojos.

Rieron ambos, nadie les prestaba atención, así que podían sumergirse en los ojos del otro con absoluta tranquilidad.

—Así que... ¿Te gusto desde la noche que hablamos aquí? O tal vez después de eso.

—Aquí empecé a creer que eras muy linda, atractiva— se sinceró— luego, en los días siguientes, confirmé que me parecían muy atractiva porque me quedaba mirándote durante mis clases y... pensaba, cada vez que iba a preguntar algo respecto al tema que estábamos viendo... seguro Kim sabe la respuesta, seguro ella ya lo debe de haber entendido, ella es lista. Entonces ya no eras solo atractiva por ser linda, eras atractiva por ser tan inteligente y dedicada.

Le causaba ternura como todo su rostro se había tornado rojo. Las manos de Kim subieron hasta su pecho y con disimulo, le empujó suavemente, haciéndole caminar de espaldas hacia quién sabía dónde, solo para evitar ser interrumpidos pues estaban en todo el frente de la puerta.

—¿Y ahí te gusté?

—Ya sabes cuándo me gustaste. Bueno, cuando me di cuenta de ello.

—De hecho no, no lo recuerdo— sonrió juguetona, la espalda de Jungkook chocó contra la pared, menos mal no habían cámaras por fuera, solo en el interior del salón— recuérdamelo.

—No me gusta recordar a mi yo celoso, gracias— reposó la barbilla en su pecho—ah, bien. Cuando Jimin se te lanzó encima mientras estábamos en videollamada, me enojé mucho y estuve de malas un tiempo, creo que ahí me di cuenta de que algo pasaba— confiesa, ahora él abrazándole— sentí celos porque... me gusta la exclusividad, pero no podía reclamarte por ello, así que eso me enojó, por varias razones, la primera es que yo no soy de fijarme en alguien de mi alumnado, eso va en contra de mis principios y me había funcionado muy bien hasta que llegaste— peinó su cabello, algunas hebras— y la segunda es que, me frustraba no entender porque tenía la necesidad de mantenerme en contacto contigo, creí que solo se trataba de que eras divertido y me sentía a gusto a tu alrededor... pero resultó ser más que eso y míranos ahora, recordando esos primeros instantes.

Kim no tenía nada que decir, pero estaba bien, su expresión hablaba por ella, estaba encantada con como habían sucedido las cosas y aunque una brecha bastante grande se creó entre ambos antes, se habían logrado recuperar de ello. Jungkook inclinó la cabeza, alcanzando a tocar la fina nariz con la suya y de paso acariciarla antes de tomar sus mejillas y regalarle un pequeño beso lleno de intenciones melosas.

Jungkook recordaba a esa Kim a la perfección, cada tropiezo, cada torpeza y esfuerzo. Le seguía queriendo aún.

Y Kim también recordaba a ese Jungkook que le causaba tanta admiración, seguía siendo un maestro ejemplar, un profesional y también la tenía aún a sus pies.

Limpió su boca cuando se alejaron, de nuevo el labial embarrandose.

—Deberíamos regresar con el resto— suspiró con pesar— no nos permiten ausentarnos demasiado.

—Sólo una hora más, comeré esos mariscos y nos vamos a casa.

Kim hizo una mueca asqueada.

—La señora de Kim— sonrió, así se refería todo el mundo a la esposa de Namjoon— y yo, hemos probado unos cuantos y están horribles, putrefactos, no te lo recomiendo en absoluto.

—Vale, entonces el resto de los pasabocas, algo bueno debe haber.

Le ofreció su brazo y regresaron a la reunión hablando sobre que ambos tenían hambre y la comida allí era una vergonzosa miseria que no les llenaría ni la mitad del estómago.

Le ofreció su brazo y regresaron a la reunión hablando sobre que ambos tenían hambre y la comida allí era una vergonzosa miseria que no les llenaría ni la mitad del estómago

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Graciad por todas sus felicitaciones, las tkm ✨✨

POTENTIAL BABY❞ jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora