4.

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En mi mente yacía el recuerdo de lo que había pasado, y parecía tan irreal que había una gran posibilidad de que aquello hubiese sido tan solo una tonta alucinación. Y sería tan loco imaginar que pudo haber sido producto de mi mente.
Por suerte, o por desgracia, había sido totalmente real. Creía que era más por suerte.

Puse un pie fuera de la cama y por segunda vez, pensé si lo que había pasado la noche anterior había sido real, y así fue.
Suspiré de tan solo pensarlo y rememorar borrosos fragmentos del manso beso. Recuerdo el contacto perfecto que su barba creó con mi piel, sentía como si tan solo al cerrar mis ojos el momento se recrearía y estaría otra vez en el pasto con mis labios combatiendo con los suyos.

Eliminé, forzosamente, todo pensamiento de él, tenía que estudiar y la excusa del porqué llegaría tarde podía ser extraña.

Bajé al comedor lo más rápido que pude, tenía hambre.
No había nadie en la cocina por lo que tuve que recalentar dos rebanadas de pizza en el microondas. Eran de la noche anterior.

Y mientras las comía velozmente, tratando de no quemarme porque estaba caliente, observé a mi madre bajar las escaleras.

Y le faltaba algo, hacía mucho tiempo que le faltaba algo y yo sabía qué era lo que le hacía falta.

Papá.

—Perdona, no escuché el despertador, ¿ya desayunaste?

Estaba bebiendo mi té frío.

—Ya, comí unas rebanadas de pizza que habían en el refrigerador, no te preocupes, mamá.

Estaba despeinada, con pijama y se veía totalmente destrozada, y no por el hecho de no estar maquillada o de estar con pijama, ella podía verse hermosa con es atuendo, pero lucía destrozada porque estaba infinitamente triste. Papá la había engañado y desde que eso sucedió todo pareció irse al demonio con ella.
¿Cómo es que la única persona que crees que no puede destrozarte es la que lo hace?

—Luces cansada, deberías descansar un poco más —le pedí con voz suave acompañado de un abrazo. No podía dejar que se destruyera, pero en realidad no sabía qué podía hacer al respecto. Yo solo era un tonto que no sabía ni como solucionar sus propios embrollos.

Ella también me abrazó.

—Sí, iré a dormir. Ten un lindo día, Peter.

Podía oír la agonía en su voz, era buena actuando pero sentía que cada día era más complicado que otro.

——— ~ ———

—¿QUÉÉ!, eres una perra, Peter.

—Shhhh, cállate, no quiero que media universidad lo sepa.

Era bien sabido para todos, y cuando digo todos me refiero a Ned y a mí, que MJ era un poco apasionada para relacionarse en secretos ajenos. Ella los amaba.
Y para su suerte había decidido contarles acerca de Tony.

—¿Pero solo lo besaste así como así? ¿En la primera cita? Espera, ¿era una cita? —preguntó Ned.

—Sí, es que no pude, es decir se veía tan... bien y solo lo hice. No pensé en nada más en ese momento, parecía el momento adecuado.

—¿Pero era una cita? —preguntó MJ enérgicamente.

—No, bueno no sé, solamente fuimos a dar una vuelta en bicicleta y nos paramos a descansar y sucedió. ¿Sería una cita para ustedes?

Falling. (STARKER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora