Era 1972, acababan de comenzar su segundo año. Freyja Ollivander paseaba tranquilamente con Severus Snape luego de desayunar, como era sábado no tenían clases y ya habían terminado su tarea, así que salieron a pasear.-Volvamos -le dijo Snape a Freyja cuando llegaron a los límites para entrar al bosque prohibido.
-¿Tienes miedo? -sugirio Freyja con voz burlona.
-No, pero esta prohibido, el nombre lo dice -espeto Snape con seriedad.
-Entonces si no tienes miedo no habrá problema en que entremos a dar un vistazo... -dijo Freyja juguetonamente.
Snape rodó los ojos y acompañó a Freyja dentro del bosque, ambos andaban por cuidado entre los grandes árboles, tan grandes que serían capaces de esconder a un gigante pequeño. Al llegar a la mitad Snape paró en seco.
-Volvamos -le pidió a Freyja, con un deje de miedo.
-Vamos, no tengas miedo... ¡será divertido!
-Si, porque no hay nada más divertido que te devore un animal mágico.
-¡Que exagerado! -exclamó Freyja riendo.
Un grito de dolor hizo que Freyja palideciera y se quedara callada. Atisbo a su alrededor en busca de aquel sonido, pero Snape se acercó a ella y tomó su mano con terror.
-Vamonos, por favor, Frey...
-Podría ser alguien herido, Sev...
Un gruñido de dolor resonó entre los árboles. Severus trataba de arrastrar a Freyja fuera del bosque, pero ella al ser un poco más alta que él y ser más fuerte, fue imposible. Freyja avanzó entre los árboles con cuidado.
Los gruñidos se hacían cada vez mas débiles pero más dolorosos. Finalmente encontraron a un niño de cabello marrón claro con cicatrices en el rostro, estaba herido.
-¿¡Esta muerto!? -grito Snape con nerviosismo. Freyja negó con la cabeza al revisar su pulso.
-Ven, ayúdame a cargarlo, hay que llevarlo a la enfermería.
Freyja lo cargó del torso y Snape de las piernas. Al llegar a la enfermería, con mucha dificultad, la señora Pomfrey lo puso en la camilla y empezó a tratarlo. Freyja se quedó a su lado preocupada por él.
Remus se despertó en la enfermería, era de noche, no sabía ni cómo ni cuándo había llegado allí. Observo a su alrededor y por un segundo se quedo sin respiración, pensó que había visto un angel. El cabello rubio claro y dorado reposaba sobre las sabanas de él, era muy hermosa mientras dormía. Se quedó observandola unos segundos con detenimiento, hasta que ella empezó a despertar. Remus se sonrojo al ver los preciosos ojos verdes color miel de ella.
-Ya despertaste, que bien... -le dijo con voz dulce y suave-. ¿Cómo te llamas?
-Remus Lupin, ¿pasaste toda la noche en la enfermería?
-Freyja Ollivander, si. Mañana ya es lunes...
-¿Pasaste todo el fin de semana en la enfermería? -le preguntó, sentia mucha vergüenza.
-Si, pero no importa. Queria asegurarme de que estuvieras bien, parecías muy lastimado en el bosque... ¿qué hacías ahí?
-Me perdí y un perro me atacó -mintió, sentía que los ojos verdes de ella perforaban su alma.
-¿Siempre eres así de mentiroso? -le pregunto con una sonrisa. Él se quedó pasmado-. Tus heridas no eran de un perro, y por lo que veo en tu cara, pareces haber tenido un enfrentamiento con un animal hace años, sin mencionar que apareciste justo un día después de la luna llena... en un bosque, tu solo, y sigues vivo...
-¡No se lo digas a nadie, por favor! -le rogó Lupin, no iba a contar con que ella fuera tan inteligente.
-No te preocupes, para eso están los amigos -le dijo con una sonrisa amable.
Lupin sonrió, era su primer amigo. Era 1975, Remus Lupin lloraba en silencio en su almohada, las lagrimas caían de su rostro sin control. Estaba pasando por el peor momento de su vida, sentía que el pecho le ardía y le pesaba. Lo peor es que tenía que llorar en silencio para que sus tres amigos, que compartían habitación con él, no se enteraran que lloraba porque uno de ellos había empezado a salir con la persona de la que estaba enamorado desde ese día en la enfermería.
Estaba en el pasillo, cuando doblo por otro observo algo que le quebró el corazón. Su amigo, Sirius, se besaba con mucha pasión con Freyja, la chica a la que amaba. Ambos notaron su presencia.
-Hola, Remus. -Lo saludo Sirius jovialmente.
-¿Que haces por qui? -le pregunto Freyja con una sonrisa.
-Nada... yo tenía que ir a clase... -Se quedo en silencio al observar que el cuello de Sirius tenía la marca de labios de Freyja, y Freyja tenía marcas de las manos de Sirius en sus muslos-. Tengo que irme, llegaré tarde...
Se dio media vuelta, se metió al primer baño de hombres que encontró y se puso a llorar en un rincón.
ESTÁS LEYENDO
La Libreta De Regulus
ФанфикAquí vemos a Freyja Ollivander, la nueva novia de Sirius. La mayor parte de la historia transcurre desde la perspectiva de Regulus Black, que se divierte anotando en libretas las relaciones cortas de su hermano mayor, pero por accidente termina come...