15- la Pelea

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Después de eso ya se imaginaran lo que sucedió; Sirius golpeó a Diggory, etc. Freyja había sido llevada a la sala común de Slytherin por Snape, estaba a un lado de la chimenea con los ojos llorosos. Regulus la observó a lo lejos y se acercó, fue como si sus pies lo hubieran traicionado. Ella lo observó y sonrió.

-Olvide que eras de Slytherin -comentó-.  Lamento que hayas tenido que ver eso, Reg. Odio que Sirius sea así de impulsivo, es una de las cosas que más me molestan de él.

-Te entiendo, a veces mi hermano actúa como idiota... Pero no lo hace siempre con mala intención, él te quiere mucho.

Freyja lo miró a los ojos, esta vez sin sonreír, Regulus sintió un golpe en el pecho que venía de su interior. Feyja volvió su vista devuelta al fuego y soltó una risita sin ganas.

-Pensé que me odiabas.

-No, no lo llamaría odio. Es verdad que al principio no me caías bien, pero creo que nunca te odie.

Ella lo volvió a ver otra vez, la luz del fuego la hacía lucir más bella, sus pestañeos eran cada vez más lentos para Regulus, que se sentía encantado y no podía dejar de verla.

-Ah, Regulus, estas aquí. -la voz de Mulciber entró a la sala común y causó la irritación de Regulus, que movió la vista de la hermosa chica.

Regulus se dio la vuelta y se dirigió a su cuarto, tomó su diario y comenzó a escribir como él sabía, relataba cada cosa que había sentido frente a esa chica, incluso la ira interior cuando la vio con Sirius.

<Es tan bella como el sol de verano>.

Esa noche Regulus durmió con una sonrisa que duró al ver que a la hora del desayuno Sirius comió junto a sus amigos y Freyja con los suyos en otra mesa. Ese día participó mucho más en clases, en la clase de Slughorn una voz pidiendo ayuda volvió a interrumpir pero esa vez Regulus no se deprimió, al contrario, se alegró de escuchar aquella voz suave.

-Yo puedo ayudarla, Señor.

-¡Ah, Regulus! Claro, ve tú.

Al llegar a la estanteria fue Regulus quien tomó el libro y se lo dio a la chica, que lo miró sorprendida.

-Que raro estas, Reg -comentó con una sonrisa-. A Sirius le divertirá verte.

La sonrisa se le borro del rostro en segundos, miro con un nuevo y extraño rencor a Freyja cuando se marchó. ¿Se había vuelto a arreglar con Sirius? ¿Y por qué eso lo molestaba? ¿Era peligroso aquel sentimiento?

Aunque la cabeza de Regulus se llenaba de dudas, no tenía ni la menor duda que aquel sentimiento era un problema y no lo podía detener.

La Libreta De Regulus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora