Llegamos al bar.
Era la primera vez que estaba en un lugar así.
Esperé a que Brandon estacionara el auto que supuse, era de su padre, para poder entrar, mientras me deleitaba mirando a los chicos guapos que habían a las afueras del bar.
— ¿Listo? — pregunté a Brandon conforme se acercaba a mí.
— Sí, vamos.
Entramos y tal y como imaginé el bar estaba lleno. El ambiente me gustaba mucho.
La música retumbaba en mis oídos. Aquel sitio estaba muy oscuro, solo podíamos ver gracias a unas lámparas que emitían luz de variados colores. Camareros hacían volar sobre mi cabeza bandejas con botellas de whisky y ron. Brandon me cogió de la mano en tanto buscaba con la vista a nuestros compañeros de clase y cuando los encontró les hizo seña y fuimos a donde ellos estaban.
En la mesa estaban sentadas cuatro personas, Tobias y Samantha eran novios, el amor que sentía el uno por el otro era envidiable. También estaban Rubén, el mejor amigo de Brandon, y Roberta quién estaba enamorada de él y pensaba que entre nosotros había algo, así que nuestra relación no era la mejor que digamos.
— Pajarito, cuando Brandon me dijo que vendrías no le creí —dijo Rubén — el que hayas venido me supone que algo a cambiado.
Le sonreí en modo de respuesta, la verdad es que quería evitar responder su pregunta disfrazada.
Entre Brandon y yo no había cambiado nada, solo acepté su invitación porque quería relajarme un poco.
— No le hagas caso, ya sabes que es un idiota, ¿quieres beber algo? — susurró Brandon
Yo asentí mientras sentía recorrer por todo mi cuerpo una mirada desbordada de envidia; rabia y celo producto a la atención que Brandon me prestaba y por supuesto, proveniente de Roberta quién no soportaba ni un ápice de mi presencia.
Brandon se levantó y buscó bebidas para ambos.
Al cabo de unas horas nos encontrábamos todos riendo a carcajadas y haciéndonos chistes bordes unos a los otros, estábamos demasiado borrachos como para decir algo coherente.
Yo particularmente estaba muy mal, había bebido mucho y como no lo hacía frecuentemente, bebía como si lo que tomaba fuera agua.
— Voy al baño — le dije a Brandon mientras me paraba con un poco de dificultad, entre el mareo y lo borroso de mi vista casi me caía.
Caminar con los tacones que traía iba a ser todo un reto.
— ¿Quieres que te acompañe? No estás bien — preguntó Brandon que estaba igual de borracho que yo.
—Estaré bien.
—¿Segura? — insistió.
Lo miré de reojo y le guiñe un ojo mientras me apartaba cuidadosamente de la mesa.
Yo veía todo doble y no estaba muy segura de dónde quedaba el baño así que le pregunté a un empleado del bar.
— ¿Me dices por favor dónde está el baño de chicas?
Di un paso en falso y me viré el pie, el muchacho me aguantó para que no me callera.
— ¡Cuidado.... Daikar!
— ¿Me conoces? — la voz me resultaba muy familiar, así que me quedé mirándolo fijamente hasta que mi vista se aclarara del todo.
No lo podía creer.
En serio deberíamos dejar de encontrarnos así.
— ¿Ander? ¿Qué haces aquí? — pregunté sorprendida — y explícame por qué siempre nos encontramos tan dramáticamente, parecemos serie coreana.
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Perenne
Teen FictionDaikar era una joven enigmática y distante, cuya verdadera esencia solo era conocida por Ander, un corredor de carreras ilegales con un pasado misterioso. A pesar de sus diferencias, ambos se enamoraron perdidamente, viviendo un amor intenso y desga...