Tokyo Revengers - ONE SHOTS

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Llevaba aproximadamente cuatro semanas cuando me mudé, de las cuales me bastaron solo dos desde que lo vi, para flecharme por completo. Y si, me refiero a la espectacular vista que tengo al lado de mi balcón cada mañana, su espalda ancha cada tarde cuando sale, y su sonrisa amplia, adornada por grandes colmillos que me saluda cada noche al coincidir — no tan accidentalmente — en las escaleras que de subida nos dirigen a nuestros apartamentos.

— Baji Keisuke — se presento tras haberle dicho mi nombre.

— Gracias por ayudarme a subir las cajas — sonreí viéndolo embelesada —. No habría podido hacerlo sola.

—¿Vives tu sola en un apartamento doble? — enarco una ceja, se notaba por descuido una media sonrisa de sus labios, sin embargo, la sorpresa no pudo ser disimulada de sus facciones.

—Se suponía que viviera con mi hermana, pero enfermo gravemente y tuve que seguir por mi lado— aparte la mirada por un instante, de seguir viéndolo no lograría hablar fluidamente —¿tu vives con alguien? Digo, debido a tu pregunta y la sorpresa.

—Ah, pues si, me mude hace un par de meses yo solo, pero mañana vendrá un amigo a vivir acá. Tenemos una tienda de mascotas juntos abierta recientemente, y nos parecía conveniente compartir piso y reducir gastos hasta estabilizar las cosas.

Sentí una ligera nostalgia, yo estoy alejada de mis seres queridos y amigos debido a la universidad y mis sueños. Estando nueva por la zona, el trabajo y los estudios, me encuentro físicamente sin amigos ni nadie con quien compartir por ahora.

Sin darme cuenta del paso del tiempo, quede ensimismada un buen rato, cayendo en cuenta el contexto en el que me rodeaba, al fijarme, tenia una mano virando de arriba abajo junto a unos mechones oscuros y una sonrisa burlona llamándome a tierra.

— Avisa si viajas astralmente para no sentirme solo. — Se burló con una sonrisa amplia, volviendo a enderezarse. Que vergüenza.

— D-disculpa — Agite mi cabeza, finalmente abriendo mi puerta. — A partir de acá puedo sola, gracias por la ayuda y disculpa mi "viaje astral".

— Tranquila, suele pasarme con las chicas. — Soltó burlón, abrí mis ojos ampliamente, ya me parecía raro que no tuviese esa clase de confianza. Que desilusión.

Baji noto mi cambio de actitud ligero, borro su sonrisa y segundos antes de poder llegar a despedirme de él y la ilusión que tenía hablo:

— Es broma tonta, te estoy tomando el pelo. — Suspiró tomándome del brazo, acto seguido a lograr ruborizarme.

— Como te contaba antes, mi mejor amigo viene, y como tradición grupal haremos una reunión, algo tranquilo, ya sabes.

— ¿Es una invitación? — Enarqué una ceja.

— Lo es solo si me das tu número. — Sonrió.

Fueron segundos los que me quedé en silencio mirándole a los ojos, parecía eterno y quería quedarme ahí, pero no había alternativa. De todas maneras tenía asegurado el volverle a ver.

— Acepto.

Tras un ligero intercambio de dígitos y pequeñas reafirmaciones se despidió con un guiño en el ojo y amplia sonrisa, vaya que esta orgulloso de su dentadura tan peculiar.