Las luces de los faroles de la calle eran lo único que alumbraba la carretera vagamente desierta de aquella tenebrosa vía desahuciada, la misma iluminaba de manera intermitente los rostros de cada persona dentro del lujoso vehículo negro. Muy a pesar de portar con vidrios ahumados, las luces de los vehículos que venían en dirección contraria de vez en cuando me cegaban la vista por segundos. Me dolía la cabeza del cansancio y el trajín de lo que significaba ser miembro de una pandilla criminal como lo era Bonten.
Sin embargo, y a pesar de no ser la primera vez, lo que me tenía más tensa en la situación y aceleraba mi pulso era el pelirosa a mi lado, quién recién hace tres minutos había tomado la decisión arbitraria de colar sus manos por mis piernas. Su mano comenzó reposada en mi muslo de manera natural, pues está sentado en la parte trasera en medio de un Mikey adormilado y de mí, sus piernas abiertas y mala postura lo hacían recostar su cabeza del espaldar y cerrar sus ojos, el peliblanco estaba recostado de su hombro a un lado y yo por mi parte apreciaba el paisaje por la ventana a mi derecha. De vez en cuando miraba a los demás, sobre todo a Rindo, quien estaba de copiloto frente a mí; jugaba con los cabellos más largos de su mullet amoratado mientras miraba de a ratos a la ventana, su perfil era delicado y precioso, siempre permanecía con un porte sosegado y eso era objeto de envidia para mis adentros, quien no soportaba ni el más delicado toque en mis piernas. Diagonal a mí y conduciendo el vehículo con experticia estaba Ran, peinado elegantemente y con una pequeña sonrisa tatuada en el rostro, mientras cambiaba de emisora cada vez que la señal se perdía, él era hablador, sin embargo, por el cansancio permanecía ensimismado.
—¿Oigan, cuando llegaremos? — Habló Sanzu rompiendo el silencio.
—No sabía que Bonten admitía niños. — Ironizó Rindo. Su hermano soltó una risa nasal que me hizo reír a lo bajo.
—¿De qué te ríes? — Preguntó el chico a mi lado, comenzó a apretar mi muslo izquierdo logrando cambiar mi expresión. Rompí el contacto visual viendo de nuevo a la ventana. —Me tiene harto estar tanto tiempo en este auto de juguete. Además, Ran maneja como señora pensionada.
—Tú manejas como desquiciado — Puntualizó el Haitani mayor. Sanzu solo suspiró en respuesta.
El pelirosa comenzó a mover su mano de nuevo por la grasa de tu piel sensible, con la punta de sus dedos fue ascendiendo hasta las orillas de tu centro. Fue ejerciendo presión de vez en cuando. Lo observaste de soslayo, su mirada estaba al frente, pero de vez en cuando parpadeaba lentamente, como si el cansancio le estuviera ganando a sus ojos. Cuando apretaba la piel abría sus labios, suspiraba suavemente para no ser tan obvio y tú solo podías tragar grueso para no suspirar de placer.
Sus dedos llegaron alzados a tu pubis sorprendiéndote, diste un respingo en respuesta y una de tus piernas titubeó. Sanzu soltó una risa nasal ante ello, pero nadie le prestó atención a esto por ser siempre una persona excéntrica, pero por tu parte comenzabas a sentirte enferma, transpirabas ligeramente por el esfuerzo para no liberar el calor que sentías.
Carraspeaste tu garganta sintiendo la boca seca. Te enderezaste en el asiento buscando el bolso de mano que siempre traías contigo, al encontrarlo en el suelo del vehículo hurgaste en él en busca de una píldora para el dolor de cabeza. No podías ver por la penumbra de la noche, y las intermitentes luces te darían más jaqueca por esforzar la vista. Una vez sentiste el frasco, sacaste la pequeña pastilla, cerrando el bolso y colocándolo en el suelo de nuevo.
—Oigan, ¿alguno trae agua consigo? — Preguntaste en general.
— Whisky solamente — Murmuró el pelirosa — ¿Te sirve? — Sonrió.
—Ten — Extendió una botella plástica por encima de su cabeza Rindo, la tomaste observándola, —Es agua, lo prometo.
—Confío en ti entonces— Destapaste la botella colocando la píldora en tu boca y pasando agua por tu garganta.
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Tokyo Revengers - ONE SHOTS
FanficCuando tu respiración se agite y las yemas de sus dedos pasen por cada rastro de piel erizándola. Cuando tus músculos se tensen en espasmos y lagrimees de placer, ten en cuenta siempre de quien adorna tu vista y se adueña de esas sensaciones. Ten po...