卍𝕽𝖞𝖚𝖌𝖚𝖏𝖎 𝕶𝖊𝖓 (𝕯𝖗𝖆𝖐𝖊𝖓)

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Semi Dominación, Lenguaje Sexual, Sin protección.

El local de café donde trabajabas era bastante tedioso, adornado con bonitos colores pasteles y ambientador de manzana y canela, era siempre un agradable lugar de paso al que recurrían bastantes clientes

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El local de café donde trabajabas era bastante tedioso, adornado con bonitos colores pasteles y ambientador de manzana y canela, era siempre un agradable lugar de paso al que recurrían bastantes clientes. Pero aunque amaras tu trabajo y el ambiente, la eficiencia siempre era interrumpida y la atención superada por el local que permanecía en frente. Al cruzar la calle y rompiendo la dulce estética de tiendas en la manzana, se hallaba un apartado de motos, con estética ruda y colores tenues, donde olía a aceite y gasolina, y trabajaban chicos portando uniformes sucios y siempre una leve capa de sudor en el cuerpo.

Lo que más te encantaba del lugar no era como rompían la estética sin importar lo mal que se viera. La mejor razón de trabajo siempre sería poder ver al dueño de tan vistoso local.

Ken Ryuguji, mejor conocido como Draken desde hace años, era tu mayor crush en la vida desde hace bastante tiempo. Estudiaron juntos, pero muy poco lo veías, era más común escuchar su bicicleta agitarse a toda velocidad que apreciar su porte por más de un minuto en algún lugar.

Y lo peor de todo.

Te veía como una amiga.

Vaya desgracia, ¿no?

Es por lo mismo por lo cual pasabas disimulando tanto tiempo, siguiendo con tu vida normal, suspirando por el sin doblegar tu supuesto orgullo, que realmente disimulabas, porque tener la oportunidad de estar con Draken en la más mínima situación valía más que un constructo social basado en el ego como lo es el orgullo. Pero ya saben, sociedad.

Nunca viste a Draken con una chica, lo cual fue objeto de cuestionar hasta su mismísima orientación sexual, sin embargo, más allá de esa evidencia, tú cuestionamiento era una clase de autocompasión inconsciente, dada la falta de atención del rubio de trenza hacia ti.

Fueron muchos los encuentros en los que coincidían su mirada, y si bien los acercamientos eran pocos, las pláticas profundas se te pasaban rápido, las risas eran grupales, nunca lograste saciar tu sed del chico tatuado.

Suspirabas desde el lado interno de la barra al volver a rondar por tu mente tu actual situación amorosa, tantos años tras el chico ya eran cuestión de apego y por más que no quisieras, sabías que lo ideal sería ventilar esa atención un rato.

—Otra vez en las nubes — Habló el platinado a tu lado.

—Déjame en paz — Contestaste con un tono de enfado.

—Tienes que dejar de pensar en él, es mi amigo, y se que tú lo valorarás demasiado — Se plantó al lado tuyo—, pero te estás desgastando y no puedes vivir acostumbrada a ello, como si tú no valieras la pena.

Volteaste a mirarlo directo a los ojo. Veías la sinceridad reflejada en sus pupilas y la calidez de sus palabras era innegable. Mitsuya siempre ha brillado por sus habilidades verbales, y cuestionar su punto de vista y consejos es absurdo.

Tokyo Revengers - ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora