Capítulo 12. Una nube gris.

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Momentos en la vida donde no tienes claro tu futuro existen muchos, momentos en los que no tienes idea de que va a pasar, y también momentos en los que ni siquiera te detienes a pensar.

Hay cosas que es mejor vivirlas al máximo sin pensar tanto en el mañana, pues ese era el consejo de mi hermano, y también era el consejo que muchas veces Dab me había dado VIVE AL MAXIMO, sintiéndose como si la escuchara decírmelo una y otra vez viene a mi cabeza.

Dab:

Tengo un proyecto que no me emociona para nada, la decoración de interiores es un trabajo delicioso mientras no tengas unos clientes que sean indecisos, que no tengan idea de lo que quieren y para colmo mezclar mil estilos en un solo salón.

Termino una videoconferencia con los dichosos clientes y aprovecho para estirarme un poco.

Veo tan tentador el sofá, que solo pienso en acurrucarme hasta que llegue Marina.

Suena el timbre

Quien rayos es - pienso mientras me da tanta pereza levantarme, necesito actividad o no llegare a los 30 sana.

Abro la puerta en cuanto pude pararme para encontrarme a una chica con una caja frente a mi puerta.

- ¿Donde esta julia? -su tono arrogante hace que me ponga de mal humor.

- ¡no está! - hice un ademan de cerrar la puerta, ella no me cae para nada bien.

-necesito hablar con ella, se lo puedes decir, ¡estoy apurada!

-Ibanna, a no ser que tomes un jet hasta New York no vas a hablar con ella.

- ¿New York?, Que hace julia en New York si está desempleada. -ella es tan irritante, no sé cómo Juls la aguantaba todo el día en su oficina.

-Estará una temporada por allá- mentí, mi amiga en 5 días regresaría a casa, pero estoy segura que se alegrará que me deshaga de esta arpía.

- ¿enserio? bueno, mira en esta caja están todas las cosas que dejo en la oficina y... que mejor no se aparezca por allá, son palabras del jefe.

-descuida a ella no le hace falta, ni volverá a ese horrible lugar- esta vez sí le cerré la puerta en la cara.

Inmediatamente tomé el ordenador para llamar a juls, debe ser temprano en New York así que sin pensarlo la llame para contarle, semejante acontecimiento.

Contestó al segundo timbre, como si lo estuviera esperando.

-A que debo el honor- dijo rápidamente, su cara tenía un brillo como el que no le veía hace rato.

-Amiga pero que bien te sienta New York, o ese chico misterioso del que aún no me has contado. -su expresión lo dijo todo al escucharme.

-Dabbita por favor, que cosas dices-mostraba risas nerviosas mi pequeña juls.

-bueno Julieta, a lo que iba, Ibanna acaba de irse de aquí.

- ¿Ibanna? ¿Qué hacía Ibanna en la casa?

-trajo una caja con lo que parece ser las cosas de tu escritorio.

Juls se quedó unos segundos sin responder.

- ¿juls? ¡Julia!

- ¡sí, estoy aquí!, ¿Dab puedes decirme que hay en la caja?, no recuerdo que se quedó en la oficina.

Me apresuré en colocar la caja frente al ordenador para que juls viera por la web cam todo lo que sacaba.

Estaba bastante llena, poco a poco fui sacando cada objeto.

Lo primero fueron unos postis y un estuche lleno de lapiceros, una esfera de nieve de Ibiza lo cual me dejo pensando.

-no sé porque habría que tener una esfera de nieve de Ibiza, en Ibiza no nieva.

-Dab ni yo sé cómo eso llego a mi escritorio, creo que ya estaba ahí cuando comencé a trabajar.

-qué cosa tan horrorosa.

- ¡bueno sigue sacando!

Volví a hurgar en la caja, papeles y más papeles, un cuadro de Pet y los padres de Juls, un cuadro de nosotras tres juntas de cuando nos conocimos y una más reciente.

-oh por dios, lo que me acabo de encontrar.

-que encontraste, tu cara me asusta-juls se reía, sabía que cualquier cosa podría salir de su caja.

-esto vale oro, son las cartas que te enviaba Martin, y también las fotos de ustedes partidas por la mitad.

-Ohhh de eso si puedes deshacerte ya-comenzó a reír fuertemente-eso ya es tema superado.

-ok, jajajja, juls queda poco más en la caja, solo unos papeles escritos.

- ¿qué dicen esos papeles Dab?

-son como borradores de algo, es con tu letra.

- ¿si pero no hay algo como un manuscrito? ¿Cómo unas 400 páginas?

-no juls, solo estos borradores-juls se lleva las manos a la cabeza con preocupación y decepción.

-ok Dab, gracias, si puedes pon las cosas por mi habitación, yo las acomodo cuando llegue.

- ¿juls, te encuentras bien? -su rostro mostraba decepción, no me gusta eso, no es propio de juls.

-no, solo que debería estar ahí, Dab mejor hablamos cuando vuelva, no quiero sentirme mal ahora.

Angustiada fue como me dejo todo lo anterior, no sabía realmente que era lo que quería ver juls en esa caja, pero era algo importante y de mucho valor para ella, solo esperaba que no trajera consecuencias, que no le trajera más problemas.

Julia:

Una nube gris asomaba mi mundo, poco a poco me consumía volviendo a ese estado de ansiedad, me siento aturdida, con faltas de aire, siento que todo a mí alrededor da vueltas una vez más.

Trato de relajarme, respirar hondo.

Inspira, respira, inspira, respira...

Me dejo caer sobre la cama, cierro los ojos que dejan escapar unas lágrimas y trato de dormirme, después de todo la mejor terapia que he podido darme cuando estoy sola es dormir un poco para aclararme las ideas luego.

Mi libro ha desaparecido, ni me acordaba que lo había dejado en el trabajo. ¡Puede estar en mi habitación! Puede que lo hayan botado, puede que alguien lo haya tomado.

Pueden a ver pasado tantas cosas, que ni siquiera pensaré en eso, ni siquiera pensaré en todo el tiempo que llevo creando esa historia que casi estaba completa, ni siquiera pensaré en todo el trabajo creativo invertido y en las noches sin dormir, no voy a pensar ni estresarme otra vez por una cosa que puede estar en mi habitación, además nadie sabía de ello, pues no pueden habérmelo robado.

Sigo tumbada varias horas, esto no me ha sentado nada bien pero es momento para aplicar los consejos de mi hermano y Dab, VIVE AL MAXIMO.

VIVE AL MAXIMO, pues julia va a vivir a máximo.

VIVIR AL MAXIMO, VIVIR AL MAXIMO.

Julia: ¡Teo, ven a buscarme!

15 días para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora