Capítulo 8. No me quiero separar de ella

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Teo:

Se queda mirando tan fijamente que me es imposible no ponerme nervioso, no puedo evitarlo, sus ojos grandes y oscuros que observan con profundidad, su cabello largo y rizado perfectamente desordenado que le queda tan bien.

Julia tiene eso que siempre había buscado y no encontraba en nadie, esa facilidad de hacer que me olvidara de todo lo que sucedía a mí alrededor, esa misma inocencia que le caracterizaba como si siguiera siendo esa niña de la cual me costó tanto alejarme hace 15 años.

No me quiero separar de ella, no quiero pasar ni un minuto más de mi vida con la incertidumbre de no poder verla más y sé que es pronto y suena cursi pero ¿puede que me esté enamorando?

Son muchas preguntas que tengo en mi cabeza, muchas preguntas que solo las resolvería hablando pero me costaba mucho, no soy de esas personas que se abren tan rápido o que tienen la capacidad de expresarse abiertamente.

Ayer me quede anonadado cuando Julia me beso, siempre pensé que yo no me aguantaría y la besaría primero ya que me ganaban las ganas desde hace varios días. Y tenía que hablarlo con ella, tenía que hacerle saber que yo también deseaba ese beso y que no lo hacía por respeto.

La tenía delante, a la expectativa, incluso acabada de levantar se veía hermosa, así no podía concentrarme en otra cosa que no fuera ella. Y no quitaba esa sonrisa estúpida que me provocaba al verla así.

–Teo...– creo que notaba que estaba nervioso.

–Julia... yo...mierda no sé cómo decirlo.

–Teo disculpa lo de ayer...yo no sé qué me paso y...

– ¡no! Noo es eso, bueno si es de eso pero no es lo que estás pensando.

– ¿no? ¿Y que es entonces? – no me gustaba tenerla así, nerviosa ¿Por qué tenía que ser tan complicado decir una palabra? '

–Julia, que me gustas... que desde hace mucho tiempo he estado pensando en que había sido de tu vida, de que si habías cambiado, si te acordabas de mí y reencontrarme contigo fue...mágico no sé, pero me has revuelto todo por dentro y no aguanto ni un minuto más sin decirlo. –solté todo de golpe y la euforia rodeaba todo mi cuerpo.

Esperaba una respuesta, esperaba un gesto de desagrado o cualquier otra cosa menos que ver a Juls acercándose y besándome otra vez, beso al que correspondí enseguida tomándola por la cintura y acercándola a mi cuerpo un poco más a medida que aumentaba la intensidad entre nosotros.

Justo en ese momento más inoportuno no pudo ser mi compañero de piso David que entraba al departamento interrumpiéndonos.

Julia:

No supe que decir, no supe que hacer cuando Teo me dijo que le gustaba y que siempre había tenido curiosidad de saber que había pasado conmigo, no me lo esperaba, de hecho pensé que se había molestado después de mis demostraciones amorosas producto al alcohol, no reaccione de otra forma que siguiendo mis impulsos hacia él, volviendo a besarlo con todas mis fuerzas, esta vez un beso más consiente de mis emociones, un beso suave pero intenso.

Puedo confesar que ese beso pudo haber llegado a más de no ser por la interrupción de un chico.

Entraba por la puerta del salón y se nos quedó mirando algo anonadado. Era un chico alto como Teo, de cabello y ojos negro azabache, piel pálida y una ligera barba adornando su rostro.

–Creo que vuelvo más tarde. –dijo el chico un poco avergonzado.

–Vamos David ya interrumpiste– Teo no aguantaba su risa.

–Bueno ya que insistís– se giró hacia mí – David, mucho gusto, soy el compañero de piso de...

–Es mi mejor amigo Juls– Teo no lo dejo terminar.

–Soy Julia, mucho gusto.

– ¿Julia? –Enarcó una ceja– ¿pero julia tu julia? – esta vez se giraba hacia Teo el cual se sonrojaba.

–Si David, es Julia– Teo se ponía más rojo a medida que transcurría la conversación y mi cara era de un poco de confusión.

– ¿Creo que me perdí de algo? – dije aun tratando de entender.

–No, bueno...ahs no es importante–Teo estaba nervioso.

–Julia que mí querido amigo me ha hecho tantos cuentos de ti que creo que te conozco de toda la vida– ahora me daba un poco de vergüenza que David dijera eso.

– ¿Enserio? – mire a Teo con los ojos entrecerrados y risueña.

Teo estaba muy rojo, nunca lo había visto así de vulnerable frente a mí, y me encantaba esta situación.

–Entonces David, cuéntame más de las maravillosas aventuras que Teo te hizo sobre mí– le dije mientras Teo dejaba ver su risa nerviosa que me gustaba tanto.

Estuvimos conversando mucho tiempo los tres juntos, David me recordó mucho a Dab su personalidad era bastante parecida, era como tenerla delante.

La mañana se fue volando con aquellos dos, eran muy graciosos y David no dejaba de hacer cuentos de Teo cuando estaban en la universidad. Los dos se conocieron en ella y se hicieron mejores amigos al instante, es como ese amor a primera vista pero de amistad, a mí me paso con Dabbita cuando entre en secundaria, fue la primera persona con la que hable y fue amistad al instante.

También resulta ser que David no trabajaba cerca de The Friends Exprience, de hecho trabajaba con Teo y este lo había mandado a hacer fila por más de dos horas para conseguir las entradas y pudiéramos ir.

Teo eres una mente maravillosa.

                                                                                               ***

Llegue a casa y por suerte pude evitar a mi madre para que no me atosigara a preguntas de donde me había quedado y con quien, era algo obvio pero igual prefería no hablar del tema.

Del que si no me pude escapar fue de mi hermano que estaba esperándome ansioso en el salón.

– ¿y bien? – Pet estaba sentado con mirada intimidante y en posición como si estuviera en una película de mafiosos.

– ¿y bien qué? – me hice la desentendida.

– ¿Julieta, como pasaste la noche?

–normal Peter Pan ¿y tú?

–no...no, yo no pase la noche fuera... ¿cómo te fue con tu Romeo?

–Pet solo dormí en su casa, además yo soy adulta, no debería darle explicaciones a mi hermano menor.

–yo no te estoy pidiendo explicaciones, solo quiero información acerca de mi cuñado.

– ¿Tu cuñado?– enarque una ceja.

–Juls, no te hagas... ¿dime que almenos se besaron?

La expresión de mi cara fue la respuesta suficiente para mi hermano y suficiente para que fuera el tema de conversación durante una semana.

¿Porque todo el mundo se alegraba tanto de que Teo y yo comenzáramos algo?

Me dirigí a mi cuarto y revise mi celular, tenía muchas llamadas perdidas de Marina, ¿habría pasado algo?, eso me pasa por llevar el celular en silencio.

Rápidamente le mande un mensaje para que se conectara por Skype.

Tenía un mal presentimiento.

15 días para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora