Capítulo 9. Una semana

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dedicado a mi TWIN

Al instante Marina estaba en la pantalla del computador, sus ojos estaban hinchados, su nariz roja, su cabellera larga y rubia recogida en un moño desecho. Claramente había pasado algo malo.

- ¿Mar...que ha pasado cariño?

- ¡Juls, me despidieron! -dijo entre sollozos.

- ¿Pero...como te van a despedir, si eres la mejor chef que conozco, Marina esto no es una broma verdad?

-Ya quisiera yo...-su rostro hacia que mi corazón se volviera pequeñito, a Mar le encantaba su trabajo y le había costado mucho llegar a jefa de cocina.

-pero que ha pasado, aún no me cabe en la cabeza que te hallan despedido.

-hubo un cliente en el restaurante que... puso una queja sobre un mechón de pelo en su comida, el... el pelo era rubio y no lo pensaron dos veces, fueron directo a echarme.

-pero tú no tienes siempre el pelo recogido, ¿Mar tu eres súper cuidadosa con eso, como pudo pasar?

-no lo sé juls...no lo sé- se echó a llorar y mi corazón se rompía de no poder estar cerca para abrazar a mi amiga.

El sueño de Marina siempre había sido tener su propio restaurante y encargarse de la cocina ella misma con un equipo competente. Ella aún estaba ahorrando para poder tener su negocio propio o tener el dinero suficiente para hacerse socia de un local.

El restaurante donde trabajaba era perfecto para ella, empezaban después de mediodía, le dejaban ser creativa con los platillos. ¡Vamos el trabajo de sus sueños!

Por eso más que nada sabía lo mal que se sentía, al contrario de mí, que cuando renuncie sentí un gran alivio porque no estaba de acuerdo a las políticas y antigüedades de mi jefe para cualquier columna.

-Mar, vamos tranquilízate...en una semana vuelvo a casa y vamos a solucionar algo, ya somos dos desempleadas en la pequeña familia. -dejó ver una pequeña sonrisa cuando le dije eso y me quedaba un poco más tranquila.

-solo falta que cuando llegue a casa me encuentre a Dabbita en el sofá con helado y haya decidido no trabajar más. -se rio

-lo del helado es muy probable y...si decide no trabajar más ya tenemos buena excusa para irnos a un reality de esos que ven-comenzamos a reír las dos. -oye... ¿y no estás en la casa? ¿Dónde estás?

-vine a casa de Martín, quería despejar la mente y él no está por aquí.

- ¿no está? Qué raro, él a esta hora siempre está por casa.

-Tal vez cogió un vuelo a New York a buscarte -Mar y sus sarcasmos

-Por su propio bien espero que no-comenzamos a reír.

Termine de hablar con Marina y sentí que sacó un poco lo que llevaba por dentro, se desahogó y termino riendo un poco.

Extrañaba mucho a mis amigas, eran como mi familia, desde los 17 vivíamos juntas y no nos habíamos alejado tanto tiempo desde entonces.

Solo me quedaba una semana en la cuidad para volver y eso me hizo pensar en Teo... ¿qué va a pasar con nosotros cuando me valla? ¿Porque me puse a pensar en esto ahora?, tenía que haberme dado cuenta antes, no creo que él sea consciente de esto también... ¿porque demonios todo se hace difícil cuando mejor están las cosas?

***

Pasó la noche, dormí de maravilla, estaba ansiosa y tenía la casa sola. Mi hermano había salido con sus amigos a comprar cosas que necesitarían en la universidad y mis padres en sus respectivos trabajos, aprovechando el momento para utilizar mis dotes en el arte culinaria. Que eran muy escasos clave aclarar.

Teo me envió un mensaje mientras cocinaba, factor que no ayudo nada a mi concentración.

Teo: hola juls, ya termine de trabajar, ¿estas ocupada? Quería invitarte a cenar.

Julia: tengo una idea mejor ven a casa, estoy preparando yo la cena.

Teo: vale, ¿quieres que pida pizza por si acaso?

Julia: ¡Teo!!!

Teo: ¿qué? no confío en ti y una cocina juntas.

Porque todo el mundo asumía que se me daba tan mal la cocina.

Cariño porque se te daba mal

Julia: sabes que, ya no vengas.

Teo: tarde

Julia: ¿cómo que tarde?

Teo: estoy subiendo las escaleras.

Apenas terminaba de leer su último mensaje y ya estaba tocando la puerta, la abrí y se encontraba recostado en el umbral de ella con una sonrisita boba en sus labios.

Le puse cara de enojo por lo que me había dicho a lo que el respondió dándome un beso corto en los labios me miro y luego me dio uno más intenso.

Creo que pasaron varios minutos mientras nos quedamos en el umbral, tanto así que empezó a oler a quemado.

- ¿que huele así? -Teo arrugo un poco su nariz.

-Mierda la estufa, sigue encendida -corrí a la cocina rápidamente.

-ves porque tenía que pedir pizza, comida china o tailandesa. -lo miraba con mala cara otra vez mientras él me seguía a ver mi desastre.

-Bueno hazlo tú - le indique el tazón con la salsa chamuscada.

-Sería un honor- pensé que lo decía en tono de burla pero se acercó, se puso un delantal y comenzó a arreglar mi desastre.

- ¿pero tú sabes cocinar?

- ¿Julia tu misma no me viste prepararte el desayuno ayer?

-sí, 'pero de unos huevos revueltos a reparar una salsa para pasta.

-Cuando vives solo tienes que aprender- enarcó su ceja

-yo vivo sola.

-si... pero una de tus amigas es chef de cocina-se giró con una mirada juzgante un tono de burla.

Levante mis manos en son de paz mientras nos reíamos un poco.

Yo me encontraba limpiando un poco el desastre mientras Teo cortaba algunas especies y me estaba haciendo un cuento de David y algo que le había pasado.

No le prestaba la atención suficiente porque me quedaba viéndolo embobada ¿Por qué se veía tan sexy cocinando? Tanto al punto que parece que se dio cuenta.

- ¡juls...juls...! JULS!

-que...

-en que planeta estabas...

-en el que regreso a casa en una semana.

Se quedó callado por un momento.

- ¿en una semana? Yo creí que era en dos...mierda-se quemó con la salsa

-Si en una-pensé que reaccionaria diferente, pero es normal, él si estaba consciente que tuviéramos lo que tuviéramos no dudaría mucho tiempo.

Y yo como siempre vivía ilusionada, siempre me pasaba igual. Fuese lo que fuese solo me quedaba una semana aquí y luego todo volvería a la normalidad así que no importaba si seguía pasando algo o no entre nosotros... creo que lo mejor era disfrutar de lo que me quedaba de vacaciones.

15 días para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora