Capítulo 13. Soñando con Tiburones.

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Pasaron 10 minutos desde que envié el mensaje a Teo, ni siquiera sé porque lo envié tan repentinamente, seguro está en su trabajo, o está ocupado para mis bobadas. No lo voy a molestar más, no me gusta agobiar a las personas y siento que a veces lo hago con él.

Desde que nos reencontramos no me he despegado de él ni un solo día, cosa que hace que me angustie un poco en pensar que me voy y no lo veré mas, me he apegado tanto que no entiendo cómo pudieron pasar 15 años sin verlo, sin saber nada de él.

Y solo de pensar en lo mal que lo pase cuando ese amigo de la infancia se alejó de mí hace que no deje de pensar cómo voy a superar volver a dejarlo de ver ahora, que no solo es un amigo, ahora que se ha convertido en algo...¨digamos especial¨ para mí.

Tocan la puerta de mi habitación, cosa que es extraña en casa ya que todos abren como si la privacidad fuera algo que no está en sus diccionarios.

Mi ceño se frunce.

- ¡PASAAA!- grite un poco más de lo que hubiera querido y con malas ganas.

La puerta se abre lentamente y yo seguía extrañada, por lo que asome la cara fuera del edredón donde llevaba metida desde que termine de hablar con Dab.

Y en ese momento se me paralizo el corazón, ahí estaba, ese espárrago molesto del que me estaba enamorando, un poco agitado con su pelo castaño alborotado hacia los lados.

-Hola ciruelita- veo como su boca se curva hacia arriba y sus mejillas se tornan de un color rosa al que no estoy acostumbrada a ver en él.

-Hola espárrago- no me lo puedo creer, vino hasta aquí y yo preocupada porque no me respondía el mensaje.

-A dónde quiere ir mi pequeña ciruelita- hiso un ademán de hablar como un digno actor de una obra de Shakespeare.

- ¿no tienes que trabajar? Yo no quería interrumpirte, es una tontería solo quería despejarme, no era necesario que vinieras ahora y...

No me deja terminar de hablar para acercarse y darme un abrazo fuerte.

-Nunca dudes en llamarme sea por la cuestión que sea...siempre voy a estar ahí, tenlo claro juls. -y me da un beso corto en los labios.

Como no enamorarse de este hombre

Alejándose un poco de mi regazo me mira a los ojos y me estremezco con el simple hecho de mirarlo fijamente, me transmite sentimientos que yo no sabía que podía llegar a sentir por alguien. Teo ha llegado para poner mi mundo cabeza arriba, tal vez algunas personas digan que es el hechizo del momento, otras dirán que es la fantasía de reencontrarse con una persona a la que le tenías mucho cariño y puede que sea verdad.

Pero yo no creo eso, creo que cada persona tiene su alma gemela, y en cada pareja se tomaran caminos separados para luego reencontrarse con más fuerza y vivir juntas el resto de sus vidas.

No sé si esa última parte pueda ocurrir en mi caso pero me gusta soñar y fantasear, me gusta creer que voy a tener una historia de amor como esos libros que leía en la adolescencia, y más me gusta pensar que sería junto a Teo.

Y no me mal entiendan, mis antiguas relaciones han sido buenas, con personas agradables, como Martin, nos queríamos mucho aunque con el paso del tiempo se fue desgatando y volviéndose un poco toxica por parte de él, pero Teo es diferente, las personas cambian, y es verdad que no es ese niño que deje de ver, de hecho es un mundo entero que quiero conocer.

Indagar hasta lo más profundo de su persona me tiene hechizada y solo me hace volver a pensar que solo 15 días no bastan para enamorarse.

-Voy a ver a tu hermano en lo que te cambias- su voz me sacó de mis pensamientos, solo él sabe cuánto tiempo estuve mirándolo sin decir nada.

15 días para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora