Aunque ya sabía que vendría, me siguió tomando por sorpresa el hecho de tenerlo justo delante luego de meses sin verlo.
Martin mi ex, un chico de gran complexión física, es decir muy alto, grandes músculos todo un Hércules vamos a decirle. Su cabello negro azabache, su mandíbula marcada con una barba tupida y ni contarles de sus abdominales perfectamente marcados.
Realmente el único parecido que tenía con su hermana Marina era el tono azul claro de sus ojos, porque ni tan siquiera el carácter.
Mi Popeye es puro amor, muy sensible y siempre se preocupa más por los demás que por ella misma en cambio Martin es muy seco, sus necesidades y caprichos siempre tenían que estar por sobre los demás. Recuerdo que me costaba mucho sacarle las palabras, era muy reservado hasta conmigo que fui su pareja durante muchísimo tiempo.
En este instante me encontraba en una situación bastante incómoda, la última vez que le vi me rogaba para que volviéramos juntos y le dije que no que me dejara pensar, que necesitaba unos meses para mii. Ni tan siquiera habíamos hablado por mensajes, lo que sabía de él era porque Mar me lo contaba y no estoy al tanto de que le puede haber contado Mar sobre mi vida estos meses.
Pasaron unos segundos sin que dijera nada hasta que se me ocurrió reaccionar.
-eh... amm... hola Martin, cuanto tiempo.
-me dijiste que te diera unos meses, no quise agobiarte más. -me quede callada luego de que hablara, no sabía que responderle.
- ¿puedo pasar? - pregunta al ver que no respondo y solo me le quedo mirando.
-em, si si claro, tu hermana esta por...
-la cocina, claramente.
-pues sí, ya la conoces.
-Mejor que este ella a que no estés tú- su riza es ronca y reservada.
-Ya he adquirido habilidades culinarias -me miro enarcando una ceja.
-te creeré cuando te vea con mis propios ojos.
- ¿vas a pasar o no? - la verdad es que no quería dilatar más esa conversación.
Se adentró en la casa y al pasarme por el lado me rozo intencionalmente y decidí ignorarlo, el asunto Martin quería dejarlo lo más posible alejado de mí y más en este momento que lo había vuelto a ver luego de un tiempo y no sentí nada.
Esas mariposas que algunas vez sentí ya no estaban o en realidad si estaban pero eran por otra persona.
***
La fiesta resultó ser más grande de lo que pensaba, todos nuestros amigos y vecinos están aquí, Dab está bastante alcoholizada bailando sobre la mesilla del salón, Mar ha caído inconsciente sobre uno de los sofás y yo aún no sé cómo no me he quedado dormida luego del molesto viaje.
Los chicos bailan por todos lados solamente estamos tres personas sentadas en toda la casa, Martin está en uno de los sillones cerca de su hermana, yo me encuentro en el que está justo enfrente de ellos con la mirada un poco perdida y sé que es a causa del cansancio.
Amara nuestra vecina se acerca y se sienta junto a mí.
- ¿pero julia, y esa cara que traes?
-marrita!! - Le abrazo tan rápido como puedo- hace mucho no te veía.
-Claro que no me veías, si andabas de turista- ambas nos reímos- ¿qué tal New York?
-es maravilloso, que te puedo decir. -mi cara parece mostrar más de lo que digo la parecer.
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15 días para enamorarse
Novela JuvenilJulia una chica de 24 años que ha pasado por situaciones de estrés en sus últimos meses, hasta que un viaje no planeado del todo le cambia la vida y se reencuentra con una persona de su pasado que le hará poner su mundo cabeza arriba