capitulo 44

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Tim estaba profundamente dormido escuchando a lo lejos alguien que lo llamaba moviendolo delicadamente de su hombro

-mamá otros 5 minutos- dijo adormilado pero apenas se dió cuenta de lo que dijo se levantó de la cama en un segundo

-lo siento, lo siento. Ya estoy despierto- se disculpó pero luego se detuvo en mirar a quien lo había despertado

-buenos días Tim. El desayuno estará listo en unos minutos. Arreglate para la escuela tranquilamente y ven a comer, vale?- la pelinegra sonreía dulcemente desde la cama adonde estaba sentada

-si, claro. Gracias...ehm...-

-Selina-

-Gracias Selina-

-de nada Tim- respondió antes de salir y cerrar la puerta tras ella.

El niño se alistó y preparó su mochila para la escuela. No podía evitar suspirar tristemente. La manera en la que Selina lo despertó le recordó a su madre y ahora todo ese lugar lo confundía. El día anterior había completamente ignorado ese sentimiento de incomodidad pero la verdad es que todo ese ambiente era bastante raro desde su perspectiva. Estaba acostumbrado a su casita acogedora. Un lugar no demasiado pequeño adonde no te podías perder, en cambio esta mansión era un laberinto y necesitaría un mapa para no perderse. Como se supone que se acostumbraria a vivir ahí cuando lo único que realmente deseaba era regresar a su habitación con sus padres esperándolo en la cocina. Como cambiaría su vida? O más bien, que es lo que quedará igual a antes?

~supongo que nada~ Tim encontró las escaleras solo porqué su habitacion estaba frente a ellas.

Bajó y luego de atravesar la sala llegó al comedor que, como todo en esa casa, era inmenso. La mesa era más grande de cualquiera que hubiera visto antes. En ella cabian tranquilamente unas quince personas a pesar de que quienes vivian ahí eran solo tres personas: Alfred, Bruce y Selina

-buenos dias Tim- saludó Selina.

Era la unica que estaba en el comedor

-buenos dias-

-sientate adonde te sea más comodo- dijo con gentileza a lo que el niño se sentó frente a ella pues a pesar de que le había dicho que se pusiera comodo no podía evitar comportarse como si fuera un huésped en la mansión.

Alfred llegó a servirles su desayuno a lo que ambos agradecieron antes de empezar a comer

-...ellos no vienen a desayunar?- preguntó con timidez

-ambos salieron hace una hora. Bruce tenía trabajo y para serte sincera no se que tenía que hacer Rachel-

-entiendo- Tim terminó su desayuno estando envuelto por un silencio incomodo.

Al terminar Alfred acompañó al niño a su escuela y las horas de lección no fueron muy diferentes a como fue esa mañana. Se las pasaba perdido en sus pensamientos mirando hacia la ventana de la clase. Cuando fue al comedor de la escuela para almorzar tomó su comida y fue a un rincón tranquilo para poder seguir razonando sobre sus débiles teorías. Luego del almuerzo siguió con su actitud hasta que llegó la hora de irse. Deseaba que al salir su padre estuviera ahí para recogerlo pero sabía que no pasaría...aunque tampoco lograba divisar al mayordomo

-Tim! Por aquí!- llamó su atención la voz de alguien bien conocida al acercarse corriendo hacía él

-hola Rachel-

-siento mucho tardar. No estoy acostumbrada a manejar los carros-

-descuida. No tuve que esperar, de todas formas, acabo de salir-

-que bueno. Me preocupaba eso. Bueno, vamos?- preguntó mientras lo guiaba al auto.

El niño le dió una ligera pero sincera sonrisa y subió en el asiento a lado de Rachel quien manejó con apuro hacia la mansión

-porqué tanto apuro?- quiso saber

-prometí que iba enseñarte a la mansión y no puedo esperar para hacerlo- dijo emocionada.

Al llegar y parquear el auto Rachel empezó enseguida con el recorrido turístico. Le hizo dar la vuelta de todo el jardín para luego entrar a ver la sala, la cocina, la biblioteca, el despacho de su padre y las habitaciones de la pareja, la de Alfred y la suya

-como te prometí aquí tienes mi cuarto- el chico miró atentamente su alrededor y esta si parecía satisfacer la descripción de una habitación como la había describida Tim la noche anterior.

Aún estaban comics y videojuegos en la estanteria al igual que algunas fotos

-ahora falta solo una habitacion- dijo impaciente, ni siquiera le queria dejar el tiempo de hacer sus hipótesis

-ya conozco la habitación de tu hermano-

-no es su habitación la que quiero enseñarte-

-entonces que es?-

-descubrelo- provocó la mayor saliendo de su cuarto para ir al que se encontraba a lado del de Jason.

Abrió la puerta y le dió paso a Tim que entró primero. La habitación no parecía diferente a las demás. Había un escritorio, una estanteria, una cama de plaza y media y un baño. Se acercó a la estanteria para ver que había ahí. Uno que otro libro. Todos los conocia, los había leido, incluso los tenía en su antigua habitación. Tomó el que era su favorito y lo ojeó distraido pero algo llamó su atención entonces enseguida comenzó a revisar a los demás libros

-estos...estos son míos...estos estaban en mi habitación! Como los obtuviste?!-

-no fue nada sencillo. Todo lo que logré recuperar me tomó toda la mañana para conseguirlo- admitió.

Tim recorrió la habitación con más atención. Encontró su mochila de la escuela con muchos de sus libros y cuadernos tambien pero lo que hizo escapar una lagrima a su autocontrol fue ver las fotos que estaban en el escritorio. Eran solo dos pero le encantaban. Una era de sus padres estando abrazados y la otra una foto de ellos tres en un viaje que hicieron en el verano pasado. Secó sus lagrimas y fue a abrazar con fuerza a Rachel

-gracias- fue lo unico que supo decir.

La mayor acarició su cabello devolviendole el abrazo

-de nada- se quedaron asi un rato hasta que el sonido del teléfono de la chica llamó la atención de ambos

-perdón- dijo al separarse para responder la llamada

-diganme.....detente, no entiendo. Que es lo que pasa?......voy en camino. Ustedes no toquen nada por favor- colgó el telefono y miró con tristeza al menor

-lo lamento tanto Tim pero tengo una emergencia. Tendrás que quedarte solo pero Alfred no tarda en llegar. Crees poder hacerlo? Puedo llevarte a la oficina con papá si no quieres quedarte solo-

-no te preocupes. Estaré bien-

-en serio?-

-si, claro-

-está bien. Nos vemos en la noche hermanito- el menor la abrazó de nuevo para saludarla

-hasta luego-

Robin-una historia que continuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora