●Narrador protagonista: Andrés●
El trastorno compulsivo sexual, es como una adición a tener relaciones sexuales. En una clase hablamos de ella y no pude dejar de investigarla, puede...que yo sufra eso, tengo algunos rasgos. Esto es malo, muy malo, yo no puedo tener algo así...no puedo.
Y así fue...como todo comenzó.
●6 de Diciembre, 5:34 p.m.●
-Ah...este, hoy no puedo tengo que ayudar a mi madre. Otro día ¿si?- Dije mientras que me esfuerzo intentando llevar las bolsas, si, me encuentro en el supermercado con mi madre haciendo las compras, odio llevar bolsas. Y con el que estoy hablando por teléfono es mi novio, Gonzalo, hace mucho que no nos vemos, dijo para dar un paseo en el parque pero como sabéis estoy ayudando a mi madre.
-No te preocupes, será para otro día...adiós cuídate- Y sin más colgó, solo mire mi móvil y lo oculte en mi bolsillo, mañana lo invitare almorzar y todos felices.
-Cariño ven acá- Me llamo mi madre guiándome a otro sector de dicho lugar.
-Sálvame diosito...-
●Al día siguiente, 2:01 p.m.●
El invierno, la época del año más fría, donde dormir es lo esencial. Las fiestas se acercan y con ellas las compras...mi madre me ha llevado de aquí para allá, compras tras compras el mes más agotador del mundo. Perdiendo eso de vista, hoy saldré con Gonzalo, iremos a ver una película al cine y después donde nos lleve el mundo, estoy muy emocionado, en verdad ya quiero que sea la hora para verlo. Me propuse a llevar ropa muy abrigada debido al frío que recorre todas las calles, aunque estaremos en el coche de Gonzalo, pero igual...tampoco será TAN abrigada ¿Sabes?. Una camisa blanca la cual es opacada por un suéter de color azul Capri, por debajo unos pantalones Trekking negros y zapatillas de plataforma alta de tonada blanca. Adornando mi cuello una gargantilla negra con un dije de estrella blanca, por mi cabeza un beanie negro (gorro de lana, etc). Bueno creo que estoy listo, solo me perfume y cogí mi móvil, ya son las 2:58 en unos minutos vendrá Gonzalo a por mí...que emoción ¿no?.
-Hijo, vino Gonzalo a recogerte. Esta muy guapo- Dijo mi madre con una sonrisa de oreja a oreja, creo que mi petición se hizo realidad.
-Gracias má, adiós- Camine hacia ella y bese su cachete.
-Cuídate, que tengan un lindo día...adiós- Nuevamente ese tono de voz, esta vez me sonrío cerrando los ojos. De esa manera salí de mi cuarto, rápidamente baje las escaleras y salude a mi padre y hermanita, acto seguido salí cerrando la puerta. Al partir completamente del lugar me encontré con Gonzalo recostado en su carro, vestido elegantemente, me sonrío y abrió la puerta del auto para mi.
-Que caballeroso- Elogie tal desempeño del mayor, y sencillamente entre en ya mencionado medio de transporte, para así emprender nuestro viaje. Y como fue de esperarse llegamos al cine, y ahí compramos las entradas para una película, la cual nos llamo la atención ambos. Entramos en aquella sala enorme, al sentarnos y acomodarnos en cuestión de instantes la película comenzó, dándonos a conocer una de las historias de terror frazadas en echos reales. Durante la producción hubo unos que otros sustos, pequeños gritos dado por la audiencia y sobresaltos. Pero sin duda la pasamos de maravilla. Ya al salir nos dijimos al carro mientras reíamos en forma paralela de hablar.
-¿Dónde vamos ahora?- Preguntó Gonzalo indeciso, me miró de reojo e interactuó sus llaves con el auto haciendo que este arrancará, yo no respondí tal pregunta debido a que la respuesta no se hace presente, tan solo imite el sonido que hace uno al pensar. -¿Vamos a mi casa?- Nuevamente pregunto, esta vez sí tengo la respuesta.
-Claro- Con alegría expresé dicha frases y ya así nos marchamos del estacionamiento, el trascurso del viaje fue callado, un silencio cómodo adornaba el ambiente, sin necesidad de entablar una conversación...tan cálido.
●Narrador omnisciente●
El joven de ojos café se encuentra tan profundamente en sus pensamientos al punto de no darse cuánta que llevaron al hogar de su pareja, Gonzalo bajo del auto y caminó hasta la puerta del menor. Ya ahí la abrió con cuidado y tomo en brazos a Andrés, lo cogió tal y como una princesa, un acto tierno y gentil.
-¡Oye, Oye!¡Bájame!- Exigió entré chillidos Andrés, unos chillidos que son intervenidos por sus risas. Gonzalo no le hizo caso y siguió caminando. -¡Bájame!¡Amor!- Aunque grité su contario no le hace caso, Andrés siguió exigiéndole que lo bajase algo que era denegado. Ambos entraron al departamento, Gonzalo con aún Andrés en brazos lo llevo hasta la sala dónde lo dejo recostado en el sofá, caminando nuevamente a cerrar la puerta. -No soy un niño...puedo caminar solo- Dijo entré dientes Andrés soplando unos de sus mechones de cabello que habían interrumpido su vista, Gonzalo sin decir aún nada se acercó al menor colocándose arriba de él.
-¿En que piensas?- Dijo serio expresando un rostro de enfado, entre cerro sus ojos y lo miro fijamente. Andrés al sobresaltarse quedo totalmente mudo, de la nada una chispa se encendió dentro del menor, algo que lo impulso a tomar de los cachetes a Gonzalo y besarlo. Un beso apasionado que fue correspondido con pasión.
-¿Te acuerdas...de aquella vez en la fiesta de fin de año?- Susurro Andrés jugando con el atuendo del contario, Gonzalo rápidamente hizo recuerdo y sabia perfectamente lo que su pareja quiere. El de cabello shiraz oscura coloco su mano detrás de la nuca de Andrés y aplico presión haciendo que estrellara sus labios a otro beso salvaje, llevo su otra mano en muslo de Andrés apretando originando un escalofrió para el menor, el beso parece que nunca terminara ya sus pulmones ruega una entrada de oxigeno. Se apartaron, Andrés se recostó y comenzó a coger aire sofocando su respiración, abrió un poco sus ojos observando a su pareja en sus mismo estado.
-¿Quieres que sea salvaje?...pues no te quejes- Hablo Gonzalo con tonada severa, miro fijamente a su contario, sus ojos sin brillo solo exhibe la lujuria. Gonzalo beso en cuello del contrario provocado la salida que gemidos al menor, los besos pronto subían y quedaban estancados en la boca de Andrés. Gonzalo con delicadeza empezó arrebatarle el pantalón al de ojos café, en cuestión de segundos Andrés no se encontraba con nada por debajo tan solo lo cubre su suéter. El híbrido contemplo al más bajo, observando cada parte de su cuerpo. Andrés miro la entre pierna de Gonzalo, coloco su dedo índice en la hebilla del cinturón del mayor, levanto su mirada para posarla en su pareja.
-¿Por qué no te lo sacas?- Dijo coqueto.
-¿Por qué no me lo sacas tu?- Pregunto el mayor, Andrés suspiro e impulso al mayor para que este se recostarse en el extremo del sofá. Al aproximarse a el con cuidado desato el cinturón, bajando un poco el pantalón del otro junto a su bóxer. Relamió sus labios y con cuidado relleno el interior de su boca con el miembro del mayor, dando comienzo a los movimientos de arriba hacia abajo. Aquellos movimientos cada vez se vuelven más rápidos, Gonzalo coloco su mano en la cabeza de Andrés acariciando su bello y suave cabello, pronto esa caricia fue un agarre el cual interrumpió los movimientos de Andrés para impulsarlo a incorporar todo el miembro del mayor dentro de la cavidad bucal de aquel joven. Andrés al lograr sacar eso de su boca tocio un poco derramando un liquido blanco de su boca.
-Ah~-
«...»
-No puedo creerlo...- Dijo una señora de cabellera caramel, coloco sus manos en su cabeza y comenzó caminar sin rumbo alguno. -Esto...yo no puedo permitirlo- Su voz se puso temblorosa, una joven de cabellera negra y ojos azules le toco el hombro, parando aquella caminata absurda.
-Yo puedo ayudarla- Melosamente hablo la joven de cabellera negra, regalando una bella sonrisa.
-Gracias...- Agradeció la ayuda de la híbrida.
-Bueno comencemos...¿Cómo se llama su hijo?- Sentó a la señora en un sofá.
-A-Andrés...-
_Adiciones_
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♪~Adiciones~♪ {Spartor}{Andri}
Fiksi PenggemarDos jóvenes locamente enamorados, al final terminan declarándose y saliendo como parejas... todo muy cursi y hermoso, hasta qué... Las adiciones en cierta manera son malas, más cuando son en exceso, pero... solo una vez por día está bien, ¿no?. ⚠ Or...