Capítulo 11

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Mix estaba inconsciente junto a cuatro brujos, que discutían entre ellos.

—Sabes que no es necesario matarlos. Con solo obtener un poco de su sangre y matar a un brujo cualquiera, la maldición se romperá, Kela —dijo Tay, enojado.

—Ellos no querrán darnos su sangre, Tay.

—¿Acaso les has preguntado? ¿O es que simplemente quieres estar con Mew? —dijo Art, desafiándola.

—¿Y qué si es así? Si puedo tenerlo, será mío.

—Estás provocando una guerra innecesaria, Kela —dijo Kao, furioso—. Yo me retiro de esto, no quiero problemas.

—¿Estás seguro? ¿Acaso no te gusta Gulf? Él está débil, y podrías tenerlo fácilmente, querido Kao —respondió Kela con voz segura.

—Es capaz de matarme con solo mirarme. Sabes que prefiero vivir solo —contestó Kao.

—Un vampiro puede vivir sin ojos, ¿lo sabías? —dijo Kela, riendo.

—¡Estás loca, Kela!

Dicho esto, Kao y Tay abandonaron el castillo y se dirigieron al mundo de los humanos, pues no querían involucrarse en esa guerra. Ellos preferían vivir tranquilamente entre los humanos.

Art y Kela permanecieron junto a Mix. La razón por la que Art no se había ido era porque también quería a Mew, y pensaba que si podía matar a Kela después de que ella se deshiciera de Gulf, él se quedaría con Mew.

La guerra había comenzado. Los lobos, las hadas, los vampiros y los elfos luchaban contra los brujos, que se rendían fácilmente, ya que ni siquiera sabían por qué estaban peleando. Así fue como lograron rodear el castillo donde se encontraban Kela y Art. Las hadas fueron las primeras en descubrir su ubicación, ya que estaban en el último piso. Aunque estaban lejos del campo visual de las criaturas mágicas, las hadas podían comunicar todo lo que veían a los elfos, vampiros y lobos. Los lobos estaban listos para matar a Kela, al igual que los elfos y vampiros. Mientras tanto, las hadas mantenían a los demás brujos informados y los amenazaban para que no intentaran salvar a esos dos.

—Están en el último piso. Mix está encadenado y se ve mucho más pálido de lo habitual. Solo están Art y Kela. No hay rastro de Kao ni de Tay —informó Win, descendiendo rápidamente por orden de Bright, quien se quedó en su posición.

—¿Muy pálido? —dijo Earth, preocupado.

—Si podemos darle sangre dorada junto con la tuya, debería recuperarse, ¿verdad, Gulf? —preguntó Mew.

—Depende de cuánto polvo le hayan echado. En el peor de los casos, podría estar dormido por un año o dos —respondió Gulf, con tristeza.

—Eso no pasará. Win, ¿puedes decirle a Bright que ustedes dos vayan al mundo de los vampiros para avisar que llevaré a Mix de emergencia y que necesitará la mejor sangre? —dijo Earth.

—Sí, ahora mismo se lo digo y nos vamos.

Una vez que Bright y Win se dirigieron al mundo de los vampiros, Tommy y Jimmy continuaron vigilando a Kela y Art, y les indicaron cuándo atacar. Primero fueron los lobos, luego los elfos, y finalmente los vampiros. Earth estaba con los lobos, Mew con los elfos y Gulf con los vampiros, ya que todavía estaba débil y Mew no quería que le pasara nada.

Al llegar al lugar donde estaban Kela y Art, Gulf se quedó atrás. El plan era que Mew, Earth y los demás distrajeran a Kela y Art, mientras que Jimmy y Tommy se llevaban a Mix y lo bajaban, donde Gulf lo estaría esperando para llevarlo rápidamente al mundo de los vampiros.

Todo iba bien hasta que Art vio a Gulf y lanzó un hechizo que este pudo esquivar por poco, bajando rápidamente mientras otros vampiros luchaban contra Art por su osadía.

En el campo visual de Earth, Mix ya no estaba; Jimmy y Tommy lo habían sacado sin que nadie se diera cuenta. Earth entonces dejó que los lobos se vengaran, atacando a Kela, que ya estaba a punto de morir. Al ver esto, Mew apartó a los vampiros que atacaban a Art, dejándolos inconscientes para luego quemarlos en una hoguera.

Earth y Mew descendieron rápidamente al mundo de los vampiros, mientras que los demás regresaron a sus mundos para preparar todo para la hoguera, que se celebraría en el mundo humano, en una zona desértica.

Los lobos y los vampiros lograron dejar inconscientes a Kela y a Art. En ese momento, aparecieron los reyes y gobernantes de cada mundo para llevarlos al mundo humano, precisamente al lugar donde sería la hoguera.

Mix seguía inconsciente, pero aún así tomaba sangre dorada y de Earth para recuperarse lo antes posible. Por otro lado, Mew estaba muy preocupado por Gulf, quien estaba pálido, no tanto como Mix, pero lo suficiente como para que corriera el riesgo de ser puesto a dormir por un año.

—Gulf, quédate tranquilo. Sabes que estar angustiado te hará mal —dijo Mew, muy preocupado.

—Como dije, ahora sí te preocupas, ¿no? ¿O acaso no quieres estar con otras personas?

—Sabes que no sabía lo que hacía, no recordaba nada.

—¡Pero aun así! —gritó Gulf—. Aún no has pedido perdón —susurró.

—De rodillas —dijo Mew—. Perdóname, Gulf, sabes que de verdad te amo.

—No lo sé, también decías amar a esas personas, ¿no?

—¡Claro que no! Ellas estaban conmigo por mi poder, que utilizaba sin darme cuenta.

—¿Prometes que no harás eso jamás?

—Lo prometo por la eternidad.

Gulf abrazó a Mew, pero este, extrañando los hermosos labios de su novio, prometido y futuro esposo, lo besó. Fue un beso tierno, uno que simplemente decía: "te amo, amor mío".

En el desierto del mundo humano, estaban reunidos los pecados capitales y los reyes de todos los mundos mágicos. Esperaron a que Art y Kela despertaran para quemarlos vivos. Ellos suplicaron que detuvieran el fuego, pero nadie les hizo caso. Habían perdido demasiado en los últimos días.

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Atte. Griss ♡

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