CAPÍTULO XVI: ENCUENTRO EN EL BOSQUE

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Después de que pasara la ventisca, Nessa se levantó temprano como se lo prometió, internamente se había jurado a sí misma que no descansaría hasta encontrar a su padre sin importar qué tuviese qué hacer, dejó la cama intacta como le habían enseñado a hacerlo y sin hacer ruido, pasó por la habitación de Ramsey encontrándolo profundamente dormido, cerró de nuevo la puerta con la misma sutileza con la que la abrió, luego bajó hasta la cocina para prepararse un desayuno simple y llevarse unas cuántas cosas para tener algo que comer durante su viaje, estaba preparando café y tomándolo en absoluto silencio.

-Buenos días-. Saludó Ramsey detrás de ella recostado en el marco de la puerta como solía hacer antes de acercarse a la mesa, Ramsey era una persona madrugadora, desde pequeño y gracias a su padre se había acostumbrado a levantarse temprano a excepción de los fines de semana en donde se levantaba un poco más tarde, eso sí sin olvidar su rutina, que básicamente era: levantarse, desayunar, hacer ejercicio, abrir su tienda a la espera de que alguien viniese por un consejo o lecciones; almorzar, mantener su tienda abierta por dos horas más y cerrarla, para dedicarse el resto del día y noche a leer o simplemente a dar paseos cortos por el bosque, dialogar con su padre o visitar a la abuela de Ness, pero siempre procuraba no ser visto por nadie, ni siquiera por los otros residentes de la cuidad de Inverness, cualquiera lo tacharía de cobarde o miedica sin saber por lo que ha pasado, Ramsey como muchos otros también se había acostumbrado a desconfiar de las personas y solo podía confiar hasta su peor secreto a  Mortdecai, Crowley, Adaira, Kendall, Jacob y Nessa. 

-Hola Ramsey-. Le respondió ella mientras untaba mantequilla en su tostada para luego comenzar a preparar otras y servir otro café para su acompañante, al fin y al cabo la casa era de Ramsey y no suya, además se vería de muy mal gusto comer delante de la persona que te está hospedando y no mostrar un gramo de gratitud así sea con un simple desayuno, si había algo admirable que tenía Nessa, eran sus principios y valores, sí podía ser un poco rebelde y solitaria pero siempre estaría dispuesta a ayudar a quien lo necesite y tratar a todos con respeto así la otra persona no fuese alguien agradable o se creyeran los reyes del mundo.

-¿Estás lista para tu viaje?-.

-Absolutamente y más después de haber leído y escuchado todo lo que sabías acerca del mundo mágico, sin embargo algo me preocupa-.

-¿Qué te preocupa pequeña?-.

-Encontrarme cara a cara con el causante de todo este desastre-. De nuevo ese deseo se había adueñado de Ramsey, no quería dejarla ir y menos cuando Nessa había dicho eso, sin embargo mostró su cara más seria y le puso una mano en el hombro en señal de apoyo esperando pacientemente si ella tenía algo más que decir. -También me preocupa no volver a verte Ramsey, o no volver a ver a mi familia-.

-Vamos Ness, eso no pasará-. Le dijo mientras se arrodillaba hasta estar a su altura y de nuevo le acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja. -No me gusta mucho la idea que tienes en mente, sin embargo estoy seguro de que eres una chica fuerte y podrás enfrentar cualquier cosa que se te atraviese, no lo olvides, eres la elegida de Taranis-.

-Gracias por el apoyo Ramsey-. Terminaron el desayuno en silencio, dejó las cosas en el lavaplatos, cogió una vez más su arco y flechas caminando hacia la puerta, suspiró antes de ver a Ramsey y extenderle una mano. -Bueno, hasta una próxima Ramsey-.

-Hasta una próxima Ness, cuídate y aquí te estaré esperando-. Se despidió Ramsey estrechando su mano con la de ella, pero antes de que se fuera la abrazó por detrás tomándola por sorpresa y depositando un beso en su cabeza, la soltó. -Te quiero pequeña-.

-Yo también te quiero Ramsey-. 

-Ahora ve con cuidado-. Nessa asintió y salió de la casa recibiendo algunos rayos de sol que iban saliendo, cerró la puerta y con una determinación y fuerza sujetó la correa de su arco, miró al cielo antes de comenzar a caminar directo al bosque siniestro y solitario que tenía al frente, mientras tanto alguien corpulento de cabello gris casi negro, ojos de un rojo intenso, vestido con una capa negra, chaleco de cuero negro, pantalón negro y botas de cuero negras, en fin parecía un cazador de vampiros tipo Blade, estaba armado con dos espadas negras con rojo, sin embargo algo dentro de él lo tenían desesperado, era un deseo casi insaciable de sed, pero no una sed que se pudiese calmar con agua, era una sed extraña.

El Mundo Bajo La  Miseria / Libro 1- EL INICIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora