CAPÍTULO XVII: ZOWIE Y MERCY

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PUNTO DE VISTA DE MERCY SCOTT:

Hace algún tiempo, me encontraba yo; un chico de 8 años, ojos amarillos y reptilianos como los de una serpiente, cabello rojizo, piel algo bronceada y cabello corto con algunos copetes, vestido con un pantalón rojo, blusa negra con puños rojos, medias grises y botas de estilo góticas de color negro con rojo, ese era el uniforme con el cual debía vestir en el Instituto, caminaba por uno de los pasillos del Instituto mágico de Mexerth en la hora libre, escuchaba música de AC/DC en el viejo reproductor de mi difunta madre. Como de costumbre era alguien solitario, no tenía muchos amigos y constantemente era fastidiado por los de las otras especies, incluso los de mi propia fraternidad de Fefnir también me hacían a un lado por lo que era, era un demonio, para mi mala suerte mis cuernos y cola resaltaban, no podía ocultarlos al igual que hacía con mis alas, y solo por ser eso la gente me hacía a un lado, temerosos de que les hiciera algo solo por ser así, lastimosamente no comprendían que no era como los otros de mi especie, me gusta ayudar a las personas de manera anónima para que nadie me diga nada, sin embargo eso no funciona mucho, la mayoría de veces termino con uno que otro moretón en el ojo o con la cabeza metida en un inodoro o con la cola pisoteada y maltratada, aparte de eso había terminado con unos cuántos pares de lentes de sol destrozados, estaba tranquilo cuando un grupo de la fraternidad de Midger que se la pasaban creyéndose lo amos y señores de Mexerth, solo por que las personas importantes o ricachonas entran en ella, me vieron y se acercaron.

-Hola "cuernitos"-. Saludó el líder de ellos, simplemente lo ignoré y me concentré en la canción que sonaba en el reproductor, era lo único de mi madre que no me hacía sentir tan solo. -Te hablé, idiota-.

-No tengo ni la más mínima intención de discutir con unos paliduchos chupa sangre como ustedes-. Les respondí de nuevo ignorándolos y tratando de tener algo de paz, sin embargo esa respuesta pareció no gustarle porque su cara denotaba enojo puro, cerró su puño con la intención de golpearme, cerré los ojos y subí los brazos para protegerme esperando el golpe.

-¡Oye!-. Otro chico de mi misma edad apareció de la nada recostado en una de las columnas del corredor, tenía los ojos de un azul intenso, cabello rubio que brillaba como el oro, cabello corto con un estilo copete moderno texturizado; vestía como un elfo (como los de Tolkien), era de la fraternidad de Wendolin. -Dejen al pobre niño en paz-. 

-¿O qué harás ángel?, ¿Nos matarás de aburrimiento con gloria bendita y milagros?-. Le respondió el vampiro provocando la risa de sus demás compañeros de fraternidad.

-No, haré algo mucho mejor-. Abrió sus enormes alas blancas como la nieve asombrándome un poco, cerró una mano tratando de invocar un poder y adoptando una pose de pelea, decidí ponerme detrás de él para calmarlo.

-Oye agradezco lo que haces, pero no es necesario, en serio-. Iba a reprochar cuando alguien le sujetó su hombro, al notarlo le hizo una llave al que lo había tocado y lo derribó, al que estaba a su izquierda lo empujó lejos con una de sus alas y al que estaba a su derecha le metió un potente derechazo, al que había derribado de primeras que fue el que comenzó a molestarme, se levantó para golpear al ángel pero este lo detuvo haciéndole otra llave, su rival comenzó a quejarse del dolor,  los otros que intentaron acercarse para ayudar a su compañero fueron enviados a volar por el viento que desprendían las alas del ángel, después había cerrado las alas cubriéndose para luego abrirlas con fuerza y alejar un poco a las personas que comenzaban a rodearnos, estaba súper incómodo y solo pensaba en irme de ahí sin armar revuelo.

-¿Van a dejar al niño en paz o prefieres perder la movilidad de tu brazo derecho?-. Asintieron, sin embargo no los soltó. -Antes de dejarte ir, hay algo más que me gustaría que hicieras, ¿Me harías ese favor de disculparte con el demonio?-.

El Mundo Bajo La  Miseria / Libro 1- EL INICIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora