7.

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La mañana empezó con tranquilidad, como el príncipe Armin no tenía asuntos importantes (por ahora) su hora de levantarse ahora era a las siete y media, por lo que ya no estaría tan agotado por las mañanas. Han pasado dos días desde lo que pasó y no ha empezado con lo que tenía que hacer, de broma y ha intercambiado palabras con el príncipe, pero no eran más que "ya le toca la próxima clase" o "buenos días" que solo utilizaba en las mañanas cuando ambos se veían.

Aunque, los intentos de comenzar una conversación no eran solo de parte suya, el príncipe al parecer también quería hacerse cercano a él, lo notó el día de ayer cuando quiso alargar ese buenos días preguntándole cómo había dormido, lo único que le respondió fue un "bien" algo cortante, ya que justo esa noche había tenido un sueño para nada agradable.
Cabe destacar que se terminó arrepintiendo al darse cuenta de como había respondido y al notar la acción del príncipe apretando los labios y no seguir con la conversación.

Pero hoy sería diferente. Alargaría la conversación con cualquier cosa, le preguntaría si tenía alguna fruta favorita si era necesario, aparte también debía disculparse por su actitud de ayer.

Ya estaba listo, su ropa planchada, su armadura pulida y sus zapatos relucientes, la coleta se la puso más abajo, casi llegando a la nuca.
Sus pies lo dirigen por todo el conocido lugar hasta detenerse en la puerta blanca y manilla dorada, al igual que los cabellos de un chico que lo hacía sentir extraño, pero bien, tan bien que en ningún momento las ganas de separarse del príncipe llegaban, incluso, su instinto de protegerlo de todo lo que le haga daño se fortalecía mientras más tiempo pasaba con el príncipe.

Da dos toques en la puerta y al escuchar un leve "adelante" empuja esta. Su mirada se posa en el muchacho de cabellos rubios y brillantes sentado en la mesita donde le da el poco sol mañanero.

Pasa saliva, la imagen que tiene al frente dejándolo totalmente embobado.

Es tan lindo.

"Buenos días, majestad" dice él, teniendo la mirada del príncipe al hablar, desviándola apretando los labios, algo que por un momento desconcierta a Eren. ¿Seguía incómodo por lo de ayer?

"Buenos días, Eren" le responde, con la vistas fija en el libro.

Eren toma aire, y procede a acercarse poco a poco a la mesita en donde se encuentra el príncipe, nervioso y con la palmas de las manos sudando.

"¿Cómo durmió anoche?" detiene sus pasos como a tres metros de donde se encuentra el príncipe.

Armin levanta la vista, mostrándose sorprendido ante el intento de Eren queriendo mantener la conversación. Aquellos ojos verdes que tanto le atraen lo miran esperando una respuesta de su parte.

Aclara su garganta "Bien." responde, haciendo funcionar a su mente para que le haga decir algo más "Aunque hacia mucho frío"

"También lo noté," concuerda, asintiendo levemente con la cabeza "el frío en mi habitación es totalmente terrible, ni el fuego de la hoguera logra calentarme" ríe Eren.

"¿En serio? Si sientes demasiado frío puedo prestarte alguna sabana. Tengo varias, tal vez alguna pueda quitarte el frío en la noche"

Eren abre la boca un poco, sorprendido ante aquella propuesta. Le sonríe a Armin suavemente, pero antes de que pueda responderle, la puerta de la habitación de este se abre, dejando ver a un guardia.

"Príncipe Armin" le llama el hombre, teniendo toda la atención de este.

Eren bufa, de repente sintiéndose molesto. ¿Tenía que venir justo cuando estaba en una conversación con el príncipe?

El Amor de un Príncipe - Eren x ArminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora