El Amor de un Príncipe - Eren x Armin

9.

Los últimos días han sido tranquilos, con la misma cantidad de tarea como siempre, pero más relajados que antes. Se había hecho más cercano a Eren, sus conversaciones se han vuelto más largas e incluso después de que Armin finalizará sus tareas en la noche, el guardaespaldas se quedaba un rato con él y hablaban sobre cualquier cosa.

Mientras que Armin le hablaba sobre lo fascinante que le parecía el mar y que le encantaría ir a este un día sin estar en un barco, mientras siente la arena suave en sus pies y el agua fría mojando estos; Eren le hablaba sobre su madre, una mujer de cabello marrón al igual que el suyo, pero más largo, y con ojos del mismo color. Se le veía tan feliz hablando de aquella señora que cuando lo escuchaba una sonrisa se formaba en su rostro.
También le ha hablado de todo lo que ha pasado cuando era un militar. En su primer año tuvo que cortarse el pelo y fue lo peor que le ha pasado en la vida. Armin río con la historia.

Claro que no solían hablar mucho por la noche, Armin tenía que descansar al igual que Eren porque ambos estaban cansados de todo lo que hacían en el día, pero siempre que tenían tiempo, hablaban de cualquier cosa. Armin se ha mostrado muy feliz desde esos momentos, una sonrisa siempre adorna su rostro y el brillo que faltaba en sus ojos azules ahora era más frecuente siempre que la pasaba con Eren.
A Petra le encantó este cambio, Armin le solía hablar por las mañanas como eran sus días con Eren y su opinión sobre el chico fue cambiando con el pasar de las semanas. Y claro que Eren se mostró más feliz al notar aquel brillo, su corazón latió con fuerza al ver como el príncipe sonreía con más frecuencia y como ya dejaba de mostrar agotamiento. Se sentía feliz de que, al parecer, sus días hayan mejorado, estaban las fastidiosas tareas y seguían los susurros de su molesto padre cuando hacía algo que a él no le gustaba, pero aún así Armin no se mostraba mal, o por lo menos no con él, y eso lo hacía sentir mejor.

La idea que tenía Armin de Eren desde luego que cambió mientras más la pasaba con él, hasta llegó un momento en el que fue estúpido que pensara eso sin ni siquiera conocer al chico. Para Armin, Eren era alguien honesto y bromista, siempre le hacía reír con cualquier tontería que hacía o decía. También era un chico amable que quería mucho a su familia, más que todo a su madre, y un chico responsable que le gustaba su trabajo, eso lo supo porque (sin querer) en una conversación que ambos tuvieron en la noche Armin dijo de repente que de seguro era fastidioso estar siguiéndolo a todas partes, ya que no es algo interesante y también agotador, Eren, sin pensarlo mucho, dijo que no y que le gustaba mucho su trabajo porque Armin era de su agrado y era interesante pasarla con él.
Armin se sonrojo ante dichas palabras, la sinceridad y honestidad del chico hizo que su corazón latiera y se pusiera nervioso. Eren no fue la excepción, al darse cuenta de lo que dijo y de la sonrisa inconsciente que se formó en su rostro, también se puso nervioso y su corazón latió más al darse cuenta de las mejillas sonrojadas del príncipe. Se le hacía tierno.

No dijeron nada más hasta el otro día y hablaron como normalmente lo hacían.

Hoy, un veinticinco de septiembre a las cinco y media de la mañana, Armin se encontraba despierto comiendo un desayuno que le habían traído hace cuatro minutos.
Llevaba el traje de príncipe, un chaleco azul, pantalones negros y una camisa blanca debajo de ambas prendas de vestir. Nifa ya había venido a arreglarlo y le puso aquel molesto cinturón al rededor de su cintura al igual que limpio sus zapatos con el un cepillo. También peino su cabello y puso (por orden del rey) la corona, esta era de un tamaño más pequeño que la del rey y solo utilizaba cuando era una ocasión especial, cuando asistía a reuniones especiales o iba a otro país, lo cual era la ocasión de hoy. A última hora se enteró que iba a ir a donde vivía una de sus mejores amigas, la princesa y futura reina: Mikasa Ackerman. No sabía el porqué del viaje, pero suponía que su padre quería hablar con el rey Ackerman sobre negocios o simplemente pasar el rato, ya que hace mucho que no se veían.