8.

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Su cuerpo reposa en la suave y cómoda tela que cubren el colchón. Se sentía en el cielo con solo estar acostado en tan agradable lugar; lleno de paz, sin ninguna molestia y nada que interrumpiera su pacifico sueño.

De repente, empieza a sentir un roce en su pecho.

Estaba desnudo, fue lo primero que notó. O solo la parte de arriba, lo sabia, sintió aquel toque frío tan directo en su cálida piel.

Mas no abre los ojos, solo teniendo en mente la idea de relajarse y olvidar cualquier pensamiento molesto.

Pero otro roce hace que ya no pueda conciliar el sueño. 

Lo extraño es que, a pesar de todo, no siente miedo, como si aquella presencia desconocida no fuera realmente mala, como si presintiera que no quisiera hacerle daño. Sus ojos permanecen cerrados al tener ello en mente, no queriendo abrirlos, temiendo que aquella tranquilidad que estaba sintiendo desapareciera y, si estaba durmiendo, volver a aquella realidad que le agobiaba.

Los roces se hacen seguidos. Siente un dedo pasar por el costado de su torso, subiendo poco a poco y deteniéndose a un lado de sus pezones, algo que le causa cosquillas e, inevitablemente, le hace reír. Y al parecer a aquella entidad desconocida le agrada que lo haga, ya que hace lo mismo tres veces más. Armin ríe en todas ellas.

Los toques cesan y Armin logra calmar su risa aún manteniendo sus ojos cerrados, ahora, que se sentía feliz, menos los quería abrir. Los toques vuelven, esta vez los siente en los costados de sus mejillas, cerca de la mandíbula, suaves y delicados, como si temieran romperlo; fríos, como si aquellas manos ansiaran calor, un calor que al parecer encontraron en él.

Empezó a sentir dos manos sostener sus mejillas, acariciando un poco estas con los pulgares.

"¿Va a dejarme?"

Escucha decir a la nada y un soplido de aire llega a su nariz luego de que hablara.

"¿Permanecerá conmigo?"

Vuelve a preguntar lo desconocido. 

Armin frunce el ceño. ¿Quién le hablaba? Estaba claro que era alguien que no conocía, ya que no lograba identificar su voz. 

"¿Me dejara estar con usted?"

¿Y por qué todas estas preguntas? ¿A qué se debían? Eran tan extrañas, ¿dejarlo con él?, ¿a qué se refería exactamente?

Ahora siente que no está recostado en nada, siente que vuela, pero no cae gracias a las manos que ahora rodean su cintura.

"¿Me va a aceptar?"

"¿Quién eres?"

Trata de preguntarle a la nada, levantando sus manos para sentir a quien lo sostiene. Siente sus brazos, fuertes y anchos al igual que sus hombros, donde sus manos se detienen. Era un hombre.

"¿Va a aceptarse?"

Armin frunce el ceño. ¿Aceptarse? Realmente no estaba entendiendo nada.
Ante la curiosidad y también al no comprender, intenta abrir los ojos y repito, lo intenta, ya que no lo logra, algo impide que pueda abrirlos.

Siente una de las manos subir por su torso, pasa por su brazo y se detiene en su mandíbula. La traza con uno de sus dedos y detiene este en su barbilla.

El Amor de un Príncipe - Eren x ArminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora