Una sencilla camiseta blanca y unos pantalones de chandal grises son la ropa que me he puesto para pasar la noche en este lugar. No he decidido nada todavía, sobre quedarme aquí o irme. Sé que no tengo todo el tiempo del mundo. Tan sólo una noche. Una noche en una cama desconocida en una casa cualquiera con dos hombres que jamás he visto.
Nunca he tomado decisiones importantes en mi vida. Siempre ha habido alguien que hablara por mí, a pesar de que yo quisiese manifestar mi opinión. En el orfanato nunca hablaba, a penas me relacionaba y vivía de los mismos libros cada día. De vez en cuando escribía en las hojas en blanco de estes. Cosas que se me pasaban por la mente pero que no podía transmitirlas al exterior. En el papel desahogué todas y cada una de mis penas y llantos. Ahora, lo que me queda es una noche conversando en voz muy muy bajita con la extraña almohada que me espera ahí fuera.
Debo salir ya del baño. Llevo un buen rato aquí metida, pensando en cómo debo actuar ahora. El comportamiento de Harry me sorprendió a la vez que me hizo sentir aliviada. Mi mente me grita que puedo confiar en él, que le de esa oportunidad de compartir, aunque suene exagerado, mi futuro.
No quiero volver al orfanato, de eso estoy segura. La soledad hacía cada día más y más pesado. La rutina, el miedo corriendo por mis venas y la necesidad de ser necesitada por alguien. Soy capaz de quedarme en esta casa tan sólo para no sentirme sola e, incluso, darle emoción a la mierda a la que denomino 'mi vida'.
La duda siempre tiene espacio en mi interior. El '¿y si...?' se repite con más frecuencia según vaya pasando el tiempo. Sí, he dicho que no quería volver al orfanato. Pero... ¿prefiero quedarme aquí? No lo creo. Puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. Ya sea buena o mala. ¿De verdad quiero arriesgarme?
Me miro en el espacioso espejo que descansa en la pared del baño. Tengo el pelo bastante largo, no he dejado que me lo cortaran allí. Pocas pecas salpican mi nariz y parte de mis mejillas. Mis ojos no son ni azules ni verdes, nada fuera de lo común. El marrón es el que ocupa la mayor parte del iris, pero unas finas rayas de un color verdoso lo rasgan, haciendo que se vea más claro. No soy alta, pero tampoco baja. Aunque después de ver a Harry...
-Abbie, ¿estás bien?
Me sobresalto al oír su grave voz. ¿Llevo tanto tiempo aquí metida?
Consigo soltar un leve si, pero no obtengo respuesta. Perdida. Así es como me siento. Completa y absolutamente perdida.
Miro mi reflejo una vez más. La camiseta de Harry me queda enorme. Casi llega a mis rodillas. El pantalón, gracias a dios, tiene unos cordones que impiden que se deslizen por mis piernas. Huelen a menta y otro aroma que no soy capaz de distinguir, pero huele condenadamente bien. Huele a Harry.
Salgo por la puerta sin pensarlo más, porque sé que si lo hago, me quedaré en el baño durante horas.
Harry se voltea nada más oír el ruido de la puerta del baño cerrándose. Me mira de arriba a abajo, intimidante. La confianza que creía haber logrado reunir se tambalea de un lado a otro.
-¿Te vale? Veo que te queda un poco grande... Si quieres busco otr...
-No- Lo interrumpo- Esta está bien. A parte que...- Cierro la boca antes de dejarme en ridículo.
-¿A parte qué?- Pregunta con una sonrisa de lado, intentando guardarla, pero sin conseguirlo.
Me sonrojo y niego con la cabeza. A parto el pelo de mi cara, echándolo para atrás. Siempre me ha gustado, pero puede llegar a ser bastante molesto.
-Toma- Dice Harry estirando su mano hacia mi sujetando una goma de pelo. Miro su mano embobada. Unas repentinas ganas de acercar la mía y tocarla se apoderan de mi, pero decido apartar la idea en el momento en que Harry me vuelve a decir '¿Abbie?' con un tono burlón. Cojo la goma de su mano, procurando tener el mínimo contacto posible.
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Runaway (Harry Styles)
RandomFalta poco para posarse en la red, dejarme llevar y arriesgarlo todo. -Huyamos juntos, Abbie- Susurra. Y ahí es cuándo todo se vuelve borroso y me dejo caer en sus fuertes brazos que, al fin y al cabo, sé que me protegerán.