Tic tac.
Pasan los segundos tan lentamente que mi mente es capaz de repasar todo lo que ha sucedido en estos últimos minutos. Cada grito, cada contacto, cada mirada.
Desde que he llegado a esta casa no he hecho más que causar problemas y más y más problemas. Harry no es una mala persona (o eso me dio a entender) y no se merece aguantarme a mi teniendo ya a Josh en casa. Quizá antes de que llegara su relación era más estable. Pero cambié radicalmente de opinión al oír la amenaza del padre.
-Abbie.
El suspiro de Harry llega a mi instalándome un nudo en la garganta. ¿Qué estoy haciendo?
Mi cuerpo está apoyado en la puerta, con el fecho en mi mano, con la decisión de abrir o no abrir. Quiero saber qué pretende hacer Harry y qué quiere decirme. Pero hay otra parte de mi que me dice que no confíe y huya, que corra lejos. Pero todas las opciones son falsas opciones. ¿Acaso tengo la oportunidad de escapar? No lo creo. Así que, de nuevo, no puedo elegir y termino abriendo la puerta.
Harry levanta la vista nada más verme sujetando el pomo de la puerta y dejando un espacio para entrar. Sus ojos verdes conectan con los míos. Me transmiten tantas cosas y a la vez tan pocas. La incertidumbre me abrasa y me seca la boca.
Harry da pasos lentos hacia la habitación y una vez que esta dentro, cierro la puerta de esta y me quedo allí parada, de pie.
Él, sin embargo, se dirige a la cama y se sienta en el borde. Suspira. Pasa las manos por su pelo y vuelve a crear esa conexión que tanto me hace sentir. Me intimida, me asusta, pero no quiero deshacerme de ella.
-Lo siento- Murmura finalmente sin apartar su ojos de mi. Trago la bilis que sube por mi garganta y asiento. ¿Qué otra cosa podría hacer?
Quiero, bueno, más bien deseo preguntarle infinidad de cosas antes de que la curiosidad acabe conmigo, pero al mismo tiempo prefiero seguir viviendo en la ignorancia, evitando fácilmente posibles golpes con sus respuestas.
Harry me hace un gesto, dando unos toques a su lado en el colchón. No lo pienso más de dos segundos y me siento a su lado. No hay contacto. Ninguna parte de nuestro cuerpo se toca o roza. Aunque siento como una gigante cuerda tira de mi hacia él. Me empuja cada vez con más fuerza, y cuando miro sus manos, sus ojos y, finalmente sus labios, pienso que esa cuerda va a derribarme y llevarme a dónde no puedo ir. Y así ocurriría si no fuese por la voz grave que resuena en la sala.
-Sé que tu también lo sientes.
Frunzo el ceño y lo miro. Él me devuelve la mirada con las dejas alzadas y casi una sonrisa, pero no llega a formarse.
¿Qué quiso decir con eso?
Sentir puede abarcar cantidad de cosas. Odio, tristeza, alegría, envida, dolor, temor, emoción... amor. Y todas y cada una de estas sensaciones tuvieron alguna vez, en este corto periodo de tiempon, relación con el chico de cabello rizado.
Un silencio sepulcral invade la habitación. Ambos miramos al frente sin saber qué decir o que hacer. O eso me pasa a mi. Y cuando siento la mano que tanto me hechiza sobre mi rodilla, pienso que si ahora mismo estuviera de pie, el suelo sería mi próxima parada.
La miro. La miro, la miro y la miro. Quiero hacerlo. Voy a hacerlo.
Apoyo mi mano sobre la suya. Calor. Su mano está caliente y es suave. Es enorme. En un movimiento nuestros dedos están entrelazados. No nos miramos. Ni necesitamos hacerlo. Pero la duda me carcome por dentro y miro de reojo a Harry. Sus rizos están hacia atrás, dándome una perfecta visión de su perfil. Su mandíbula se marca notablemente y lo hace lucir... sexy. Sus ojos verdes mirando al frente. Su expresión relajada. Sus labios entreabiertos comienzan a formar una sonrisa y cuando se gira y me mira directamente con las cejas levantadas, mostrando sus hoyuelos... Doy un respingo y miro al frente, con los colores invadiendo mi cara.
Qué vergüenza.
Harry da un leve tirón a mi mano y esta termina en su regazo. Ahora, sus dos manos atrapan las mías y las acunan cariñosamente. No se lo impido. De hecho, mi cuerpo se acerca a él hasta que nuestros muslos se rozan y mi cabeza termina apoyada en su hombro.
Hacía tiempo que no me sentía tan... así.
-Siento mucho lo que ha pasado.
-Está bien, Harry- Le contesto. Si voy a quedarme aquí, es preferible que olvide algunas cosas.
-Creo que esta es la segunda vez que dices mi nombre- Ríe. Y yo lo hago también. No sé por qué, pero lo hago y disfruto con ello.
Nos quedamos unos minutos en silencio. La tensión es todavía palpable en el ambiente, pero no tan cargada como antes.
-¿Te apetece hacer algo? ¿Salir a algún lugar?- Comenta Harry mientras juega con mis dedos.
Tardo en contestar. ¿Qué quiero hacer realmente? Pues... cosas que no le diría precisamente a él.
-Mmmm...
-Venga, vístete y nos vamos.
Harry se levanta haciendo desaparecer el contacto físico y su ausencia a mi lado me hace sentir de nuevo desprotegida.
Camina hacia la puerta y antes de salir por ella, se gira y me alienta con un 'te espero abajo' y un guiño.
Suspiro y decido hacerle caso. ¿Opción B? Mmm... Ninguna.
Cinco minutos después ya estoy lista. Una sencilla camiseta blanca y unos vaqueros fueron mi elección. Aunque pensándolo bien, tampoco he tenido mucha variedad en la que elegir.
Bajo las escaleras mirando para todos lados. No sería precisamente agradable encontrarme con John escaleras abajo.
Unas voces llegan desde el piso de abajo, desde el salón. Me acerco y visualizo a Harry hablando con John. No se están gritando, pero no es de las situaciones más cómodas que se hayan visto. Harry me da la espalda y cuando mi mirada se encuentra con la de su padre, una pícara sonrisa cubre su rostro.
Escalofríos de nuevo.
Harry se gira al instante y sus ojos me repasan de arriba a abajo.
-Nos vamos- Decide después de unos segundos observándome.
Se gira, se acerca a mi, me coge de la mano y da un asentimiento de cabeza a John, a modo de despedida sin darle tiempo a decir ni una sola palabra más.
Soy consciente de que su mano agarra firmemente la mía mientras nos dirigimos a su coche, supongo. No es el mismo en el que vine aquí, con lo cual no es el de John. Es una familia rica, ya lo refleja su tremenda casa.
Harry abre la puerta del coche y entro susurrando un gracias. Da la vuelta hasta el otro lado y no puedo evitar mirarlo de los pies a la cabeza. Este hombre debería ser ilegal. Lleva unos pantalones negros apretados, con un tipo de botas y una camisa blanca con unos pequeños adornos, pero que transparenta un poco sus tatuajes. Me encantaría saber significado de cada uno de ellos, qué lo llevó a hacérselos...
-Vamos allá- Dice una vez que pone el coche en marcha.
El trayecto hacia donde quiera que vayamos se me pasa rápido y a pesar de nuestro silencio, la música de The Fray sonando, calma el ambiente.
El coche frena y se estaciona en un aparcamiento. Me acerco adelante para poder ver dónde estamos, ya que pocos coches ocupan el lugar y sólo tengo la visión de unos cuántos árboles. Giro un poco más la cabeza y cuando veo bien el lugar, doy un pequeño salto de alegría y una gran sonrisa inunda mi cara.
-¿Qué te parece?- Dice Harry sonriéndome juguetón al ver mi expresión. Le sonrío inevitablemente.
-Olvidemonos de todo por un rato- Sonríe de nuevo tendiéndome su mano.
La acepto sin dudarlo un segundo más.
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¡Aquí está! Un poco pobre, lo sé y lo siento :(
Mañana intentaré subir uno en el que ya se desvelen cosas sobre Abbie... o Harry.
Voten!!!!!
Besos,
Ana .x
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Runaway (Harry Styles)
AcakFalta poco para posarse en la red, dejarme llevar y arriesgarlo todo. -Huyamos juntos, Abbie- Susurra. Y ahí es cuándo todo se vuelve borroso y me dejo caer en sus fuertes brazos que, al fin y al cabo, sé que me protegerán.