Capítulo 8: "Dolor"

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Me miro en el espejo del pequeño cuarto de baño de la habitación de Harry y veo a una Abbie diferente. El terror sigue apropiándose en algunas de mis facciones, pero la mayoría ha sido remplazado por un extraño brillo. Un brillo que nunca había visto. No es tristeza, sin embargo, tampoco podría clasificarlo cómo alegría. No estoy alegre, ni mucho menos feliz. Pero si un poco más... ¿viva?

-Ya he traído el desayuno, Abbie- Dice Harry al otro lado de la puerta.

-Enseguida voy.

Los recuerdos de hace unas horas vuelven volando entusiasmados a mi mente. Sus brazos rodeándome completamente, su mano paseando por mi espalda en un gesto cariñoso, aunque también con preocupación. Una de mis manos alrededor de su cintura y la otra apoyada en su pecho desnudo. Su piel suave. Sus tatuajes y su aroma. Su aliento rozándome y enviando escalofríos a todo mi cuerpo.

-¿Tienes frío?- Me preguntó.

No precisamente.

Negué con la cabeza sin moverme de mi posición. Creí haber oído una risa por su parte. Los colores suben a mis mejillas y con suerte, el no pudo verme.

Pasamos así... No sé, ¿cinco minutos? ¿diez? Hasta que Harry se separó y volvimos a la posición de antes de este inesperado acurrucamiento. La diferencia era que sus brazos seguían tocándome, al igual que yo a él. Había una cierta distancia, pero no tanta como para que mi nerviosismo se pudiera retener.

Entonces comenzó a preguntarme cosas. Mi edad, mi color favorito, mis hobbies, chocolate o nata, playa o montaña. Sin mencionar en algún momento mi pasado, mi familia o cualquier cosa que implicara recuerdos y el orfanato.

Una hora. Una hora y ningún silencio incómodo. Con más sonrisas de las que me gustaría admitir. Con nuevos recuerdos, pero esta vez, buenos.

Salgo del cuarto de baño y Harry me espera sentado en la cama con una bandeja con el desayuno. Mis tripas rugen en cuanto ven las tortitas y croasanes.

Me siento al otro lado y comenzamos a comer en silencio. Harry tiene una expresión seria y no menciona nada hasta que terminamos de comer.

-Estaba muy rico- Le digo para aliviar la tensión del momento.

Me da un leve asentimiento de cabeza y recoge la bandeja. Sale de la habitación dejándome sola de nuevo. ¿Qué demonios le pasa? Hace unas horas me decía lo mucho que le gustaba mi sonrisa, o que nos guste a los dos el chocolate con xirope de chololate rodeado de lacasitos de chocolate, o que me llevaría a un columpio si lo hubiese cerca, o que querría ser de mayor, o qué me apetece hacer, o simplemente mostrar interés por mi. Y ahora, ¿qué?

La habitación queda en completo silencio, solo se escucha mi respiración. Y al cabo de unos minutos unas voces provenientes de abajo. Hablan en un tono lo suficientemente alto para que los oiga, pero no tanto como para entender lo que dicen. Me parece oír la voz de una chica. La curiosidad me come tanto por dentro que salgo de la habitación. Bajo las escaleras tan sigilosa como nunca lo había sido antes.

-¿Por qué simplemente no te largas, Victoria?- Gruñe Harry delante de una chica. Su ancha espalda me impide verla completamente. Es pelirroja. Eso es lo único que consigo ver de ella.

-No le hables así a esta guapa muchaha, hijo- Dice Josh poniendo su mano en el hombro de Harry. Este se sacude apartándolo.

-No me toques. Me has dado en las últimas horas varias razones para aplastarte. No me des más.- La ira en su voz me lanza un escalofrío que va directo desde mis pies a la cabeza- Victoria, vete.

Harry señala la puerta y la chica da unos pasos hacia ella. Consigo verla. Y es preciosa. Alta, delgada, femenina, curvas... Pero mucho maquillaje en la cara.

-Venga, Harry, con lo bien que lo pasamos juntos- La voz chillona de la tal Victoria resuena en la sala. Repugnante.

-Escúchala, hijo.

La voz de Josh es la que parece acabar con la paciencia de Harry y en un segundo él está empujando a su padre.

-¿¡Acaso tú escuchas alguien!? ¡Me compraste una chica a pesar que yo te dije que estaba en contra de eso! ¿No entiendes que no son objetos? ¿Y ahora que quieres? ¿¡Que me tire a Ashley teniendo a Abbie también!?

Con cada grito un empujón lleva a Josh más lejos. Este no dice nada, lo mira con el ceño fruncido y un toque de burla en su mirada.

-Harr...- Intenta decir ella.

-¡Contesta!- Le grita Harry a Josh, esta vez tirándolo al suelo e ignorando a la chica.

Un grito ahogado escapa inevitablemente de mis labios. El miedo me invade. Me llevo las manos a la boca, pero ya todos me han oído. Harry se gira rápidamente y nuestras miradas se conectan. El verde azulado de sus ojos está un tono más oscuro y su irregular respiración agita su pecho. Me quedo quieta, inmóvil.

-¿Ella es esa tal... Abbie?- Ella dice después de unos segundos de completo silencio. Pronuncia mi nombre con cierto asco. Me recorre de arriba abajo y hace una mueca.

-La verdad, Harry, creo que puedo ofrecerte más que ella. ¡Mírala! ¡Si parece Bambie!

-¡Largo!- Le grita Harry y se acerca bruscamente. Su cara se convierte en puro miedo y humillación. Pienso que Harry va a hacerle algo, pero pasa por su lado dándole un leve empujón con su hombro y le abre la puerta. Le hace una seña y la chica pelirroja abandona la casa. La puerta se cierra de golpe.

Harry mira a Josh con furia, y luego a mi; con preocupación.

-Hijo, pudiste tener a dos bellas mujeres...

-Cierra la puta boca- Masculla Harry entre dientes. Su voz grave expresa tal ¿odio? que llega a mi en forma de lanza y hace que de un par de pasos atrás.

Harry me observa y da un paso en mi dirección. Yo doy otro atrás.

-Ni pienses decir una maldita palabra más Josh- Le dice Harry a su padre en cuánto ve que su boca se está abriendo. -No te acerques a ella. A nosotros.

Nosotros.

Josh se queda inmóvil en el suelo.

-Creía que ya no me tocarías de nuevo, Harry...- Susurra con una sonrisa burlona- Al parecer no has cambiado tanto como pensaba.

¿Qué está diciendo? ¿Tocarlo de nuevo?

Harry no aparta su mirada de mi reacción. Da unos pasos atrás hasta quedar al lado de John. Se agacha para quedar a su altura y susurra:

-Cuidado.

Se levanta y va hacia las escaleras. Hacia dónde estoy yo parada. Inmóvil. Atontada. Y, obviamente, con miedo en cada rincón.

Mi cuerpo reacciona cuando empiezo a notar las olas que me manda Harry con su cuerpo, cada vez más cerca. Sin pensarlo, corro hacia arriba y me encierro en su habitación. No fecho la puerta. Quiero hacerlo. Debo hacerlo. Pero no lo hago.

-¡Mierda!- Un golpe a continuación del grito de Harry suena en la casa. Está en el piso de arriba y sus pasos se acercan con cada segundo que pasa. Dos toques resuenan en la puerta de su habitación, dónde me encuentro yo, perdida y llena de miedo; otra vez.

-Abbie...- Suspira Harry al otro lado, como una súplica, llena de preocupación, arrepentimiento y... dolor.

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¡¡Espero que les haya gustado!!

Inspirandome a tope juju.

Más votos, por favooooor

Ana .xx

Runaway (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora