-Venga, Abbie, confía en mí- Susurra ofreciéndome su mano. Desde que lo conocí he tenido una especie de obsesión por esta parte de su cuerpo. No puede ser normal que me gusten tanto.
La miro dudosa. Mi cuerpo está deseando extender el brazo hasta llegar a ella y así, entrelazar nuestros dedos, pero mi cabeza me manda pensamientos contradictorios diciéndome que nada bueno va a salir de esto.
-Abbie, por favor, no hay tiempo- Suspira. Aparto la mirada. -Hey nena, mírame.
Cierro los ojos con fuerza. Con tan sólo una palabra puede desmoronar y remover todos mis pensamientos, (poniéndolos patas arriba) hasta tal punto que se cree en el centro de mi pecho un dolor, un raro y agridulce dolor.
-Abbie...
Alzo la vista y me encuentro con esas esmeraldas verdes observándome. Nuestras miradas crean un tipo de conexión que, al parecer, es para ambos difícil de deshacer. Al cabo de lo que parecen minutos, bajo los ojos a sus labios; repasa con la lengua su labio inferior para que luego este sea mordido por sus blancos dientes. La palabra "cordura" empieza a disolverse en mi cabeza haciendo la situación más complicada. Vuelvo a cerrar los ojos y veo las palabras que antes iban desapareciendo, más claras: peligro, terror, desconfianza.
Cuando vuelvo a abrirlos pretendo alejarme pero un robusto cuerpo se encuentra delante de mi. Mantengo mis manos en los costados y la vista fija en su camiseta, evitando el contacto visual.
"Muy bien Abbie, lo estás haciendo muy bien. Sigue así".
De pronto, todos los muros con las palabras de advertencia grabadas en ellos se caen escandalosamente a mi alrededor al sentir sus cálidas manos buscando las mías para ser entrelazadas. Su aliento llega a mi cuello y no puedo impedir que un suspiro salga de mis labios rotos. Falta poco para posarse en la red, dejarme llevar y arriesgarlo todo.
-Huyamos juntos, Abbie- Susurra.
Y ahí es cuándo todo se vuelve borroso y me dejo caer en sus fuertes brazos que, al fin y al cabo, sé que me protegerán.
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Runaway (Harry Styles)
RastgeleFalta poco para posarse en la red, dejarme llevar y arriesgarlo todo. -Huyamos juntos, Abbie- Susurra. Y ahí es cuándo todo se vuelve borroso y me dejo caer en sus fuertes brazos que, al fin y al cabo, sé que me protegerán.