Sakura se limpio las lágrimas después de terminar su relato, Tsunade suspiro, fingió sentirse mal por la joven e incluso le dió un abrazo intentando consolarla.
—Tal vez tuvo un mal día, tú dijiste que en ocasiones tu padre es un poco brusco con tu madre cuando tiene problemas, seguramente el día de tu futuro esposo fue un caos, él es mucho mayor que tu Sakura, seguramente tiene asuntos de negocios que atender y por eso actuó de esa forma.
Sakura negó con la cabeza.
—Lo dudo y aún si ese fuera el caso, entonces por qué con la otra chica si se portó amable, a mí solo me ignoro después de decir que yo no le gustaba y que se casaba conmigo solo por qué se lo habían ordenado, fue muy grosero y con ella fue amable, incluso sonrió para ella.
—Tal vez con ella estaba fingiendo, contigo fue honesto, estaba enojado y te lo dejo saber, pero con esa otra chica tenía que fingir, no puedes ser descortés con alguien que tal vez después cuente a otras personas el mal genio que tienes, tú a diferencia de ella...serás su esposa, conoceras al hombre real y no al falso, Sakura te aconsejo que le des otra oportunidad, ya te lo ha dicho tu padre, no hay nada que puedas hacer, tu deber es casarte con él, mejor intenta llevar las cosas en paz con él.
–Yo lo intento pero parece que ya decidió que no soy ni seré nunca suficiente para él. Me duele el corazón, me duele su indiferencia, mamá dice que una mujer judía debe apoyar a su esposo siempre, pero qué tal si yo no quiero eso.
–¿Y qué es lo que quieres?
–Quiero que me amen de la misma forma que yo puedo amar.
Tsunade sonrío, recordó a Itachi y lo despiadado que podía llegar a ser, bastante irónico que estuviera obsesionado con una niña que era prácticamente todo lo contrario a él.
–Eso querida mía es algo que todas deseamos.
Tsunade y Sakura continuaron hablando por un largo rato hasta que Sakura tuvo que despedirse. Tsunade la invitó a comer a la casa donde se estaba hospedando antes de que la chica se marchara, pero está se negó. No podía salir de casa sin el permiso o la compañía de sus padres.
Sakura camino a paso lento por toda la orilla del malecón, con la mirada fija en el sol el cual se ocultaba lentamente, el viento acariciaba su rostro, Sakura suspiro, en su mente todo era un caos, las palabras de Tsunade, las de su madre y su padre hacían eco, la aturdían.
Pensó entonces en su futuro, y lo que le quedaba de vida a lado de un hombre que evidentemente no la amaba y no tenía intención alguna en hacerlo.
Sin duda un futuro miserable.
Ella no quería eso, pero no tenía otra opción, y es que decir verdad nunca las tuvo, las costumbres de su religión comenzaron a parecerle una especie de cadena.
Ella quería volar, quería ser libre.... Pero no podía.
–Le pido una disculpa.–Dijo Sakura después de chocar contra alguien, ella estaba tan distraída que no noto al extraño aproximarse.
–Sakura...–la mencionada levantó la mirada y pudo ver que aquel hombre no era otro más que Sasuke Uchiha, una sonrisa se dibujó en el rostro de la chica.
–Sasuke...es ese tu nombre, ¿cierto?– el chico asintió, una expresión seria adornaba su rostro, Sakura pudo notar entonces que aquel hombre frente a ella era sumamente atractivo, su vestimenta no era muy diferente a la de otros hombres dentro de la comunidad, traje negro y corbata del mismo color, entonces ella pensó qué tal vez también era judio, probablemente un nuevo miembro de la comunidad.
