Harry
- ¿Bueno? - escuché su voz, no era la de Gemma, era la de Louis.
¿Cómo le explicó que me equivoqué?
— Bue-bue — soy un imbécil— Noches buenas. —contesté cortésmente tratando de ocultar mis nervios.
— ¿Harry? — me reconoció.
— Sí, soy yo,
— Pensé que no llamarías — rió levemente-—bueno, es que pensé que por no darte la receta habías perdido el interés.
—Nada de eso— suspiré —es para que tengas mi número registrado.
— Claro, Harry. —suspiro.
Hubo un silencio de no más de 3 segundos pero se sintieron eternos al menos para mí.
— ¿Que tal tu noche? —pregunté nervioso— ¿Fue un día pesado en el café?
— Algo así, lo normal pero ya sabes a veces las cosas no salen como planeas, pero ahora me siento bien, estoy relajado y feliz. — hizo un sonido con su nariz. — ¿Y el tuyo?
— ¿Mi día? Bueno.. —necesito hablar con alguien, pero no quiero que Louis piense en que estoy lleno de problemas y se cansé de mí — En realidad fue genial jaja-—mire al techo.
— Oye Harry, no lo tomes a mal, pero quiero saber si estabas llorando, tu voz se escucha diferente, ¿Seguro que todo está bien?
— No puedo mentirte al parecer — reí triste.
— ¿Quieres hablar sobre eso?
— En realidad no Louis, solo hoy no.
— De acuerdo, no quiero presionarte, pero necesitas saber que estoy para ti, para escucharte.
— Gracias Lou. —sonreí— Perdón, Louis.
Pude escuchar su risa tierna al otro lado de la línea.
— Me gusta que me digas Lou, suena lindo, nadie me llama así, en ocasiones mi mamá, pero cuando era pequeño.
— Entonces te diré Lou a partir de ahora.
— Ok, Harry, necesitabas hablar sobre otra cosa para distraerte de la otra cosa.
— Es una manera de decirlo.
— Al parecer vas a la misma universidad y yo nunca lo había notado. ¿Cierto? ¿Que es lo que estudias?
— Relaciones internacionales. No es mucho de mi agrado, pero mi mamá insistió. — caminé al balcón para ver las estrellas.
— ¿Que es lo que en realidad querías estudiar?
— Artes, me gusta cantar y la pintura, pero no tengo el valor para contradecir a mi madre.
— La vida adulta inicia decepcionando a tus padres. — suspiró — Mírame a mí, mi mami quería que me quedará a cuidar vacas y gallinas.
— ¿Tú estudias turismo verdad?
— Sí, me gusta eso de viajar, aunque no lo hago muy seguido, creo que el lugar de donde vengo tiene mucho potencial para crecer en ese aspecto.
— ¿No eres de la ciudad?
— No, mi casa está a tres horas de aquí, solo vengo a estudiar y trabajar.
— Es muy valiente dejar tu casa para seguir tus sueños, yo no estoy seguro de poder hacerlo.
— No es fácil, pero es necesario. — se quedó callado — ¿Qué más haces aparte de ir a la escuela y a la cafetería?
— Me gusta dibujar. Recién empecé a hacerlo, pero no lo hago tan mal, sé lo básico.
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El Café (Larry Stylinson)
Novela JuvenilHistoria Larry basada en un país tercermundista; México.