Chapter XXVIII

884 45 19
                                    

Harry

Day: 33

Viernes

2:11 am

Residencia Gold.

Chocamos vasos de licor por décima vez consecutiva. John me había agradado más de lo que imaginé, de hecho, el hombre estaba consiguiéndome. Al principio mi actitud era muy seca y cortante, sin embargo después de nuestro primer trago, el ambiente se tornó suave y cómodo.

Lo curioso de todo esto es que teníamos mucho en común, tanto en deportes cómo política. Sus conocimientos en economía eran bastante bajos, pero no me importaba en lo absoluto. Por primera vez en mi vida, admito que dejó a mi hermana en buenas manos.

—No soy muy fan del soccer Harry, me voy más por el beisbol y golf —bebió de su vaso y asentó el mismo en la mesa del centro.

—Deberíamos organizar un partido estos días, ya quiero aplastar tu trasero en el golf.

Dejó escapar una risa sonora e hizo que me contagiara su manera de reírse, así que parecíamos dos locos riéndonos.

—Seguro Harry —se levantó del sofá y observé cómo iba por su cazadora— bueno es hora de partir, mañana hay trabajo por hacer y más con la explosión al banco.

Asentí y lo acompañe hasta la entrada.

—Me alegra saber que apoyas mi relación con Gemma Harry, ella en verdad lo aprecia —suspiro cómo un idiota enamorado, solo palmee su espalda— prometo cuidarla, te doy mi palabra que de mi ella no soltara una lagrima.

—Eso espero porque si no —callé por unos segundos— tengo un arma cargada que necesita ser estrenada.

Volvió a reírse, pero esta vez me mantuve serio. Mi amenaza iba enserio.

—Sólo porque estoy cansado y ya quiero dormir no te pido tu licencia para portar armas —sacó la llave de su vehículo e hizo sonar la alarma para desactivar el seguro del coche—nos vemos luego Harry —se alejó de la casa, pero se detuvo para dar media vuelta— por cierto, cuándo despierte Gemma dile que me hable por favor.

—De acuerdo.

Se adentró a su coche y se fue alejando de la casa hasta perderlo de vista. Cerré la puerta y frote mi cien, estaba agotado.

(…)

10:41 AM

Saboreaba con lentitud los aros de cereal en mi boca. Me sentía un niño cuándo comía de estos en el desayuno, y más con lo coloridos que eran. Recuerdo que Gemma y yo formábamos figuras con los trozos de cereal, mamá nos castigaba por desperdiciar de él y nos daba una lección de vida de que hay niños en áfrica que desearían tener una alimentación cómo la nuestra.

—Buenos días —la voz de mi hermana resonó en la cocina, sonreí al verla con su pijama de hora de aventura, comienzo a creer que no soy el infantil en esta familia— ¿amaneciste bien?

—Sí —respondí concentrado en las noticias matutinas— ¿y tú?

—Excelente, de hecho —mordió su labio traviesa y entrecerrando sus ojos, oh no estaba tramando algo— tiene tiempo que no patinamos, y pensé ¿Por qué no hacerlo hoy? Digo, quiero divertirme con mi hermano favorito —me abrazo por la espalda y besó mi mejilla— ¿Qué dices?

—En primera, soy tu único hermano —sonreí— segundo, nunca aprendí a patinar, apesto en esa mierda de hielo y tercero… no tienes que hacer nada para convencerme acerca de John, el me agrada para ti princesa.

Sus ojos se iluminaron de una manera única, chilló de alegría y me abrazó más fuerte. Envolví mis brazos en su cintura y bese la coronilla de su cabeza.

Seduciendo a mi victima -Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora