Amor Enfermo

1 - El vecino

Leila

―Entonces... ¿Dices que ya se vendió el apartamento de enfrente?― me preguntó a Olivia, mi mejor amiga, dando un sorbo a su café y asentí

―Al parecer mañana llega el nuevo inquilino, según la señora Collins, es un chico― dije y alzó las cejas pervertida

―Hagamos una oración para que sea un chico hermoso― soltó y reímos divertidas

―Bueno amiga, creo que me voy a dormir porque mañana hay que ir al colegio― volvió a hablar y yo asentí.

Olivia era mi mejor amiga y aunque ella tenía su apartamento la mayoría de los días de la semana se quedaba a dormir aquí, al igual que Polo mi único y mejor amigo

―Descansa― dije besando su mejilla y se fue después de lavar su taza sucia

―Suena tú teléfono― grito Oli desde la habitación y corrí rápidamente chocando con la esquina de mi cama

―T-todo es psicológico― hablé intentando no pensar en el dolor que sentía y agarré mi teléfono contestando sin mirar

―Hola hija― dijo mi madre alegre y gemí de dolor ―¿Qué pasa? ― pregunto preocupada y reí.

―Nada ma, solo me golpee en la cama por correr sin mirar― le contesté y río ―¿Cómo haz estado, mami?― pregunté.

―Bien mi amor, llamaba para desearte suerte en tus exámenes de mañana y para decirte que te extrañamos mucho― sonreí por lo último.

―Gracias mamá, enserio necesito la suerte y gracias por llamarme, igual los extraño...¿Y papá?― pregunté y pude escuchar como ella suspiraba.

―Tu papá en su despacho trabajando, tenemos mucho trabajo estos días mi amor― dijo y asentí aunque no pudiera verme.

Mis papás eran dueños de una de las empresas de modelaje más influyentes en todo el continente americano, a eso su falta de tiempo.

―Mándale un beso de mi parte ma y dile que lo amo, te debo colgar, tengo que dormir...¿Ok?― dije bostezando

―Si mi vida cuídate, te amamos― después de un sonoro beso al teléfono colgamos.

Después de eso me recosté y enseguida caí en los brazos de Morfeo, ya mañana sería un nuevo día.

***

Desperté gracias a mí alarma y bufé abrazando mi almohada, no quería levantarme.

―Solo 5 minutos máaaas― me quejé y a los segundos volvió a sonar ―Aaaag― grité y me levanté metiéndome a la ducha.

Unos minutos después salí con una toalla en la cabeza y comencé a vestirme, cómo estábamos en tiempos calurosos me pondría una falda negra junto con una blusa color beige y unos botines negros a juego.

―Lei, el desayuno está listo, corre que se hace tarde― grito Oli y me apresuré a terminar de arreglarme para luego salir corriendo.

―¿Qué haces ahí?― pregunté burlona al ver a mi amiga pegada al ovillo de la puerta y me llamo emocionada

―Ha llegado el nuevo vecino y está para morirse, amiga― dijo y corrí a espiar junto a ella

―Es...no sé, lindo― dije al mirarlo y me miró extraña

―¿Solo lindo?― preguntó y asentí

―Se nota a kilómetros que es un mujeriego que solo usa a las mujeres― dije suspirando y asintió