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Desperté por el leve sonido de mi alarma, el sonido era tan bajo que solo mis habilidosos oídos podían escucharlo con claridad, había olvidado apagarlo la noche anterior. Levante mi cabeza encontrándome que aún seguía abrazando la espalda y mi mano aún seguía sujetando la suya sobre su desnudo pecho, él no se había inmutado ni un segundo por la alarma, seguía durmiendo con tranquilidad, su pecho demostraba la profundidad de su sueño pues se movía con lentitud de arriba abajo, sus labios esponjosos estaban completamente sellados provocándome a darles un beso pero temía que si lo hacía lo despertaría y lo que menos quería era despertarlo.

Con cuidado y movimientos lentos comencé a soltar su mano y alejarme, inmediatamente el frío comenzó a inundar mi cuerpo una vez la calidez de él desaparecía, ya que yo había llegado a la orilla de la cama su cuerpo cayó como estrella en la cama y con su mano comenzó a tocar toda la cama como si estuviera buscándome, abrió un poco su ojo izquierdo, se miraba bastante tierno de esta manera.

— ¿A dónde vas? - preguntó él con voz somnolienta mientras recargaba sus codos sobre la cama alzando su parte superior.

— A la sala, digo, no hay mucho lugar al cual ir, quizás prepare el desayuno ¿Hay algo especial que quieras?

— Es muy temprano para pensar en el desayuno - dijo mientras tallaba su ojo con la palma de su mano.

— Son las 9 am, no es tan temprano.

— Es muy temprano y más si dormimos tarde - finalmente del dejo caer de nuevo en la cama y jalo la cobija hasta su cuello cubriendo su cuerpo.

— Iré a caminar un poco entonces.

— ¿No sabes que hacer para convencerme verdad? Esta bien - me había atrapado, con sus pies empezó a patear la cobija hasta salir de la cama.

Ambos nos pusimos ropa que resultara cómoda para salir por una caminata al exterior en el ya no tan frío clima de primavera, el clima de la ciudad comenzaba a cambiar anunciando que el tiempo seguía pasando y no se detenía a pesar de la situación mundial que estábamos viviendo. Nos colocamos las mascarillas y nos dispusimos a salir por la calle, prácticamente daríamos una vuelta por esta calle, quizás dos calles más y regresaríamos a la casa para finalmente desayunar.

Ambos caminábamos tomados de la mano en silencio, solamente saber que estaba el otro presente era la necesario para sentir la compañía, no podía entender como hace tan solo unos días peleábamos por cualquier cosa, en verdad, por cosas muy estúpidas hacíamos peleas tan grandes que no tenían ningún beneficio con el otro más que ver los lados más oscuros y poner en peligro una relación que poco a poco iba progresando y llenando nuestros corazones vacíos.

Caminamos las tres calles y regresamos a casa sintiendo la energía necesaria gracias al sol que había salido mientras caminábamos llenando nuestro cuerpo de toda esa energía natural.

Entré al baño yo solo pero sentía que algo me hacía falta, sin importarme todas las gotas de agua que mojaban el piso con cada paso que yo daba hasta llegar a la puerta saqué mi cabeza buscando a JiMin, esperando que por suerte estaría sin audífonos.

— ¡JiMin! - grite una vez que no lo vi sentado en el sofá.

— ¡Eh! - gritó no como pregunta, solamente emitiendo un sonido para saber que me estaba escuchando.

— Deje mi toalla en el cuarto.

— Voy.

Me escondí detrás de la puerta escuchando con suma atención los pasos de JiMin llegar hasta la puerta llevándome por sorpresa al escuchar como tocaba pero no abría la puerta para adentrarse al baño.

QUARANTINE |KookMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora