Una cita no-cita

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Semana de exámenes y nuestros héroes no hacen otra cosa que escribir, escribir y escribir en sus hojas de examen y hacer su mayor esfuerzo por no rendir se en los exámenes prácticos. Ochako se siente muy confiada a la hora de hacer sus exámenes teóricos, muchas de las cosas que han salido las ha tenido que practicar 100 veces con el rubio, por lo que ahora todo le parece muy fácil y claro. Por su parte el rubio no siente ninguna dificultad. Al finalizar los exámenes toda la clase se siente libre, eufórica y emocionada. Han acabado los exámenes y pronto llegarán las tan esperadas vacaciones de verano. La clase 2-A decide pasar el viernes conjuntamente en una salida, ya que lo tienen libre gracias a que los profesores hacen reuniones para preparar el final de curso. Así que deciden pasar todo el día a lo grande en un bosque cercano mientras hacen un hermoso picnic bajo los arboles de cerezo ya florecidos mientras juegan y se divierten todos juntos.
Se reunen en la sala común todos juntos mientras empiezan a cagar las cestas de comida, palas, pelotas, cartas para jugar... Hasta algunos se atreven a poner se el bañador y es que hoy especialmente hace calor, y hay un pequeño río que pasa por la zona de acampada donde irán.
Una vez estiran las mantas en el suelo lo dejan todo preparado y se disponen a pasar lo en grande. Muchos se van al río a bañar se o refrescar se con el agua, otros aprovechan para hacer excursiones o pequeñas caminatas y algunos se queden a jugar a cartas o badminton. La mañana pasa muy rápido entre risas y juegos, menos para un fastidiado Bakugo que tiene que aguantar a los pesados de sus "amigos" y ver como la cara de ángel sonríe mientras juega y pasa el rato junto a su "enamorado". Y para acabar de rematar lo su apuesta de dos semanas besando la ya ha vencido, y eso le jode profundamente, ya que no ha obtenido ningún resultado satisfactorio, todavía sigue sin saber que es eso que tanto lo perturba cuando se besan. Ochako por su lado no para de reir y reir junto a sus amigas y con Deku.
Ya al mediodía comen conjuntamente en las mantas mientras comparten la comida y las bromas. Una hora después muchos deciden descansar en la gran sombra de los arboles y otros juegan a cartas.
Ochako está por dormirse después de hacer un gran bostezo cuando a lo lejos ve como Katsuki le hace señas para que vaya con él. Ella se levanta y se va a su encuentro, este le espera con la cara de enojo y sus manos en los bolsillos.
- Qué necesitas Katsuki?- le pregunta la castaña un poco confusa, no sabe porque la ha llamado el rubio.
- Sigue me!- le ordena solo este mientras se gira aún con las manos en los bolsillos y emprende un camino por el bosque. Ochako no replica y empieza a seguir al rubio. Y a seguir. Están caminando durante 10 minutos, cuando la castaña ya nerviosa e impaciente le pregunta.
- Falta mucho?!- pregunta inflando sus mejillas.
- No! Y no seas cria, ahora llegamos.- le reprocha este mientras bajan por un pequeño desnivel que los lleva a una arboleda algo densa. Ninguno dice nada más, solo el sonido del bosque y del río los envuelve. A los dos minutos ya han llegado a un pequeño plano donde se ve una casa enorme en ruina comida por la hiedra y la vegetación. A Ochako le parece un lugar mágico, casi de cuento de hadas.
- UAAHHH!! Es hermoso podemos ir?- le dice esta estirando la camiseta del rubio con insistencia.
- QUITAA JODER!! Que me arrugas la camiseta. Hay que...- le dice este mientras la castaña lo arrastra de la muñeca hacia el río.
- VAAMOOS!!- dice valientemente estirando al rubio hacia el borde del río. Allí lo suelta y empieza a saltar de roca en roca. Katsuki rueda los ojos y con un par de explosiones llega antes al otro lado mientras sonríe a la chica divertido. Ella rueda los ojos.
- Eres un aburrido Katsuki, le quitas la diversión a las cosas...- le dice ella en tono serio.
- Tks, callate burra!- le contesta él molesto mientras se dirige a la ruina. Ochako le sigue y entran los dos juntos a explorar. No es que quede mucho pero parece que conserva las paredes exteriores, ahora faltará explorar el interior.
- Que crees que seria? Tal vez un pequeño refugio? O un castillo? Porque lo habrán abandonado? Quien viviría aquí? Tu que crees Katsuki.- pregunta Ochako curiosa mientras entra en el hogar seguida de un enojado rubio ceniza.
- Yo que se joder, no soy adivino.- responde este de malas maneras.
- Oye no hace falta que me contestes así! Qué te pasa? Si estás de mal humor, ya exploro yo sola!- le contesta esta enfadada, mientras se va a otro lugar. El rubio la ve ir se mientras se queda molesto y ceñudo. Sí, esta de mal humor. Pero no ha debido pagar lo con ella. Se ha pasado toda la mañana esperando estar a solas con ella, y ahora que lo está no hace más que fastidiar la y sacar su mal humor. Katsuki va a por ella, no piensa decir: "lo siento", pero si que se disculpará con ella a su manera. Así que Katsuki decide jugar. Va al encuentro de la castaña que parece estar en una de las habitaciones más grandes de la casa.
- Oyee maldita brujaaa!! He venido a por un hechizo!- le grita entrando divertido a la sala. Ochako se gira sorprendida viendo al rubio. Este enseguida se siente estúpido por hacer esa tontería de juego. Pero enseguida ve como ella ríe divertida.
- Pues ha venido al lugar indicado guerrero dragón! Bienvenido a la casita mágica de Ochako.- dice la castaña abriendo sus brazos para abarcar toda la habitación.- Qué tipo de hechizo busca?
- Guerrero Rey dragón para ti, maldita bruja.- dice Katsuki acercando se a ella.- Sorprende me, que es lo que tienes?
- Oh mis disculpas majestad!- dice esta en burla haciendo una reverencia.- Presumido.- suelta por lo bajo la castaña a lo que recibe una mala cara del rubio.
- Oi, oi, oi, brujaa no me hagas perder el tiempo...- le amenaza Katsuki haciendo pequeñas chispas con sus manos y acercando su cara a un palmo de la contraria.
- No! Mas te vale a ti no enfurecer a la bruja más poderosa de este reino, o te convertiré en mi gato mascota.- le contesta ella con mirada desafiante al rubio.- Bien! Ahora que ya nos hemos presentado, seguid me!- le dice Ochako apartando se del rubio. Ochako mira por todos lados intentando buscar alguna cosa que le sirva. Coge un palo del suelo y se lo muestra al rubio.
- Que os parece esta espada? Está encantada para dañar solamente a aquellos que merecen justicia.- le intenta vender ella.
- No me sirve! Ya tengo suficiente con esto para patear culos.- dice orgulloso Katsuki mientras saca pequeñas chispas por sus manos.
- Ooh sii, claro, por supuesto! Como olvidar que tenéis mucha chispa!- dice la castaña burlona mientras pone los ojos en blanco.
- DEJA DE REIR TE DE MI ESTÚPIDA!!!- le grita este cabreado perdiendo un poco su papel.
- Jajaja! Es solo una broma, unaa bromaa! No tienes que tomarte lo a malas.- dice ella divertida mientras le da al rubio una gran sonrisa. Este aparta su cara algo sonrojado.
- Tks! Como sea... Otra cosa!!- dice este chasqueando la lengua y exigiendo otra. Se ha vuelto a meter en su papel. Le gusta jugar a este juego de críos con la castaña, aunque nunca lo admitirá. Ochako suelta el palo y busca otra cosa que ofrecer le. Encuentra un trozo de corteza de árbol y se lo muestra.
- Que tal esto? Un trozo del árbol sabio, da equilibrio, aumenta las habilidades y da sabiduría a su portador.- dice ella orgullosa mientras le muestra al rubio.
- Sigue sin interesar me! No tienes nada mejor que baratijas bruja?- le dice este desafiante mientras tiene los brazos cruzados sobre el pecho. Ochako indignada infla sus mejillas.
- Ya te rindes? - le pregunta divertido. - Pensaba que eras una bruja muy poderosa pero veo que solo tienes simples trucos.- el rubio se vuelve a acerca a su compañera, últimamente extraña sentir el contacto del cuerpo cálido de ella.
- Ni por asomo!! Solo te estoy probando, para saber que eres digno de mi magia. Vas a caer rendido a mi encanto.- le suelta ella con mirada feroz, él le devuelve una mirada aún más fiera, más bestial. Ella se gira para empezar a mirar por todos lados. Katsuki sonríe, y solo piensa que eso es imposible, porque ya hace tiempo que ha caído rendido ante su encanto, ante su belleza y su fuerza. La pequeña bruja va recogiendo diferentes cosas mientras las valora con los ojos y se lo muestra al Guerrero Rey dragón. Este la sigue por detrás divertido, mientras va rechazando todo lo que ella le ofrece. Ochako ahora se dirige al río cuando finalmente se agacha y coge una piedra del río. Se gira con la mirada decidida y una sonrisa orgullosa.
- Ahora ya se lo que necesitáis.- dice la castaña triunfante.
- Ya iba siendo hora.- dice este en tono de burla y sonrisa divertida.- Y que es eso que necesito?
- Esto!!- dice Ochako mostrando le una extraña piedra con forma de alubia de un tono rojizo.
- Y que cojones es eso?- le pregunta el chico molesto, a lo que ella sonríe todavía más.
- Es una piedra de fuego.- responde esta.- Estas piedras son muy escasas y únicas. Controlan el fuego que arde en tu interior. Esta piedra te dará calor cuando haga frío, avivará tu llama en la batalla o calmará tu fuego cuando vayas a explotar. También hará que sientas el calor de las personas que amas aunque estas estén muy lejos. Así nunca te sentirás solo.- dice Ochako cogiendo la mano del rubio para poner le encima la piedra, para luego añadir en voz más baja y sin mirar lo.- Además esta piedra combina con tus ojos.- Katsuki abre los ojos como platos. Eso es justo lo que él necesita. Calor. Cierra el puño alrededor de la piedra.
- Me la quedo.- dice sin más. - Ahora debo darte algo a cambio.- le dice él mientras se pone la piedra en el bolsillo y luego se va en busca de algo que le pueda servir, dejando a Ochako donde estaba pero ahora sorprendida y colorada y con el corazón a mil. También en el río encuentra un trozo de cristal azul erosionado por el paso del tiempo. Es perfecto. Katsuki vuelve a donde estaba y él hace lo mismo, coge la mano de ella y deposita el trozo de cristal.
- Toma! Mi pago. Una lágrima de luna. Para que cuando llores tus lágrimas sean dulces y que por cada lágrima que llores esta se convierta después en una sonrisa o un momento feliz.- le dice a la castaña mirando la piedra en su mano y luego mirando al rubio que la mira serio.
- Me gusta- dice con una sonrisa tierna, infantil.
Ochako y Katsuki se miran intensamente a los ojos, no dicen nada solo se miran des de muy cerca y pude que cada vez más cerca hasta que..
- Ochako deberíamos volver.- dice el rubio cenizo apartando se de la joven. No sabe lo que pretendía pero seguro que no era nada bueno.
- Que! Ah sí, sí claro, volvamos.- dice esta saliendo del encanto del juego. Estaba tan metida en su rol que no se ha dado cuenta del paso del tiempo. Ya lo dicen que el tiempo pasa volando cuando uno es feliz.
Así que espabilando la castaña se da la vuelta y vuelve por el camino de rocas de antes, aunque esta vez su cabeza está en otra parte. Katsuki por su lado esta vez decide pasar el río por el camino de piedras, también reflexionando sobre toda la pequeña aventura que ha vivido. Ha encontrado esta mañana esa casita, en uno de sus paseos con sus amigos, y des de que la ha visto no ha dejado de pensar que a la castaña le gustaría el lugar. Y de ahí su mal humor al no poder enseñar se la hasta que la ha visto a solas. Pero no deja de sonreir y de pensar que ha valido la puta pena toda esa espera.
Mientras Ochako salta piensa, en todo lo que le ha dicho el rubio sobre la piedra que ha puesto en su bolsillo. Y no puede evitar poner se colorada.

Si te vuelo a ver llorar... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora