Apenas el juicio había concluído todo fue un caos. Habían cientos de opiniones, todas completamente diferentes entre sí, pero la gran mayoría apuntaba sus dedos a Zeus.
"¿Por qué ella fue condenada y otros dioses que actuaron igual o peor quedaron impunes?"
"¿A caso el Olimpo se rige por favoritismo?"
"¿Es Zeus un gobernante digno?"
Esta última pregunta había corrido de boca en boca, generando una notoria molestia en el rey de los dioses, que no tardó en mostrar su desacuerdo hacia estas acusaciones saliendo a declarar públicamente que Perséfone era una genocida, y así como había cometido crímenes, estos habían sido justamente castigados.
Ésta situación era delicada desde el principio, pero en el momento en que las barreras con el reino mortal fueron selladas por un factor desconocido, el descontrol se desató. Los habitantes del Olimpo tenían pánico y el terror reinó en las calles por un periodo de tiempo, especialmente cuando se enteraron que, aunque pudieran realizar viajes del Inframundo al Olimpo y viceversa… así como eran incapaces de viajar al reino mortal, tampoco podían poner un pie en el reino de Poseidón.
La famosa dinastía de los seis traidores se mostró extremadamente afectada, ya que no solo habían perdido acceso al reino mortal, sino que ahora les era imposible comunicarse con Poseidón. En medio de toda esta locura hubo una significante migración desde el Olimpo hacia el Inframundo; los seres que habitaban en el Olimpo veían el reino de las sombras como un lugar con mejor calidad de vida, si se dejaba de lado el hecho de que el sol no tocaba jamás este lugar.
El juicio a Perséfone había sido transmitido como si de una clase de macabro entretenimiento se tratara, permitiendo así que ambos reinos vieran una cara de Hades más vulnerable, ya que al perder a Perséfone este se había desmoronado al ser reparado de la persona que amaba, negándose a soltar aquellas rosas que la diosa había dejado atrás al desaparecer como si de alguna forma tuviera entre sus manos lo último de ella.
—¿Qué es lo que dice el periódico? —preguntó Hades con una taza de café en su mano. Este vestía un elegante traje color azul aunque se encontrara en la comodidad de su hogar.
—No quieres saberlo. —advirtió Hécate, una dama con carácter fuerte e imponente, quién era considerada la mano derecha del poderoso rey.
—No me importa un demonio lo que piensen de mí. —Hades sonaba malhumorado ¿Y cómo no estarlo? Luego de todo lo que había pasado.
Hécate suspiró.
—Según las encuestas, gran parte de las personas en las redes sociales sintieron empatía por tu pérdida. —comenzó a leer ella.— Al parecer nadie esperaba ver a un rey sufriendo por un amor perdido, parece que ahora te ven como alguien más… accesible.
—Eso incrementará la producción del Inframundo. —respondió con un tono seco y su mirada perdida en la ventana, pero luego se mantuvo en total silencio.
Ambos estaban reunidos en la sala de estar del dios, junto a otro equipo especializado en analizar las opiniones populares para así poder planear sus movimientos a futuro. Todo indicaba que el Inframundo debía prepararse para recibir más población, especialmente de aquellas personas que ya no confiaban en el criterio de Zeus para gobernar; Hades sabía que su reino poseía la infraestructura necesaria para albergar a estos nuevos habitantes, y viéndolo desde un punto de vista económico, el trabajo allí aumentaría de tal forma que no implicaría más que progreso para ellos, pero la cabeza del dios estaba en otro lado en ese momento.
—¿Sabes? Haz sido un regente más que magnífico para la gente del Inframundo. —Hecate tomó asiento junto a Hades, indicando con una dura mirada al resto del equipo que ya podía marcharse.— Lograste crear un reino lleno de abundancia dónde se suponía que nada estaba destinado a vivir, deberías sentirte orgulloso de eso. Antes de que llegaras esto era sólo un desierto.
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𝗘𝗩𝗘𝗥𝗟𝗔𝗦𝗧𝗜𝗡𝗚 ˡᵒʳᵉ ᵒˡʸᵐᵖᵘˢ
FanfictionPerséfone era una poderosa deidad, pero el haber sido desterrada en el reino mortal había traído mortales consecuencias para ella. El cuerpo de la diosa se desintegró, creando así lo que ahora se le conoce como invierno. Nadie en el Olimpo supo jamá...