Quinto capítulo

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— Perspectiva narrador

El más alto se quedó congelado al ver a esa chica delante suyo ¿a quién podía engañar?

Una semana no basta para eliminar los sentimientos de un año entero, él aún seguía a los pies de esa chica, a pesar de todo el daño que esta le causó.

Antes de que Iván pudiera contestar, carre contestó por él.

— ¿Qué querés?

Ni siquiera respondió el saludo, a los ojos de Rodrigo, respeto era lo que menos merecía esa molesta pelirroja.

— Carre, no le hablés así.

A Rodrigo le empezó a hervir la sangre ¿cómo su amigo era tan estúpido como para tener respeto a aquella desgracia humana? Rodrigo agarró del brazo a Iván, llevándolo lejos de aquella chica.

— ¿Amigo que mierda? —Rodrigo estaba enojado, aún no podía comprender. —Irlanda te dejo hecho pija, ¿querés que te recuerde cuántas veces te encontré llorando y bajo las influencias del alcohol?

— Pero es que Carre —Dijo Iván, esperanzado, dudando un poco antes de seguir. —¿Qué tal si esta arrepentida? ¿qué tal si me ama de vuelta?

— ¡No Iván, ella no te amá, todo es una farsa!

— ¡Ella si me ama! está arrepentida ¿no lo ves? —Dijo casi gritando el más alto, con lágrimas acumulándose en sus ojos.

— No amigo, no lo veo, ni lo veré... dejá de engañarte a ti mismo.

El mayor empezó a soltar algunas lágrimas, aunque las palabras de su amigo le dolían demasiado, sabía que era verdad, sabía que Rodrigo sólo lo quería proteger.

— Vámonos amigo.

Dijo carre, para tomar de la mano y guiar a Iván a la salida de la tienda, pasando al lado de Irlanda, que se encontraba de brazos cruzados, y con una mirada que podía matar.

— Vos ya sabés donde estoy, Iván. —Dijo la chica de ojos celestes, para después quedarse viendo como Rodrigo e Iván se marchaban de ahí.

[...]

Todo el plan de pasar el rato y olvidar a aquella chica se había caído a pedazos, el chico de pelo negro estaba sentado en el cuarto, llorando... Otra vez.

Él se juró no volver a hacerlo, pero ¿cómo borrar esos sentimientos? quería más que nadie enamorarse de otra persona, una persona que le hiciera bien, que lo valorara y que cuidara su corazón, que estaba más que frágil.

— Tranquilo, estoy aquí, llorá todo lo que quieras.

Dijo Rodrigo mientras acariciaba el cabello de Iván, estaba enojado, y no enojado con Irlanda, estaba enojado consigo mismo por no poder enamorar a Iván, por no poder demostrarle esos sentimientos que llevaba guardando desde hace tiempo.

Por no poder decirle todo lo que siente, por no poder enseñarle lo que tiene para él.

𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 ──carreraxspreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora