Capitulo 3. Plan de Dos

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El día laboral había concluido. Y para suerte de Julie y de mi, pasamos desapercibidas ante el ojo vigilante de mi jefe y mis compañeros de trabajo.

Tras caminar una cuadra de distancia al restaurante, en el casi solitaria y medianamente oscura calle, llegamos al auto de Julie, un limpio y bien estacionado Chrevrolet Malibu color plata. Un auto bastante grande para una mujer que piensa en grande como lo es Julie.

     — ¿En serio este bebé es tuyo? —bromeé con ella mientras miraba desde lejos, espectante el enorme auto—

     — ¿Esperabas ver un Sonata? ¡No gracias, quiero vivir! —siguió la corriente a su vez que se paraba frente al asiento del conductor y abría la puerta—

Era increíble ver, como en tan poco tiempo, mi querida compañera había adquirido tantas cosas por su cuenta... Sabía de antemano que era fruto de su gran esfuerzo y trabajo desde los años escolares, después de todo, Julie se caracterizaba por ser una mujer que no se rendía tan fácil y desde que comenzó a trabajar en los medios de comunicación como periodista y ser asesora de imagen de su famosa conocida Mary Jane Watson, su vida parecía estar colmada de éxito y buenos sueños.

Era algo que admiraba de ella y que a la par, deseaba y soñaba tener en algún momento. Un departamento propio, un automóvil propio, un trabajo de ensueño y el respeto y reconocimiento de la gente. Perdida aún en los detalles del auto, podía imaginarlo, sin embargo muy dentro de mi, sentía que no podría llegar a tales bendiciones del éxito. Sin ninguna intensión de tomar el papel de mártir, mi apagada existencia me hacía creer estas cosas, después de todo, antes de mi pequeño empleo en Doug's Burguer, intente de mil y un formas buscar el éxito por mi cuenta, no lo logré, pero siendo sincera, ese será un tema para otra ocasión.

Posteriormente a huracán de pensamientos dentro de mi cabeza, continúe con mi camino al lado del copiloto en el auto e ingrese, recibiendome el fresco aire acondicionado y el inconfundible aroma a vehículo nuevo. La radio, las luces, el motor, todo encendió en tan solo un parpadeo, de fondo podía sonar la canción "Hey Ya!" por los altavoces laterales... Esto parecía ser el anunciar de una noche muy particular.

Quizás suene demasiado bobo, pero a medida de que Julie avanzaba y tarareaba las melodías en la radio, mi cuerpo se relajaba, me sentía diferente y de forma mágica, me sentía emocionada y con mucha alegría. Como cuando era una infante y visitaba los parques de diversiones. En ciertos momentos, note como julie me miraba de reojo y sonreía, es probable que notará mi jubila reacción.

A pesar de todo, no fue un viaje tan largo como esperaría; resultaba que mi mejor amiga vivía entre las venas de la imponente Manhattan. Vivía en un antiguo pero bien conservado edificio de departamentos, podía notar que tenía cercas varios negocios de comida y restaurantes e incluso un "Banking for the Nation" a tan sólo dos cuadras. Admito que ante la cantidad de cosas por mirar, ni siquiera note que habíamos llegado al bello y elegante complejo de departamentos hasta que Julie estacionó el vehículo.

En el piso número 12, se encontraba el opulento departamento, tan grande y bien amueblado como esperaría, con tonos color crema y caoba que daban esa extraña sensación armónica al ambiente, que junto al aroma a manzana canela que paseaba desde la entrada hasta mi nariz, lograban hacerme sentir aun mas en un lugar diferente. Era el doble de lo que podía ser mi pequeño apartamento.

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Bajo la piel de Cordero || Dr. Octopus/ Otto OctaviusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora