VIII

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-Sigo esperando. -Ann me observaba con los brazos cruzados y las cejas encardas-. Sigo esperando.

-Qué quieres que te diga. No hay nada nuevo.

-Nada nuevo en tú idioma es: «me he vuelto a enredar en los brazos de Echizen y no le he dicho a nadie».

Entre abrió los ojos, al no tener respuesta ni de afirmación o de negación. Me sentí entre la espada y la pared con su mirada. Cómo iba a negarlo la verdad. Sí, ha sido así, por desgracia no podía rebatir.

Guardo los libros en la mochila y salimos de clase. Ann había venido a buscarme ya que al parecer en su secundaria habían cancelado las clases por los torneos extracolares. Ojalá lo hicieran en el nuestro también.

Al acercarnos a la puerta un grupo de chicas con bolsas de deporte esperaban frente a las taquillas. Son las del club de tenis, solo que de superior. No tenemos mucho contacto con las mayores, pero sí sé quienes son. Ann me comenta algo sobre una tarde alucinante con Momo. ¿En qué momento estos dos han empezado a salir?

-No me estás escuchando.

-Claro que sí -intento hacer que sí pero no se lo cree-. Vale, no te he prestado atención.

-Bueno, no te has perdido nada -suspira-. ¿Vas a a ir con ellas?

-No. Son de superior, no de medio.

-¿Y? Seguro que están esperando a los chicos.

Trato de que no me moleste ese comentario, sé que no quiere decirlo con malas intenciones, pero saber que estas chicas -mucho más mayores y maduras- están esperando a los chicos del club de tenis, me hierbe la sangre.

Se supone que no debo darle vueltas a una situación que pasó por simple impulso humano. Nada más. Aunque... si me pongo a pensar en sus besos, caricias, suspiros... ¡Ahrg, Sakuno, basta!

Ann me agarra del brazo, llevando nos detrás de las taquillas. Por su ceño fruncido debe de estar pasando algo de lo cual no me estoy enterando.

-No mires -me dice, nerviosa-. Será mejor que no lo hagas.

Sin hacerla caso me doy la vuelta. Somos conscientes de que algo no nos va a gustar antes de que lo veamos o lo degustemos, esto no era diferente. Al darme la vuelta un grupo de chicas mayores -de la edad de los sempais-, rodeaban a los chicos del club de tenis, entre ellos Ryoma, el más popular. Muchas de ellas trataban de engancharse a él.

Fruncí el ceño volviendo a prestarle atención a mi amiga. Ann estaba apretando los labios y entre cerrando los ojos esperando alguna reacción por mi parte. No haré nada. No merece la pena pensar que lo sucedido entre Ryoma y yo tuvo algún significado para él. Ambos -todos en esta escuela- sabemos que no es así.

Me coloco la bolsa al hombro y marcho hacia la entrada. Ann me sigue de cerca cuando pasamos la puerta. Ella se vuelve varias veces viendo a los chicos, a la espera de que algo suceda. No lo hará. Él no es así.

Una vez pasamos varias calles me detengo y suspiro, relajando los hombros de la tensión.

-Has sido valiente -me dice Ann-. Ese chico no merece tú atención.

-Estoy contenta por la noticia del torneo -le digo, sonriendo-. No voy a dejar que ese chico me arruine lo único bonito que he tenido en los últimos meses.

-Así se habla!

-¿Vamos a comer? Me muero de hambre.

Tira de mi brazo emocionada. Acabamos pasando lo que quedaba de tarde en una cafetería, acabando alguna que otra tarea y hablando de temas sin importancia. Ann es popular entre los chicos -no al nivel de Ryoma-, por esa razón no es de extrañar que más de uno se haya acercado a pedirle el número de teléfono.

Al principio de año pensaba que acabaría con Momo-sempai. no solo por la historia que hay de ellos desde hace meses, si no por esa conexión que se nota a kilómetros. Que pena que ambos sean cortos y no se enteren de que esos sentimientos de amor no se han olvidado.

-¿Puedo dormir en tú casa hoy? -le pregunté una vez salimos del café-. Esta noche va a haber gente en casa y no me apetece estar sonriendo como idiota toda la noche.

-Claro, no hay problema.

-Bien, entonces avisaré a la abuela -saco el móvil y ella también.

-Creo que mis padres llegarán más tarde hoy -me informa viendo su pantalla y guardando el aparato-. Tendremos algo de tiempo para seguir hablando.

-Genial -sonrío, enredando mi brazo con el de ella y comenzando a caminar hacia su casa-. Hace tiempo que no paso la noche fuera de casa.

-¿Y Tomoka?

-Vivimos al lado, es normal escaparme de vez en cuando a su casa, y ella a la mía. En cambio, estar en otra casa a más de dos minutos de la mía se me hace raro.

-El último fue Ryoma, supongo.

Sí...

-No me enorgullezco de ello.

-Saber que has pasado el tiempo suficiente con las personas que amas en bonito, por más dolor que haya habido después. Estoy segura de que él también a disfrutado esos momentos contigo.

-Dudo de que él haya sentido lo mismo -suspiro-. Es cierto que no siempre estábamos metidos en su cama. Hablábamos, nos contábamos el día, los partidos, las noticias, cómo estaban nuestras familias... Del futuro. De nosotros. Fueron lindos momentos de los cuales no me arrepiento a día de hoy, aun si ha pasado todo eso. Solo que... no creo que Ryoma vea esos pequeños detalles como importantes.

-¿Le has preguntado?

-No me hace falta. Solo con verlo se nota que no le he importado lo suficiente. Que fui un desahogo en todos los aspectos.

-Estas hablando de ti como un objeto de usar y tirar cuando realmente no eres nada de eso, Sakuno -me agarra de la mano-. Era una de las personas más comprensivas y bellas que he conocido, y si ese idiota no ha sabido ver lo hermosa que eres, tanto fuera como dentro, es un autentico gilipollas sin cerebro. Creemos en algún momento que podemos ser el colchón salvavidas de alguien, cuando realmente tiene que ser aplicable para los dos. Tal vez para Ryoma también lo fuiste pero no supo expresarlo de forma adecuada.

-Podemos expresar cariño de tantas formas de la cuales nunca somos conscientes de sus limites. Sé que lo vuestro llegó a ello por él y que, si hubiera sido por ti, hubierais seguido. No te culpes nunca de lo que paso, ni de lo que veas o oigas... Tu sabes lo que vales y lo que llegaste a ser para él en su momento, que ahora sea diferente no te hace menos valiosa.

-Ann...

-Llegarás a amar de nuevo y con mucha más fuerza. Si no es de él será de alguien mejor.

Contengo las lágrimas deteniendo el paso y abrazándola. Pocas personas han sido capaces de hacerme llorar cuando hablamos de este tema. Ryoma ha sido un tema sensible desde que rompimos, desde que supe la verdad. y, por más que tratase de verme mejor que eso, seguía doliendo como el primer día.

Escuchar las palabras de Ann me ha hecho darme cuenta de las limitaciones que me he estado poniendo a lo largo de los años. De que quedarme encallada en mi historia de amor fallida no me hará avanzar y encontrar a alguien mejor que merezca lo que él no supo apreciar.

La noche con Ann ha sido reconfortante, liberadora. Ahora toca prepararse para el torneo femenino de tenis. La emoción no me cabe en el cuerpo. Después de tanto tiempo por fin vamos a poder machar a nuestras rivales.

Continuará...

Siento la eterna tardanza, he estado en un enorme bloqueo, pero ya creo que he podido salir de él JAJAJAJ espero poder seguir subiendo capítulos aunque sean cortos.

Romance | RyosakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora