XX

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Ryoma

Cuando comenzó todo esto, nunca pensé que mi hermano sería el pilar de toda la controversias. Tenía claro que él podía hacer lo que quisiera, incluso si sus palabras no eran claras al principio para nadie (como es normal) al final acababa siendo una gran noticia a su favor.

Al principio tampoco entendí porque decía una cosa y luego aclaraba las dudas con lo contrario. Pero esto es diferente. No quiere hacerle el lío a la prensa. Está vez es de verdad.

Cuando llego a casa después de dejar a Sakuno en la suya, no veo a nadie de mi familia. Se supone que deben estar todos en casa o al menos eso creo. Con los zapatos fuera los busco, hasta que mi madre sale de la cocina con las manos ocupadas por el asado que tanto le gusta a Ryoga.

Me ve y sonríe como si nada.

—Oh, cielo, has llegado pronto —me dice—. ¿Qué tal Sakuno con los entrenamientos? Debe de estar nerviosa.

—Mamá...

—Tu padre está fuera, jugando. Ve con él.

Y sin más me deja de nuevo solo. Salgo en busca de mi padre con la esperanza de que mi hermano también este con él. Y efectivamente, están los dos juntos dándole golpes a la pelota de tenis contra la pared. Me acerco a ellos.

Mi padre es el primero en verme.

—Ryoma, al fin llegas. ¿Qué tal la tarde? —me pregunta normal.

—Bien, algo ajetreada por el torneo —digo—. ¿Vosotros?

Ambos se miran sabiendo a dónde quiero llegar.

Papá rodea los hombros de Ryoga impulsándolo dentro de casa.

—Entremos.

Una vez los tres estamos en la sala aparece mi madre con las manos libres y sin la media sonrisa que ha tratado de disimular antes cuando he llegado.

—Ahora que estamos todos, hablemos —comenzó papá tomando asiento—. Creo que todos hemos visto o nos han informado de las decisiones que ha tomado Ryoga. Así que será mejor que hable él.

Miré a mi hermano, relajado y sin preocupación por el final de esta conversación.

—He tomado una decisión: voy a dejar de jugar —informa—. Solo de jugar, no he dicho nada de seguir entrenando. Mi plan es seguir como entrenador en las nacionales, ayudando a Ryoma y sus compañeros, incluso a Sakuno si hace falta. No tenía pensado que nada saliera a la luz hasta que hablase con la entrenadora, y demás, pero como todo se a dado de golpe no he tenido más remedio que decirlo. Ocultando el verdadero motivo.

—¿Porqué ocultarlo? —quiero saber.

—Estos últimos meses he estado metido en controversias que no tiene nada que ver conmigo. La gente saca de contexto mis palabras y las de mis agentes, pero eso, si decía las verdaderas razones podría haber gente que sacase esas buenas intenciones y las pusiera en malas palabras. Sabemos cómo es la sociedad y lo que les hace ganar visitas y dinero.

—Y el hecho de que te saquen de contexto es suficiente para que no digas que te retiras para entrenar a futuros jugadores.

Mi afirmación parece hacerle reír.

—Se nota que has estado fuera demasiado tiempo.

—Solo he tenido un problema de relaciones públicas —suspiro—. Por suerte eso esta arreglado.

—Ya, pero no creo que a mi querida cuñada le haga gracia saber que, más haya de esa noticia que leyó en su momento, hubo más que tú ocultaste.

—Estamos hablando de ti, no de mí.

Romance | RyosakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora