XXIII

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Ryoma

Debe de estar nerviosa. Lo sé. Lo veo en su mirada antes de subir al bus y en como mueve los dedos cuando agarra su mochila. La conozco perfectamente.

Me junto con los chicos, esperando no poner más nerviosa a Sakuno, o al menos no verla perder los nervios. Tengo que buscar la forma de trnaquilizarla. Los chicos comentan cosas sobre los siguientes torneos, entrenamientos y sobre los estudios. Todos ellos están al límite del desborde con todos estos asuntos. Lo que no me parece normal el el olor a putrefacción que hay el el bus. ¿De nuevo con esos malditos jugos misteriosos?

Antes de poder ver si es eso la causa del olor Momo me intercepta.

—¿Y esa cara? Parece que te ha dado algo —comenta Momo entre risas—. ¿Estas nervioso por la pequeña? Oh amigo, enserio sigues estando enamorado de ella.

—No, no idiota —maldigo—. Hay un olor insoportable. De nuevo.

—Oh, ese es Inui con su jugo misterioso ya sabes como es que lo trae para motivar.

—¿Motivar? A provocar desmayos viene —exclamo tapándome la nariz evitando el olor—. Dile a los chicos que habrán las ventanas. No vaya a pasarle algo a las chicas.

—Tranquilo que a ellas no les llega el olor, por suerte.

Me reclino en el asiento en busca de aire limpio que respirar. Como odio el dichoso olor de las bebidas de Inui. ¿Porqué lo ha traído? No somos nosotros los que jugamos, son las chicas. ¿Qué quiere? ¿Dejarlas inconscientes antes de que empiecen los partidos? Si es así nos llevará a nosotros con ellas. No puedo dejar que Sakuno sufra las consecuencias de nuestros entrenamientos.

Hace meses que Inui no trae la bebida y que justo hoy lo haya hecho es mala señal.

Me levanto del asiento pasando por encima de Momo hacia el pasillo. Sakuno está en la fila del medio, sentada con una de sus compañeras, hablando y riendo sobre algo. Al acercarme a ellas me apoyo en cabecero del asiento. Como es evidente, Sakuno y yo preferimos la ventana antes que el pasillo. Antes siempre nos peleábamos por ver quién se lo quedaba.

—Hola señoritas. ¿Me dejarías hablar con Sakuno un segundo? —sonrío a la amiga, y ella dudosa, pidiendo la aprobación de Sakuno antes de levantarse—. Gracias.

—¿Qué quieres? —es lo primero que dice, enojada.

—Tranquila leona, no he venido buscando pelea. Solo a ver cómo estabas.

—Estoy bien —desvía la mirada. Está nerviosa.

—¿Segura? Entonces si no me necesitas me voy.

Estoy dispuesto a irme cuando me agarra del brazo deteniéndome.

—Espera —dice—. Necesito pedirte una cosa antes de que te vayas.

—Dime pues.

Siento curiosidad por lo que esta a punto de preguntarme. Sabiendo que ella no es de pedir nada a menos que sienta una presión que supere sus límites. Aunque, teniendo este torneo a pocas horas de que empiece, veo en sus ojos un brillo de nervios obvio. No puede ocultar su estado frente a mí.

—Tú has estado en muchos torneos —asiento obvio, reprimiendo la sonrisa—. ¿Cómo...? ¿La gente...? Arhg, no sé cuál pregunta hacer primero.

Agarro su mano. La pobre esta temblando.

—Si te preocupa que la gente te mire, te juzgue, no te preocupes. Lo harán siempre. La primera vez que me presenté a un torneo solo podía pensar en mi padre. Sabes que siempre he querido superarlo y, cuando se dio la oportunidad de ir por el mismo camino, pensé solo en él.

Romance | RyosakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora