capitulo 8

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Alexander.

El trabajo de mi tío es impresionante.

He venido con él los últimos días al astillero. Por lo que he escuchado por parte de mi tío y algunos otros trabajadores, el proyecto no es únicamente una inversión privada, también la alcaldía y la gobernación del departamento están afiliados a la construcción del buque, por lo visto el dueño de esta empresa naviera, el señor Hernán Cortés, propuso este proyecto junto a muchos empresarios importantes.

El objetivo es que el buque sea un regalo que recibirá la ciudad cuando cumpla su próxima década de fundación, al igual que lo fue el parque principal, teniendo como prioridad la exportación e importación en beneficio de la ciudad, pero sin dejar de ser principalmente de uso privado.

—Esto nunca dejará de sorprenderme. —expreso mi asombro sincero.

—Estas son las grandes ligas, Alexander. —comenta mi tío Mauricio.

—No puedo discutir eso. —le doy la razón—Tu jefe es un hombre muy rico, aunque muchos empresarios y el gobierno inviertan en esto la cantidad de dinero es impresionante.

—El señor Hernán es un hombre muy respetado en esta ciudad, podrías decir que es el modelo a seguir de la mayoría de los empresarios, —me explica mientras revisa unos planos—devibo a eso puedo reunir a una gran cantidad de inversionistas locales y gracias a su acuerdo con el gobierno también del resto del departamento.

—Eso es impresionante.

«Me huele a corrupción»

—Mañana lo conocerás a él y a su familia en la cena.

Mañana será la cena entré las familias, honestamente no quiero ir, además de lo incómodo que será para mi, estoy seguro que no abra nada interesante pero le hice una promesa a mi tía y seguro la comida estará deliciosa.

—Eso me recuerda que tengo que pasar a recoger mi traje. —Le comento.

—Está bien, cuando tengas que irte me avisas.

—Ok.

Estuve en el astillero un par de horas más, luego pasé por la sastrería y recogí el traje que utilizaré en la cena. No me gusta vestir tan formal, pero en este caso no tengo otra opción.

Mi teléfono empieza a sonar mientas voy en un taxi camino a casa.

Llamada entrante: Desconocido.

Al leer eso tengo mis dudas si contestar o no, la llamada entró por mi WhatsApp. No tengo que pensarlo mucho para deducir de quién se trata, aun así contesto la llamada.

—Alo —hablo con un tono frío.

—Alo… —su voz se escucha dudosa—Alex?

—Si, soy yo Mariana.

—No pensé que fueras a responder, me has ignorado por mucho tiempo.

—Y tu sigues sin entender que no quiero saber nada sobre ti. —la frialdad en mí voz no disminuye.

—Si lo entiendo…

—No lo parece —la interrumpo, Mariana deja de hablar por un momento—¿Te quedarás callada?, Si eso es todo voy a colgar…

—Te quiero, —ahora ella es quien me interrumpe—te quiero demasiado Alex, me duele mucho el haberte lastimado —la escucho con atención—sé que no merezco tu perdón, la forma en que me hablas me dice lo molesto que estás conmigo, pero quiero compensar todo el daño que te hice.

—Entonces déjame tranquilo, esa es la manera de compensarme, —Mariana no responde—dile a la persona que te facilito mi número que le agradezco por eso, ya que pudo darte la herramienta que necesitabas para que tu conciencia este tranquila —Mariana trata de decirme algo pero no se lo permito— espero que respetes mi decisión y no me molestes más, fue un gusto hablar contigo, adiós Mariana.—cuelgo la llamada.

Espero no saber más nada de ella, que con esto ella también pueda tener un cierre.

***

Hoy es el día de la cena.

El club donde nos reuniremos con la familia Cortés es muy prestigioso, la alta alcurnia de la ciudad se reúne en ese lugar y nosotros seremos los invitados de honor de una de las familias más importantes.

El lugar es impresionante, parece funcionar como un pequeño hotel, además tiene una gran piscina y un campo de golf.

—Este lugar es hermoso. —comenta mi tía maravillada.

—Si que lo es querida—mi tío le da la razón.

No puedo estar más de acuerdo con ellos. Aún no entramos al restaurante estamos en la recepción del club y escucho la conversación de mis tíos mientras observo el plano de las instalaciones que se encuentra enmarcado.

—Oh, allí está el señor Hernán, —escucho comentar a mi tío—Vamos a reunirnos con él. —seguimos a mi tío.

—Buenas noches, señor Cortés. —mi tío lo saluda.

—Buenas noches, Mauricio, —lo saluda con mucha confianza—te he dicho muchas veces que no me trates con tanta cortesía, te considero mi amigo.

—Si señor…, Perdón, Hernán, no me acostumbro a tratar a mis jefes con tanta confianza, el respeto siempre debe estar por delante.

—Eso es cierto, —el señor Hernán le da la razón— así que como tu jefe te ordeno que no me llames señor. —ambos se ríen al unísono.

—Bueno, le presentaré a mi familia, —mi tío procede a presentarnos—ella es mi esposa Lennys, mi hijo Marcos y mi sobrino Alexander.

—Mucho gusto señorita, —saluda primero a mi tía—es un placer conocerla y es un gusto conocerlos al fin muchachos, su tío me ha hablado mucho de ustedes.

Al parecer mi tío y el señor Hernán han creado una muy buena relación, se tienen mucha confianza cómo si de dos viejos amigos se tratase. El señor Hernán, es un hombre alto, con una contextura física un tanto robusta, su cabello y barba ya evidencian algunas canas.

—Ahora me toca presentar a mi familia, por favor acompañen me, ellas se encuentran en el restaurante.

Lo seguimos y nos acercamos a un pequeño grupo de personas que están conversando en la entrada del área del restaurante. Una señora muy elegante, voltea y se acerca a nosotros.

—Les presento a mi esposa, Catalina.

—Es un placer conocerlos. —nos saluda amablemente.

—El placer es nuestro. —le responde mi tía.

La señora Catalina es una mujer más joven que el señor Hernán, es casi de mi altura y luce muy hermosa, su vestido rojo le queda muy bien, aunque es un tanto extravagante, aun así, es el tipo de mujer que se roba las miradas por donde pasa.

—¿Dónde está Violeta? — el señor Hernán le pregunta a su esposa.

—Está saludando a la familia Olivares, —ella le responde— oh mira allí está, Violeta por aquí— la señora Catalina llama a una chica que imagino es su hija.

La chica se acerca y me fijo en ella, la observo de abajo hacia arriba, tiene un vestido blanco, sencillo pero elegante, estampado con muchos girasoles, debo reconocer que es muy bonito, su cabello negro este suelo y se ve muy bien, cuando mis ojos se cruzan con los suyos no puedo disimular mi sorpresa y ella tampoco.

«No puede ser»

Recuerdo muy bien a esta chica, es la clarinetista del puente.

Entre Dos Corazones Rotos (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora