𝘞𝘰𝘭𝘧 𝘌𝘺𝘦𝘴 《𝘘𝘶𝘪𝘭 𝘈𝘵𝘦𝘢𝘳𝘢》

XVIII. Emily Costurera

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Las cosas en la reserva parecían estar tranquilas, mis tardes las pasaba con la manada en casa de Emily. Además de eso me he vuelto muy cercana a las chicas, sobre todo con Aurora.

—¿Qué tal si vamos de compras?—preguntó Aurora mientras comía un brownie recién horneado

—creo que la boutique sigue abierta.—dijo Cassy

—me refería ir a Seattle.—exclamó Aurora

—a los chicos no les agradará esa idea, con todas esas desapariciones es una suerte que no quieran estar pegados todo el día con nosotras.—dijo Jasmine rodando los ojos y Emily asintió

—también si prefieren, pueden llevar un diseño único. Vayamos por telas y les puedo hacer un vestido.—ofreció Emily y Aurora chilló de alegría ante su sugerencia

—¡es una gran idea Emily!—opino Aury antes de que escucharamos las pisadas de los chicos

—mi chica es muy lista—sonrió orgulloso Sam haciendo sonrojar a la mayor de nosotras

—larguense a su casa—dijo Paul haciendo muecas de asco

—esta es nuestra casa larguense ustedes a sus casas en vez de comerse toda mi comida —le respondió Sam y Lahote no pudo decir nada en contra.

—Hola ¿quieres ir a caminar?—preguntó Quil en cuanto me vio pero antes de que pudiera responder una cabellera castaña se interpuso

—lo siento romeo iremos de compras y mejor ve por comida tus hermanos no te están dejando nada.—se burló alarmando al chico que corrió hacia la mesa.—Vamos, las chicas nos esperan en el auto.—Aury entrelazo nuestros brazos antes de guiarme al auto de Jasmine

—lindo auto—dije viendo un color peculiar de color violeta muy hermoso

—gracias, el violeta es mi color favorito. —la pelirroja arranco hacia la única tienda que había en la reserva de una señora mayor

—buenas tardes señoritas ¿buscan algunas telas en particular?—preguntó la dueña antes de guiarnos al mostrador para mostrarnos unas carpetas en las cuales tenía pequeños pedazos de telas cortadas

—solamente las que nos encanten y al verlas digamos ¡Esa es!—dijo Aury elevando la voz en la última parte

—entiendo chica entusiasta—dijo la señora divertida por la reacción de la chica castaña

Ninguna tela me convencía pero no quería ser grosera con Emily y su idea, ni con la señora que esperaba paciente al otro lado del mostrador. Las demás ya habían encontrado su color por lo que solamente faltaba yo

—quiero esta—dije convenciendome por la tela de un color nude que según Jasmine y Aury ese color resaltaría en toda mi piel

—buena elección señorita, no a todas le queda ese color—la señora se llevó las carpetas para posteriormente ir a su bodega a buscar todas las telas y en cuanto las tuvimos nos fuimos a casa de Emily pero en vez de entrar nos guío a una pequeña casita alejada de la bulla de la manada

—aquí estaremos mejor, es mi pequeño taller, Sam lo creó para mí apenas me mude con él.—dijo Emily mostrando el lugar que era muy lindo y tenía todo lo necesario para crear nuestros vestidos

—Nunca antes había entrado aquí, ni siquiera recuerdo a ver visto este lugar—dijo Cassy sorprendida mientras dejaba las telas en unas mesas

—Es porque Sam prohibió a los chicos entrar aquí, un día Paul casi lo destruye  por ello esa parte está algo desordenada. No es un lobo para nada paciente.—dijo Emily haciendo una mueca

—yo ahora lo tendré bajo control y haré que te reconstruya esa parte.–dijo Cassy molesta por la actitud de su lobo.

—bien manos a la obra.—dijo Emily antes de tomar unos lentes y unas huinchas de medir

Entre risas y pequeños pinchazos de agujas por parte de Emily pasamos el rato con las chicas. Y es que mi estómago comenzaba a doler de todas las risas que estás niñas me sacaban. Jamás creí que podría llevarme de esta manera con algunas mujeres, estaba acostumbrada a estar solamente con Quil, Jake y Embry. Unos toques en la puerta nos callaron.

—perdón por interrumpir pero ya es tarde y Emma hay que irnos antes de que tu nana me rete a mí por no ser un caballero.—sugirió Quil desde afuera sin pasar para no romper la regla de Sam y tener patrullas extras

—tienes razón ¿todo bien Emily?—pregunté mientras me bajaba de la banca que Emily había usado como lugar de medición

—si, ya tengo tus medidas y estaré trabajando toda la noche en sus vestidos.—dijo Emily mientras anotaba las medidas en su pequeña agenda

—vendremos hacerte compañía, tómalo con calma aun queda dos semanas para el baile.—dije viendo en su mirada lo determinada que estaba. Vaya que le gustaba hacer ropa, me despedí de las chicas antes de salir de su taller para irme con Quil.