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Pov. Narrador.

Terminado el encuentro, Takemichi y Maria se despedían con la mano; en silencio.

-Takemichi: no puede creer que Mikey-kun sea malo en el futuro— musitó.

-Maria: Yo tampoco, bueno por ahora... ¡Nadie sabe lo que puede pasar!— el grito sobresalto al contrario— si Mikey-kun no es el malo, entonces, Kisaki es el verdadero problema.

-Takemichi: ...al parecer si.

Esto la dejo pensando un momento, unos segundos después tomo las manos de su amigo, las mejillas del chico se ruborizaron.

-Maria: Takemicchi, formemos un nuevo futuro— se acercó.

-Takemichi: a-a...

-Maria: Un futuro donde puedas ser feliz junto a Hinata, donde estemos juntos a nuestros amigos— bajo el volumen de su voz— donde ese bastardo este muerto...— susurro bajando la mirada.

Pasados segundos lo miro de nuevo, pero el rubio tenía los ojos llorosos y sus labios temblaban, estaba aguantandose.

-Maria: ¿q-que?— antes de decir algo más, Takemichi lloro.

-Takemichi: pe-rdón. Nunca sentí una oportunidad para que mi vida mejore...esto es nuevo— se limpiaba los mocos con el antebrazo.

-Maria:—sonrió con calidez— todo va a salir bien—puso su mano en la mejilla de su amigo y le seco sus lágrimas. Él asintió.

-Takemichi: ¿nos vamos? Se hace tarde— señalo el atardecer.

[•••]

Los dos se encontraban caminando en silencio, Takemichi estaba pensando en la situación actual.

-Takemichi: la Tokyo manji de en 12 años no puede tener un líder como Mikey-kun— mencionó intrigado—

-Maria: mmm... Recuerda que aún falta ese tal Kisaki, él debe ser el que corunpio la Tokyo manji.

-Takemichi: tienes razón...¿eh?

Miró hacia atrás. Encontro a su amiga estática, como si hubiera entrado en transe, se acercó a ella y le tocó el hombro, María se estremeció, seguido de ello volteo así atrás.

-Maria: ese sujeto— señaló al grupo de personas que pasaron por su costado— me da mala espina— frunció el ceño.

-Takemichi: se me hace familiar— murmuró inocente.

-Maria: ojalá no lo vuelva a encontrar...

-Takemichi: ...si

Desde lo más fondo se sus seres, un sentimiento de desconfianza afloró.

Dejando atrás aquellas calles tranquilas y seguras, la joven se adentro a un lugar considerado peligroso, una zona desagradable, por así decirlo

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Dejando atrás aquellas calles tranquilas y seguras, la joven se adentro a un lugar considerado peligroso, una zona desagradable, por así decirlo.
En el recorrido solo se podían ver casas deterioradas por el tiempo y el descuido, algo habitual para ella.

Lamentos del pasado [Manjiro Sano] [IV] ||EDITANDO|||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora