3 Sopa

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La soledad en ocasiones en buena para aclarar tus ideas y decidir hacia donde ir, sin embargo Zeldris solo tenía en mente la verdosa mirada triste de Jenna. No entendió que paso solo noto su mirar triste y su actitud fría.

Al entrar a su edificio la casera se cerco para comentarle que por fin el departamento de enfrente se había rentado para evitar incidentes como el de su fiesta salida de control, Zeldris asintió y se dirigió a su departamento quería llegar y tirarse al sillón.

—¿Zel?— una voz clara y tranquila lo hizo girar hacia atrás, observo una rubia alta en la puerta con un pelimagenta.

—¿Gelda?—la mencionada asintio sonriendole.—¿Gowther? ¿Uestdes son los nuevos vecinos?

Gelda lanzó a Gowther aparandolo de su lado.— Solo yo, él vive en otro lado.

—Oh ya veo. Espero disfrutes tu estancia, cualquier cosa vivo enfrente. Tengan buena noche.—Zeldris les dio una amplia sonria e ingreso a su departamento necesitaba descansar o ese el plan inicial pero no tuvo éxito revisaba el chat de Jenna escribía y después borraba ¿que cambió? Es decir, estaban platicando animosos planeando ir a cenar le entrego su celular para que ella avisara a su hermana que quizas no llegaría y ¡puuum! Ella estaba triste incuso podría jurar que estaba apunto de llorar.

—por fin me respondes ¿llegaste bien?—en la voz de zeldris se notaba su preocupación, esperaba una respuesta sin éxito.—¿Jen?

《llegue bien solo que me quede conversando con mi hermana》—Él no era un idiota, esa voz tan alegre que lo atrapo se encontraba ausente. En su lugar estaba una voz apagada.—estoy cansada, me iré a dormir》

De acuerdo, paso por ti a las 7:30. Descansa.

《Zel ¿me quieres?》— La pregunta lo tomo por sorpresa se quedo callado.—Adios.

No había te quiero en ellos solo "me encantas" o "me gustas". La apreciaba siempre ha estado ahí pra darle su apoyo, escucho su corazón herido y sin arma alguna se lanzó a la guerra para curarle su corazón ¿entonces por qué dudo? Realmente esto es un lío. Odiaba la promiscuidad de su hermano y ahí caído en la misma situación, teniendo a Jenna volvio a caer de rodillas ante Melascula.

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—Tus ojos.— la calidez de su mano inundo mi corazón, quede perdido en aquellos ojos morados que me miraban con cierto peculiar brillo.— Son tan hermosos: son verdes y me recuerdan a las aguas limpias. Eres tan puro y transparente ¿como un demonio como yo te tiene?

Sus palabras son sinceras y por el ligero rubor en su pálido rostro se que es la primera vez que dice cosas tan mielosas.

—¿Acaso los demonios no pueden amar?

—Tienes razón. Déjame quedarme en tu cielo.—Volvio acurrucarse en mis brazos su cabello suave me hace cosquillas pero disfruto tenerla así.

—Melascula viveme.

Viveme Zel.

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El sonido de la alarma lo despierta un poco, extiende su mano soñoliento buscando a la mujer que estuvo hace unos instantes en sus sueños. Abrio sus ojos de golpe frotándose la cara sintiéndose de mal humor.

Dulce locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora