18 Mutuo

49 4 3
                                    

Sus manos se aferraban a la cintura de Gelda mordisqueaba suave su labio inferior haciéndola estremecer, ella tenía sus manos calidas en el rostro del chico abrio sus ojos por curiosidad notando como él mantenia sus ojos cerrados.

Dejo escapar una pequeña risa por la tierna vista que tenia del chico. Él se alejo un poco mirando hacia abajo.

—Ahora dime ¿quién es ella?

Zeldris abrio sus ojos sorprendido alzando su rostro observando a Gelda que lo miraba fijamente entre curiosa y comprensiva.

— Ella es mi exnovia, Melascula.— Gelda dejo escapar un "oh" e inmediatamente Zeldris tomo sus manos.— No me mal entiendas, ella fue invitada por mi padre a comer y cuando yo ya me iba él le pidió que me trajera. Mi padre sabía de nuestra relación lo más probable es que piense que solo estamos enojados y quiso ayu....

Fue interrumpido por un dedo de Gelda que sello sus labios. Su mirada seguía comprensiva no había ni una pizca de enojo o alguna otra emoción negativa.

—Comprendo la situación ahora solo espero tú sinceridad ¿qué sientes por mi?

Zeldris se quedo inmóvil mirando los ojos carmín de Gelda ¿que siente? Se pregunto para si mismo.

—Te pregunto esto porque..

—¿Estas cansada de esperar? Era obvio que eso pasaría.

Zelris retiro sus manos de la mano de Gelda sin embargo Gelda volvió a sostener las manos del chico.

—No te adelantes, déjame hablar. Te pregunto esto porque como ya te dije no tengo interés en nadie más que en ti, me arriesgaría a todo por ti y créeme ir despacio contigo me hizo conocer una faceta de mi que no conocía. Zeldris tu me gustas y no estas obligado a corresponderme pero quiero saber que sientes para ponerme un limite. Quizas tu y ella solo necesitan espacio y tiempo para repa...

—¿Por qué me estas lanzando a sus brazos?—Gelda parpadeo un par de veces notando como la mandíbula del chico temblaba.—¿Crees que no se poner límites? ¿Tu crees que dejo que cualquiera me haga insinuaciones o permito que entre en mi privacidad?

—¿Zeldris?— Gelda tomo el rostro chico ¿que mierda hacia dicho? Las lágrimas salían de sus los ojos verdes y mirada dolida y ofendida se clavaban en su ser.—No llores, yo no quería decir eso.

—Entonces ¿por qué me lavanzas a sus brazos? ¿Porqué no te aferras a mi? Se que no  soy bueno demostrando mi interés por ti y puedo generar confusión. Estoy luchando contra mis miedos para sostener tu mano.

La rubia recordó aquella vez que conversaba con Gowther mencionado lo mucho que le disgustaba los chicos que les cuesta trabajo demostrar sus emociones que no son capaces de aceptar culpa y pedir perdón o de llorar por dolor o alegría. Y ahora frente a ella tenía un chico que no tenia miedo a llorar y abrir sus emociones.

—Mi vida sabe a ti.

Zeldris alzo su ceja confundido por la repentina respuesta de Gelda.

—Mi vida sabe a ti; a tu seriedad, tu risa, tu mirada endulzada, a tus expresiones cuando ves algo que te gusta, a tus miedos. Encontrarte fue una fresca lluvia en el desierto, como un calido abrigo en medio del invierno. No creo en el destino pero lo haré porque ti, soy atea Zeldris sin embargo creo que las Diosas te pusieron frente a mi por algo. Cupido se esta burlando de mi en este instante y no me importa eres especial para mi sin tocarme me estremeces, el tiempo no existe cuando estoy contigo. Tengamos mil citas y si un día dejas de tener interés en mi solo te pido un dia y volverás a tenerlo.

Zeldris sentía su rostro arder estaba avergonzado nunca le habían dicho tantas cosas sin embargo su corazón  latía desesperado. Gelda espero paciente frente a la puerta esperando ser abierta y una vez que se abrio un poco ella entró despacio, haciendo que la extrañe en cada instante, que escuche alguna canción y piense en ella o que vea algún lugar y diga seria genial que ella estuviese aquí. 

Dulce locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora