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La noche calurosa hacia que un pelinegro girara de un lugar a otro en lo ancho y largo de su cama sin poder descansar. El sonido de la puerta lo hizo abrir un ojo fastidioso ¿quien podría ser a las 3 am? Camino soñoliento no se molesto en cambiarse la ropa, usaba solo su boxer y una remera sin mangas. Al abrir solo sintio su cuerpo cayendo alcanzando a percibir  una fragancia de uva.

—¡Estoy de vuelta!

—¿Sabes que hora es?

—Si pero no podia esperar para verte, me ausente dos semana ¿acaso no me extrañaste?

Zeldris guardo silencio, ella sabe como tomarlo por sorpresa. Estaba siendo abrazado por el cuello al ser bajo su cabeza estaba en el pecho e la femina. Haciendo un poco incomoda la escena.

–Gelda, quítate de encima.

—Solo si me preparas un café.

—¡¡Lo haré pero levántate!!

Gelda se quito y ayudo a Zeldris a levantarse, su cabello despeinado era gracioso y adorable, visualizo bien el cuerpo completo del chico, ya lo había visto usar ese tipo de remeras pero verlo en bóxer parecía una invitación a pecar. Zeldris se dio la vuelta camino a la cocina para encender la cafetera y después camino hacia su habitación siendo seguido por la rubia.

—¿A donde vas? Esperame en la cocina.

—¿No me estas invitando a tu habitación?—Gelda fingió inocencia, Zeldris negó tomandola de los hombros para darle la vuelta y caminará a la cocina.—¿No me dejaras plantada?

—¿Como podría hacerlo? Es mi casa. —Gelda toco las manos de Zelris observando por el rabillo de sus ojos, esos ojos verdes notando algo que paso desapercibido; tristeza. Ella frunció el ceño esperaba ver ese encantador brillo en sus ojos.—Solo iré a ponerme un pantalón.

Gelda asintió y camino a la cocina cuestionando ¿Qué paso en su ausencia? No iba a negar que había notado las nubes en su mirada pero antes de irse noto como las nubes comanzaban disiparse y ahora parecía acercarse una tormenta de nuevo.

Se perdió tanto en sus pensamientos que no noto cuando él regreso hasta que vio la taza frente a ella.

—¿Quieres una tostada?

—¿Tuviste un mal día o es algo más?

Zeldris abrio sus ojos retrocediendo un poco ¿era tan fácil de leer? Debia ser claro en sus palabras, ella es más hábil de lo que parece.

—No he dormido bien, hace bastante calor.

—Quiero creerte pero siento que es algo más.

Zeldris sintio como la femina tomaba su mano y dejaba pequeños besos en sus nudillos. Ella era bastante impulsiva y apasionada en un abrir y cerrar de ojos, había extendido la mano del chico repartia besos en lo largo de sus dedos. Un escalofrío recorrió la espalda de Zeldris sin embargo no retiraba su mano las atenciones de la femina no le incomodaba.

—No se que sucede en tu cabeza. Lo que tienes que dejar ir, suéltalo puedes estar perdiendo una gran oportunidad.

—¿La oportunidad eres tu?

—Tal vez. Quizas solo soy una dulce locura, el viaje, el desliz. Un momento de ofuscación.

—Ahora entiendo porque eres escritora.

Gelda solto una risa y se llevo el dedo pulgar de Zeldris a la boca succionando despacio.—Invítame a perderme en tu cuerpo.

Zeldris aparto su mano de la rubia que mantenia una mirada apasionada, excitada y ansiosa.—La hora del té ha terminado, ve a dormir.

Dulce locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora